Culmina la segunda ronda de negociaciones de la Comisión 5+5 con la redacción de un borrador para el alto el fuego permanente

Libia: un alto el fuego es posible

photo_camera PHOTO/ Jean Marc Ferre/ONU Ginebra - António Guterres y Fayez Sarraj conversan durante la ronda de negociaciones que ha tenido lugar en Ginebra, coincidiendo con la sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas

La paz podría tener una oportunidad en Libia. Tras meses de combates ininterrumpidos, los diálogos para la paz comienzan a dar sus primeros frutos. La segunda ronda de negociaciones de la Comisión Militar Conjunta 5+5, que reúne a representantes de los dos bandos, se ha cerrado en la ciudad suiza de Ginebra con un resultado satisfactorio.

Las conversaciones, desarrolladas bajo los auspicios de Naciones Unidas, han reunido a representantes del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) de Fayez Sarraj y el Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal rebelde Jalifa Haftar. No obstante, no ha acudido en persona a la cumbre. El encuentro se ha centrado, fundamentalmente, en las cuestiones referentes a la escalada militar en el país norteafricano, pero también se han tratado temas económicos, como la decisión del LNA de cortar las exportaciones de petróleo en el territorio bajo su control.

En la reunión ha participado António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. Sin embargo, quien ha ejercido como anfitrión ha sido Ghassan Salamé, su representante especial en Libia, que ha agradecido la buena disposición y la “profesionalidad” de las dos delegaciones. El diálogo ha supuesto un avance destacado en el proceso de paz, pues se ha saldado con la redacción de un borrador que estipula las condiciones para un alto el fuego permanente. El texto ha contado con la aprobación de las dos partes, aunque es provisional; todavía no hay ninguna disposición en firme para implementar desde ya ese alto el fuego.

Ghassan Salame, representante especial del secretario general de Naciones Unidas y jefe de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL)

Actualmente, ambos bandos siguen combatiendo e intentando aprovechar el vacío dejado tras la caída de Gadafi: el GNA de Sarraj, reconocido como el poder legítimo por la ONU y apoyado por Turquía y Qatar, resiste alrededor de Trípoli y Misrata el avance del LNA de Haftar, cuyo aliado principal es Rusia. No obstante, también cuenta con el respaldo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Francia, entre otros países.

La elaboración de este borrador supone un hito importante en el frágil proceso de paz de Libia. Es la primera vez que las conversaciones arrojan un resultado tangible que sirva para seguir trabajando sobre una base. De hecho, se espera que el documento sirva para sellar un pacto definitivo el próximo mes de marzo, cuando se ha programado la tercera ronda de negociación de la Comisión 5+5. 

El objetivo del alto el fuego que se pretende firmar reside en facilitar el regreso seguro a sus hogares a los miles de ciudadanos libios que se han visto desplazados de sus hogares desde que se recrudecieron los combates en abril de 2019. Del mismo modo, también deberá establecer las condiciones necesarias para instalar un mecanismo conjunto de monitorización de la situación, que integrará representantes del UNSMIL y de la Comisión 5+5.

Hasta que se consiga un compromiso definitivo, la UNSMIL ha instado al GNA y al LNA a cumplir con la tregua momentánea que, solo en teoría, está implantada en el país. Lo cierto es que los combates han continuado sucediéndose independientemente de la tregua y las llamadas d la sociedad internacional a que cesen los disparos. 

El embargo internacional de armas que existe sobre el país norteafricano tampoco está siendo respetado; a pesar del anuncio de la Unión Europea de crear una misión aeronaval especial en el Mediterráneo para asegurar su cumplimiento, Ankara ha seguido encontrando formas de llevar armas al territorio. La injerencia del Ejecutivo de Erdogan ha echado todavía más leña al fuego.

Vehículos militares de las fuerzas gubernamentales libias se dirigen a la primera línea de batalla desde Misrata, Libia, el 3 de febrero de 2020
Llega un barco a Misrata procedente de Turquía

De hecho, este mismo lunes se ha registrado un nuevo episodio de la intervención turca en Libia. El portal de noticias emiratí Al-Ain ha informado de que un carguero con bandera liberiana procedente del puerto de Mersin, en Turquía, está preparado para atracar en el enclave libio de Misrata. Esta ciudad está ubicada a unos doscientos kilómetros al este de Trípoli, en la parte de litoral todavía controlada por el Ejecutivo de Sarraj. Aunque se rige por unas instituciones relativamente autónomas de Trípoli, ha tenido un papel destacado en la lucha contra grupos terroristas en el pasado y contra Haftar en el presente.

El buque que ha llegado allí, cuyo nombre es ‘Hansa Rotenburg’, hizo escala en otros cuatro puertos turcos después de su partida. En sus bodegas, transporta armas y municiones, según ha informado Al-Ain. El LNA de Haftar ya bombardeó, a finales de la semana pasada, el puerto de Trípoli, donde se encontraba fondeado un navío turco. Otro más, que se encontraba en las cercanías, se decantó por alejarse de tierra como precaución.

El primer ministro de Libia Fayez Sarraj, flanqueado por periodistas, visita el puerto de la capital, Trípoli, tras ser alcanzado por un cohete el 20 de febrero de 2020

Turquía ha estado suministrando equipamiento bélico al GNA durante meses, pero ha incrementado su presencia a lo largo de las últimas semanas, con el envío tanto de tropas de sus Fuerzas Armadas como de milicianos afines procedentes de Siria. A principios de la semana pasada, cuatro buques de Ankara llegaron al puerto de La Goulette, el más importante de Túnez. El país vecino a Libia, por tanto, podría haber facilitado la llegada de material de apoyo a las fuerzas de Sarraj.

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