A pesar de que no hay ninguna declaración oficial por parte del régimen, en Occidente se habla de la “abolición” de la fuerza iraní. Mientras, los manifestantes convocan tres días de huelga

La Policía de la Moral sigue activa y continúan las leyes sobre el hiyab en Irán

AFP/ ATTA KENARE - Irán ha endurecido las normas de vestimenta de las mujeres desde la toma de poder del actual presidente, el clérigo Ebrahim Raisi

Unas ambiguas declaraciones del fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, han creado falsas esperanzas cuando las protestas en el país entran en su tercer mes. Montazeri señaló que la Policía de la Moral -la fuerza responsable de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini- no tenía nada que ver con el poder judicial, agregando que había sido “abolida por quienes la crearon”. No obstante, no ha habido confirmación oficial por parte de las autoridades iraníes.

“Las declaraciones citadas en la prensa no equivalen a un cambio de política”, escribe en Twitter Borzou Daragahi, corresponsal de The Independent. El periodista iraní-estadounidense señala que las afirmaciones del fiscal general “pueden sugerir que el poder judicial quiere desvincularse” de la policía de la moral.

Durante su discurso en la ciudad santa de Qom, Montazeri destacó que el poder judicial seguiría “supervisando el comportamiento de la sociedad”. Igualmente, recordó que la vestimenta de las mujeres seguía siendo “muy importante”, especialmente en Qom.

“El mal uso del hiyab en el país, especialmente en la ciudad santa de Qom, es una de las principales preocupaciones del poder judicial, así como de nuestra sociedad revolucionaria”, indicó Montazeri, quien también anunció que “el Parlamento y el poder judicial estaban trabajando” en la cuestión del velo obligatorio, sin dar más detalles.

Tras las palabras del fiscal general, numerosos medios de comunicación occidentales comenzaron a hablar de la abolición o el fin de la Policía de la Moral, celebrando este hecho y considerándolo una concesión del régimen más de 2 meses después de protestas. Sin embargo, analistas e iraníes subrayan que no hay declaración oficial ni evidencias de que la fuerza sea desmantelada.

“No hay pruebas suficientes en este momento para indicar que el régimen iraní está eliminado su conocida policía de la moral o retrocediendo en la cuestión del hiyab obligatorio”, señala en su cuenta de Twitter Shayan Sardarizadeh, periodista de la BBC especializado en analizar desinformación. Sardarizadeh recalca que “todas las leyes obligatorias sobre el hiyab siguen vigentes y las autoridades se encargan de hacer que se cumplan”.

Algo similar comenta Nilúfar Saberi, activista iraní, a Atalayar. “Desde Irán nos dijeron que se había disuelto la unidad de la Policía de la Moral, pero no así sus funciones”. Saberi explica que sus funciones se han repartido entre las milicias basij y que “sigue la hostilidad contra la población”.

Incluso los medios estatales iraníes han negado el fin de la fuerza. “Ningún funcionario de la República Islámica ha dicho que la policía de la moral ha sido clausurada”, informó Al-Alam. “Algunos medios extranjeros han intentado interpretar estas palabras del fiscal general como que la República Islámica retira el hiyab y la modestia, afirmando que se debe a los recientes disturbios”, añade el canal de televisión iraní.

“Signos de desesperación” por parte del régimen

Masih Alinejad, una famosa periodista y activista iraní, también ha pedido a los medios occidentales que no caigan “en las mentiras del régimen islámico”. “¿Por qué no se ha realizado una comprobación adecuada de los hechos?”, se preguntó Alinejad en Twitter.

Para la activista, todo esto responde a “propaganda del régimen para calmar las revueltas”.
Alinejad recuerda que “cuando las dictaduras tienen problemas, difunden propaganda”. En este sentido, también añadió que en 2017 el régimen afirmó que la policía de la moral dejaría de detener a las mujeres por cuestiones relacionadas con el hiyab. Sin embargo, el pasado mes de septiembre arrestó y mató a Mahsa Amini por llevar mal colocado el velo islámico.

En esto coincide Saberi, que califica las últimas declaraciones como “una cortina de humo” y un “lavado de cara” que tienen como objetivo calmar la opinión pública internacional y las protestas internas.

Muchos medios de comunicación también han comenzado a hablar de “victoria”, algo que, de acuerdo con Alinejad es incorrecto, ya que “los iraníes no solo están pidiendo el fin de la policía de la moral, quieren acabar con este régimen”. Por otro lado, la activista reconoce que las declaraciones de Montazeri “muestra el miedo del régimen”, mientras que sus “promesas vacías” son “un signo de desesperación”.

Las exigencias de los iraníes van más allá de la Policía de la Moral y la obligación del velo islámico, algo que llevan subrayando desde que comenzaron las protestas. “Queremos un sistema de Gobierno democrático y laico. Ya da igual lo que hagan las autoridades islamistas, el pueblo iraní no nos vamos a conformar”, indica Saberi. “La única solución para el pueblo iraní es el fin del Gobierno extremista islamista”, añade.

Tres días de huelga

Los intentos del régimen por calmar las protestas no han dado sus frutos. Los manifestantes han convocado una huelga de tres días durante esta semana con el objetivo de mantener la presión contra las autoridades. En redes sociales han circulado vídeos e imágenes de comercios cerrados en lugares como el Bazar de Teherán o en otras ciudades como Isfahán o Shiraz.

Este miércoles también está previsto que el presidente Ebrahim Raisi visite la Universidad de Teherán con motivo el Día del Estudiante. Por ello, los manifestantes han pedido una marcha hasta la Plaza Azadi de la capital, según informa Reuters.

Por otro lado, las cifras de asesinados y detenidos durante las protestas sigue aumentado. Tal y como denuncia Iran Human Rights, 448 personas -incluidos 60 menores- han fallecido desde el pasado mes de septiembre. Sistán y Baluchistán y Kurdistán siguen siendo las regiones donde más fallecidos se registran.

No obstante, es probable que la cifra real de muertos sea mucho más alta. Las autoridades están ejecutando a manifestantes, incluso a menores, a los que acusan de colaborar con países “enemigos”. Recientemente, el régimen ha ordenado asesinar a cuatro personas acusadas de trabajar para el Mossad, la agencia de inteligencia israelí.

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