Mundial de Clubes afectado por calor extremo: el cambio climático amenaza la Copa del Mundo de 2026
Las altas temperaturas y las tormentas eléctricas están interfiriendo en los partidos de la Copa Mundial de Clubes en Estados Unidos, ya que existe la preocupación de que esto ocurra nuevamente durante el torneo de 2026.
Ante esta situación, los entrenadores y los jugadores están tomando medidas para adaptarse a las difíciles condiciones climáticas, mientras que las investigaciones alertan sobre los peligros para la salud tanto de los jugadores como de los aficionados debido a las condiciones climáticas. Por ende, adaptarse al clima se ha convertido en una tarea fundamental para los entrenadores y jugadores.
Uno de los mejores ejemplos es el del club alemán, Borussia Dortmund, el cual ha decidido mantener a sus jugadores suplentes dentro del vestuario durante la primera mitad de su encuentro contra el Mamelodi Sundowns de Sudáfrica en Cincinnati. Otro caso es el protagonizado por el técnico italiano del Chelsea, Enzo Maresca, quien detuvo la sesión de entrenamiento de su equipo en Filadelfia el lunes, ya que la temperatura alcanzó los 37,2 grados Celsius, 7 grados por encima de las estipulaciones que FIFA establece para poder realizar un parón.
En concreto, 16 localidades acogerán el Mundial el próximo año, en medio de predicciones de temperaturas potencialmente extremas. En Dallas, una de las ciudades sede, se registran temperaturas que superan los 28 grados centígrados en más de 80 % de los días de junio y julio.
A pesar de que las temperaturas algo más elevadas al mediodía tuvieron un claro efecto en el torneo durante los partidos que se jugaron a esa hora, el técnico del club alemán Nico Kovac, señaló que “cree que esta competición no la ganará el mejor equipo, sino aquel que se ajuste a estas circunstancias climáticas, y con gran probabilidad será quien triunfe”, añadió.
Aunque las pausas de hidratación en mitad de los partidos se han convertido en la tónica habitual durante el torneo, el Dortmund, y otros equipos, están implementando estrategias adicionales para aliviar el impacto del calor y la humedad. “Nuestros jugadores están bajo un buen cuidado médico muy riguroso. Hemos tomado las precauciones necesarias y hacemos todo lo que podemos para hacer las elecciones correctas y protegerlos”, manifestó Kovac.
La experiencia del Mundial de Clubes podría ser un adelanto de lo que enfrentarán jugadores y aficionados en la próxima final de la Copa del Mundo, que tendrá lugar en Estados Unidos, Canadá y México el próximo año.
Al otro lado del charco, en la ciudad de Girona, la selección nacional de Inglaterra, que se está preparando para su encuentro contra Andorra, está usando carpas térmicas para evaluar la respuesta de los jugadores y su recuperación tras el entrenamiento en condiciones de calor y humedad.
La seguridad de los jugadores está en riesgo
Un estudio reciente publicado en el International Journal of Biometeorology subrayó los riesgos que el calor extremo representa para los jugadores y los espectadores, dado que el cambio climático provoca olas de calor “más frecuentes e intensas”. El estudio determinó que 14 de las 16 ciudades donde se celebrará el Mundial de 2026 están experimentando temperaturas que sobrepasan ampliamente los límites de seguridad aceptables según el índice WBGT, que es una medida común de agotamiento por calor.
El estudio sugirió que los partidos deberían programarse en horarios que no sean por la tarde, cuando las temperaturas están más elevadas. Además del calor extremo y la humedad, cinco encuentros del Mundial de Clubes se cancelaron por posibles tormentas eléctricas.
El juego del martes entre Boca Juniors de Argentina y Auckland City de Nueva Zelanda se convirtió en el quinto encuentro del torneo en tener un retraso prolongado. El encuentro entre el Benfica y Auckland se pospuso casi dos horas por las condiciones climáticas.
Ben Schott, un miembro del Servicio Nacional de Meteorología que da asesoría a la FIFA y al equipo del Mundial de 2026, mencionó que este tipo de clima no es raro y que todos deberían estar listos para ello el año que viene.
“Lo que estamos observando en este momento no es extraño, aunque estemos estableciendo récords”, afirmó Schott a la AFP. “La mayor parte del este de Estados Unidos está rompiendo récords, y eso sucede casi todos los veranos. Por lo tanto, se anticipa algo parecido el próximo año, y aquellos que piensen asistir a los partidos deben prepararse”. A pesar de que el calor supuso un reto cuando Estados Unidos organizó la Copa Mundial en 1994, no se canceló ningún partido debido a alertas de tormenta.
