Razman Kadyrov, líder checheno que envió más de 10.000 combatientes a Ucrania, ha insistido al presidente Vladimir Putin que redoble su ofensiva contra el país. Anteriormente ya le había pedido “una operación a gran escala” contra el Ejército ucraniano. Ahora, Kadyrov sugiere al mandatario ruso que “ordene” la toma inmediata de lugares como Járkov o Kiev “de forma rápida, clara y eficaz”.
Tanto la capital como la segunda mayor ciudad del país llevan varios días sufriendo intensos bombardeos, algo que ha provocado la muerte de civiles y el incremento del flujo de refugiados que huyen de Ucrania.

“No puedo ver como mueren mis hermanos y nuestros soldados a manos de estos demonios y nazis”, señaló Kadyrov en un vídeo dirigido a Putin, mientras le insta a ignorar los llamamientos de la comunidad internacional para que cese la guerra. De acuerdo con el líder checheno, tan solo un ataque intensivo podrá “salvar” a su país y a su pueblo, ya que el recrudecimiento de los bombardeos obligaría a las fuerzas ucranianas a rendirse y evitaría más pérdidas en el bando ruso.
En este sentido, Kadyrov ha vuelto a cuestionar la estrategia militar llevada a cabo por Moscú, calificando las tácticas rusas actuales como “débiles”. “Estoy seguro de que tomará la decisión correcta para tomar el control de Ucrania por completo”, añadió el checheno, aludiendo a Putin. Según Kadyrov, un ataque a su manera lograría una victoria sobre Ucrania en uno o dos días.

Los kadyrovitas, las fuerzas especiales chechenas, han sido acusadas por Ucrania de tratar de asesinar al presidente, Volodimir Zelensky, al menos en tres ocasiones. “Ya estamos al tanto de la operación especial que iba a llevar a cabo la unidad de las fuerzas de Kadyrov. La unidad de las fuerzas chechenas que vino para matar a nuestro presidente fue eliminada”, informó a principios de mes Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, a la agencia Ukrinform. El mandatario ucraniano ha relevado que él y su familia son los objetivos principales de Rusia.
Kadyrov es un fiel aliado de Putin. A cambio de mantener el orden en Chechenia, Moscú respalda política y militarmente al brutal régimen de Grozni, acusado de violaciones contra los derechos humanos. El padre del actual presidente, Akhmad Kadyrov, fue el gran muftí de la república y líder de las fuerzas durante la primera guerra de Chechenia. No obstante, tras el estallido de la segunda guerra, el clan Kadyrov cambió de cambio y juró lealtad a Moscú.

Akhamad Kadyrov fue nombrado presidente de la república en octubre de 2003, aunque ese mandato no duró ni siquiera un año, ya que el 9 de mayo de 2004 una mina terrestre acabó con su vida durante un desfile conmemorativo en Grozni con motivo del Día de la Victoria. Como consecuencia, su hijo, Ramzan, comenzó a prepararse para ocupar su puesto. Finalmente, en 2007, fue designado presidente de Chechenia por el líder ruso, Putin.
El régimen de Grozni ha sido denunciado en innumerables ocasiones por organizaciones de derechos humanos. Los homosexuales y los críticos con el Gobierno son silenciados, torturados o asesinados, como ocurrió con la periodista rusa Anna Politkovskaya o la activista Natalia Estemirova.

Paralelamente, Kadyrov y Putin han estrechado lazos, hasta el punto de que Grozni ha enviado a sus combatientes para que luchen al lado de las tropas rusas en varios lugares como Georgia, Siria y ahora Ucrania. Con un vídeo propagandístico, exhibiendo armamento militar y luciendo unas botas de Prada valoradas en 1.580 dólares, Kadyrov confirmó la movilización de sus tropas hacia Ucrania para “garantizar la seguridad de Rusia” y acabar con “terroristas”. Asimismo, este batallón juega un papel clave en la guerra psicológica.
Además de pedir a Putin que intensifique sus ataques, el presidente de Chechenia también ha hecho referencia a las negociaciones entre la delegación rusa y ucraniana. Para Kadyrov, estas conversaciones son “inútiles”. De momento, se han celebrado dos rondas de negociaciones en Bielorrusia, aunque han concluido sin ningún acuerdo que permita el cese de los ataques.

Si bien Moscú prometió el establecimiento de corredores humanitarios y el alto el fuego durante las evacuaciones de la población civil, el Ejército ruso no ha respetado este punto y ha bombardeado lugares como Irpin mientras la población abandonaba la ciudad, ubicada a las puertas de Kiev. En esa localidad, los periodistas han reportado la muerte de una familia que trataba de huir durante un bombardeo.
Otro lugar donde Rusia ha violado este alto el fuego ha sido Mariupol, lo que ha provocado que la evacuación de civiles se retrasase de nuevo. “En medio de escenas devastadoras de sufrimiento humano en Mariupol, se detuvo un segundo intento para comenzar a evacuar a unas 200.000 personas de la ciudad”, denunció la Cruz Roja en un comunicado el domingo.

Sin comida, comunicaciones, electricidad o calefacción, la ciudad sureña se enfrenta a una situación “catastrófica”. En Mariupol, los bombardeos rusos han causado la muerte de Kirill, un niño de 18 meses que llegó al hospital en brazos de sus padres con graves heridas. Desafortunadamente, el equipo médico no pudo salvar la vida del pequeño. Días antes, ocurrió lo mismo con una niña de 6 años. “Muéstrale esto a Putin”, señaló un médico a un fotoperiodista de Associated Press.
Zelensky, por su parte, también se ha pronunciado acerca de estos últimos acontecimientos, recalcando que Ucrania “no perdonará” estos ataques. “Encontraremos a toda la escoria que bombardea nuestras ciudades, nuestra gente. No tendrán un lugar tranquilo en esta tierra, excepto una tumba”, advirtió.

El batallón checheno de Kadyrov no es suficiente para Putin, ya que, de acuerdo con el periódico estadounidense The Wall Street Journal, Moscú estaría barajando el despliegue de sirios en Ucrania. “Estados Unidos indica que Rusia, que ha estado operando dentro de Siria desde 2015, en los últimos días ha estado reclutando combatientes allí, con la esperanza de que su experiencia en el combate urbano pueda ayudar a tomar Kiev y asestar un golpe devastador al gobierno de Ucrania”, explica el medio, citando a un funcionado que asegura que algunos de estos combatientes ya están en preparándose en Rusia.

En este contexto, el medio sirio, Deiz Ezzor 24, informó hace unos días que el Gobierno ruso estaba ofreciendo entre 200 y 300 dólares para captar voluntarios que operen como “guardias” en Ucrania durante seis meses.
Tal y como indica Jennier Cafarela, analista del Instituto para la Guerra en Washington, a The Wall Street Journal, “los combatientes sirios cuentan con casi una década de experiencia en la guerra urbana, mientras que la fuerza reclutada en gran parte de Rusia carece de este conjunto de habilidades”.

Por otro lado, añade que este despliegue de combatientes extranjeros por parte de Rusia “internacionaliza la guerra y, por lo tanto, podría vincular el conflicto en Ucrania con dinámicas interregionales más amplias, particularmente en la región de Oriente Medio”.