El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya se ha reunido con los líderes de Oriente Medio en la Cumbre de Seguridad y Desarrollo, en lo que ha sido calificado como un encuentro trascendental en términos políticos y diplomáticos para el futuro de la región.
En la Cumbre, Estados Unidos ha discutido con los representantes de los países del Golfo y de Oriente Medio los ámbitos que más se han visto -y se están viendo- afectados por la actual crisis que, a nivel internacional, está afectando a los países de la región, como consecuencia del actual conflicto ruso-ucraniano.

El sector energético, la seguridad alimentaria, la defensa común y el reto sobre la cuestión climática han sido los temas que han protagonizado la sesión y sobre los que se han propuesto nuevos lazos de cooperación con el fin de que la región sufra un menor impacto de las consecuencias que trae consigo tanto la invasión de Rusia sobre Ucrania como los desafíos comunes que afectan a todos los países.
El petróleo y el gas han sido y son a día de hoy dos bienes que se están viendo sumamente afectados por esta situación. Desde que Rusia inició su invasión sobre Ucrania, el bloque europeo, junto con Estados Unidos, han tratado de aislar internacionalmente al país ruso a modo de castigo. Sin embargo, este aislamiento no es sencillo de hacer ya que Rusia, miembro de la OPEP y país que cuenta con importantes reservas de gas, ejecuta un papel fundamental en el suministro de gas a Europa, al igual que en el sector petrolero.

Esta delicada situación ha propiciado un nuevo acercamiento entre Riad y Washington. A pesar de que en los últimos meses Arabia Saudí ha declarado en determinadas ocasiones su negativa a aumentar la capacidad petrolera, la visita de Biden ha podido propiciar un giro en esta dinámica ya que después de la celebración de la Cumbre el príncipe saudí ha señalado que que el reino "aumentará su producción de petróleo hasta 13 millones de barriles diarios, pero después no tendrá posibilidades para aumentarla".
Así y según últimas declaraciones, la producción podría aumentar en un total de 3 millones de barriles diarios, una cifra que, a pesar de que no es muy elevada, sí que se puede interpretar como un paso que acerca más la diplomacia de Oriente Medio con Estados Unidos y, en definitiva, con Occidente.
Otro de los temas que han protagonizado la Cumbre ha sido la cuestión climática. Bin Salman ha pedido a los países invitados adoptar un “enfoque equilibrado” que sea gradual pero que consiga llegar a adoptar la tan deseada transición energética a las energías renovables.
Para el príncipe, “los desafíos ambientales a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, en especial el cambio climático, y la determinación de la comunidad internacional de mantener la temperatura de la Tierra de acuerdo con los niveles establecidos por el Acuerdo de París, requieren enfrentarlos con realismo y responsabilidad para lograr un desarrollo sostenible” , por lo que Arabia Saudí con el fin de conseguir alcanzar el objetivo de neutralidad neta en emisiones de carbono ha optado por emplear un plan de economía circular de carbono en sus líneas de desarrollo.

En este nuevo plan sostenible asegura que las cadenas de suministro no se verán afectadas, así como el propio crecimiento económico. Por ello el reino saudí cuenta con dos planes conocidos como Green Saudí y Green Middle East que pretenden alcanzar a medio plazo el objetivo de neutralidad en emisiones tanto en Arabia Saudí como en el resto de los países de la región a través del impulso de infraestructuras que lideren la transición a las energías renovables.
En la intervención de Biden en la Cumbre, el presidente ha querido reiterar su posición como “socio activo y comprometido” en la región en todos los aspectos diplomáticos.
En cuestiones de defensa común, Estados Unidos ha reiterado en su compromiso de impedir que Irán obtenga armas nucleares. En este aspecto uno de los principales objetivos de Washington es conseguir crear un bloque común de defensa que sirva como disuasión a la amenaza nuclear iraní. Para ello, Estados Unidos se ha mostrado optimista a la hora de que los países del Golfo y de la región formen un muro que sirva para contener las intimidaciones de Teherán, un enemigo que es común tanto para Estados Unidos como para las monarquías árabes.

Asimismo, conflictos actuales como el de Yemen han ocupado la agenda de día. En esta línea, Estados Unidos ha reafirmado su postura como país que quiere seguir trabajando con Arabia Saudí y con Omán para conseguir llegar a una solución política a un conflicto que lleva más de una década enquistado y que por el momento no atisba ninguna solución a corto plazo.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.