La cumbre del G20 en medio de la tempestad global

Alex Erquicia

Pie de foto: Foto de familia de la cumbre del G20 en Osaka el 28 de junio de 2019. AFP/POOL /KIM KYUNG-HOON

Las múltiples incertidumbres globales tienen a la comunidad internacional en una alta tensión con varios frentes abiertos. Con el multilateralismo en sus horas más bajas, y las provocaciones entre países solapándose, se celebra la cumbre anual del G20 en Osaka, Japón. Se trata de la decimocuarta reunión del foro internacional que busca establecer la agenda de política global en un momento que la cooperación dista de ser el mecanismo de actuación. Las temáticas que han copado las sesiones y alrededor de las que gira la cumbre son tan variados como los retos que hoy acechan al orden, o desorden, económico internacional. Entre ellos están: la economía global, comercio e inversión, innovación, el clima y la energía, el mercado laboral, el empoderamiento de las mujeres, desarrollo y salud, según recoge la página web oficial del G20

El sistema multilateral de comercio lleno de inestabilidades, saqueado este año aún más con la guerra comercial, la crisis climática y la protección medioambiental son las prioridades del foro. Los encontronazos globales tienen a muchos en vilo y hacen dudar si la comunidad internacional será capaz de elaborar una declaración final conjunta que aborde ambos temas de manera directa. El grupo de los 20 países industrializados y emergentes siente una presión creciente debido a los distintos puntos de tensión que acaparan la política y economía global - incluyendo la guerra tecnológica, el conflicto en Siria o Yemen, la crisis política en Venezuela, la escalada de tensión en el golfo Pérsico, el futuro del acuerdo nuclear iraní del que EEUU se retiró hace un año, o la situación en Ucrania.

Además la tendencia bajista en la que ha entrado la economía global hace prever un futuro en el que las incertidumbres reinantes se profundicen. El foro de cooperación económica que representa la cumbre del G20 busca maneras de evitar que la economía muestre más puntos de enfriamiento. 

Pie de foto: El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que actúa como anfitrión, habla durante una de las sesiones de la cumbre. AFP/KIYOSHI OTA

La cumbre está marcada por las numerosas reuniones bilaterales entre los líderes asistentes, incluyendo una reunión clave entre los gobernantes de EEUU, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, que se producirá el día 29, el segundo de las dos jornadas. Los rumores sobre un posible acuerdo comercial han cogido fuerza por lo que el encuentro podría suponer un punto de inflexión en la guerra arancelaria que mantienen ambas potencias desde marzo de 2018. El presidente de EEUU se reunió con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el viernes 28, que le ha invitado a visitar Moscú en 2020 para asistir a la celebración del 75 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Trump también se ha reunido con el líder de India, Narendra Modi. 

El G20, un mecanismo impulsado en 2008 por la necesidad conjunta de buscar una estabilidad financiera durante la crisis, es un foro único en términos de peso demográfico y económico. Sus miembros representan un 85% del PIB global, un 75% del comercio mundial y dos terceras partes de la población. Ha servido para coordinar políticas económicas y financieras y para impulsar nuevos temas de la agenda global. El G20 está integrado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EEUU, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea; España tiene el estatus de "invitado permanente". Otras organizaciones presentes en Osaka han sido la Asean (que preside Tailandia), la Unión Africana (que preside Egipto) o la Apec (Chile).

Previo a su comienzo, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que actúa de anfitrión hizo un llamamiento a que los líderes encuentren los puntos que los países tienen en común para avanzar en la misma senda. Otros líderes también hicieron llamamientos en defensa del libre comercio y del multilateralismo. 

Pie de foto: Durante el encuentro bilateral entre Trump y Putin, el primero le dijo al segundo "no se meta en las elecciones, presidente. No se meta en las elecciones", sin mirarle a los ojos, con una sonrisa y un gesto de sorna. SPUTNIK/MIKHAIL KLIMENTYEV/KREMLIN via REUTERS

El principal tema que China quiere evitar es el estallido de la crisis desatada en Hong Kong por un polémico proyecto de ley de extradición que ha generado protestas y el rechazo generalizado de la sociedad de la excolonia británica, que exige que se trate el tema durante el G20. China ya ha asegurado que "no permitirá" que se aborde este tema durante la cumbre porque se trata de un "asunto interno". Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, que también acudió a Osaka pidió a los líderes del G-20 antes de su llegada, y por carta, que "aceleren" los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, potenciando un crecimiento sostenible, mayores inversiones y la revolución digital.La previa cumbre del G20 se celebró en Bariloche, Argentina, en diciembre del año pasado dejando una sensación de poco provecho, marcado por la actitud de Trump. "El año pasado, la inflexibilidad de Trump abocó al G20 a una situación sin precedentes, obligando al resto de líderes a renunciar a la habitual declaración conjunta en contra del proteccionismo", escribía Javier Solana en El País

Parece poco viable que los líderes del G20 pacten una declaración conjunta que vaya más allá del ambiguo texto acordado en la reunión ministerial de Finanzas celebrada en Fukuoka (sudoeste) los día 8 y 9, donde se advertía de la "intensificación de las tensiones geopolíticas y comerciales" sin mencionar ningún país en concreto. "Sus comunicados, cada vez más amplios, son ricos en ideas y propuestas, aunque el problema es que luego no se ponen en práctica, al menos de forma coordinada. Y la coordinación es la esencia del G20", aseguraba el Real Instituto Elcano en 2017. 

El próximo país anfitrión será Arabia Saudí que ha tenido una presencia más elevada después de que en la cumbre del año pasado estuviera, hasta cierto punto, apartado después de que el príncipe heredero Mohammed bin Salman se convirtiera en el centro de las miradas en lo que fue su primer viaje oficial tras el asesinato del periodista Khashoggi.

Un mensaje común contra el proteccionismo es lo que urge en un momento como el actual. Otro que defienda la paz mundial en vistas de la tensión bélica que algunos países alimentan tanto de manera tácita como fática. Otro mensaje cohesivo sobre protección medioambiental y a favor del libre comercio, una tarea dificultada por las brechas y roces crecientes entre sus miembros, es fundamental también. 

Grupos ecologistas reclaman al G20 

Una plataforma de organizaciones ecologistas organizó el viernes una protesta en Osaka, con motivo de la cumbre del G20, para reclamar a los líderes mundiales políticas más ambiciosas contra la crisis climática. Los manifestantes pusieron el foco de sus críticas en el primer ministro de Japón, por tratarse del país que ocupa la presidencia de turno del G20 y que cuenta con una alta dependencia de las energías fósiles (el petróleo aporta el 8,7 % de su generación energética, y el carbón, un 39,8 % por ciento, según datos del Gobierno).

Las concentraciones tuvieron lugar en una zona de Osaka alejada del lugar donde se reúnen los líderes del G20, un centro de convenciones ubicado en una isla artificial de la bahía de Osaka que permanece prácticamente cerrada al tráfico y blindada con un dispositivo de seguridad de unos 32.000 agentes.

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