Los líderes europeos, que han presenciado el aviso de las alarmas antiaéreas, han prometido nuevos envíos de armas, y han coincidido en la necesidad de otorgar a Kiev el estatus de candidato para la adhesión a la UE cuanto antes

Macron, Scholz, Draghi y Iohannis coinciden: “Ucrania pertenece a la familia europea”

AFP/LUDOVIC MARIN - De izquierda a derecha, el primer ministro de Italia Mario Draghi; el canciller de Alemania, Olaf Scholz; el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el presidente de Rumania, Klaus Iohannis, se reúnen para una sesión de trabajo en el Palacio Mariinsky, Kyiv, Ucrania, el 16 de junio

La primera visita de los cuatro líderes europeos – Macron, Scholz, Draghi y Iohannis – a Ucrania ha llegado a su fin con la idea compartida de que Ucrania debe convertirse en un "candidato inmediato a la adhesión", tal como ha afirmado el presidente francés, Emmanuel Macron. 

“El mensaje más importante de nuestra visita es que Italia quiere a Ucrania en la Unión Europea (UE), quiere que tenga estatus de candidata y apoyará esta posición en el próximo Consejo Europeo. Zelenski sabe que hay un camino que recorrer, no solo un paso”, eran las palabras del presidente italiano tras la reunión de los cuatro líderes con Zelenski. La Unión está “en un punto de inflexión”, y ahora Ucrania “deberá ver reformas profundas”, agregó. 

Poco después de la llegada de Scholz, Macron y Draghi en tren a la capital ucraniana, sonaron las sirenas que advertían de un posible ataque aéreo, recordando la situación que enfrenta el país desde el pasado 24 de febrero. De esta forma informaba el corresponsal de la cadena germana NTV en Kiev, que dijo que, pese a que la alarma se activa entre dos y tres veces al día, llevaba cerca de 48 horas sin sonar. 

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El incidente no impidió a los representantes europeos visitar la cercana localidad de Irpin, donde recorrieron unas calles testigo de los ataques rusos en medio de un fuerte dispositivo de seguridad y condenaron la actuación de las tropas del Kremlin. Irpin es “un lugar destruido”, dijo Macron, afirmando haber visto “las trazas, los estigmas de la barbarie”, de los “crímenes de guerra”. “Tenéis al mundo de vuestra parte”, expresó el presidente italiano, Mario Draghi, a Oleksiy Kuleba, jefe de la administración militar de la región. “Este es un lugar de destrucción, pero también de esperanza. Hemos escuchado por parte de las autoridades ucranianas palabras de dolor, pero también de esperanza y de futuro”, agregó. 

La localidad de Irpin, al igual que Bucha y Borodianka, es conocida por haber sido escenario de los crímenes de guerra perpetrados por las tropas rusas. Mariúpol, que ahora se encuentra bajo control de Moscú, entra también en esta lista, con las sospechas de que su territorio esconde fosas comunes que podrían albergar hasta 20 000 cadáveres.

Los mandatarios de Francia, Italia, Alemania y Rumanía, ya reunidos, se encontraron con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski para almorzar y acercar posturas en un acto que tenía como objetivo simbolizar el apoyo europeo al Gobierno de Kiev. “Un placer reunirme con el presidente de Francia, el canciller de Alemania, el primer ministro de Italia, y el presidente de Rumanía”, decía Zelenski, a través de su cuenta de Telegram, sobre una reunión que se ha saldado, entre otras cosas, con la promesa de nuevos envíos de armamento por parte de Francia. 

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El líder del Elíseo anunció, durante la posterior rueda de prensa, el envío de seis cañones pesados autopropulsados Caesar a las fuerzas ucranianas, que se sumarán a los 12 ya enviados hasta el momento. Un anuncio que da respuesta a la insistencia de Kiev por que Occidente envíe nuevos cargamentos de armas y munición para enfrentar a las tropas rusas, y que parece contradecir las declaraciones previas realizadas por París, que afirmaba no querer provocar al Kremlin. 

Además, el canciller alemán Olaf Scholz hizo público en su cuenta de Twitter sus agradecimientos “por aceptar la invitación a participar en la cumbre del G7”, celebrada próximamente en Berlín. A la que se sumará, después, la cumbre de la OTAN en Madrid, donde el presidente Zelenski estará también presente. Y es que la visita se ha producido en un momento clave para la diplomacia europea; a los encuentros del G7 y la Organización del Atlántico precederá la reunión de la Comisión Europea, este viernes, donde se decidirá si se concede, o no, el estatus de país candidato a Ucrania.

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“Por supuesto, doy la bienvenida a que el presidente Macron y el canciller Scholz y también el primer ministro Draghi estén en Kiev. Es un mensaje de solidaridad de muchas formas”, decía el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber, en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de Defensa aliados celebrada entre ayer y hoy en Bruselas. Uno de los principales acuerdos alcanzados por los ministros es el refuerzo del flanco oriental de la alianza, así como el aumento de fuerzas en los batallones de combate en los bálticos y Polonia con tropas preasignadas. 

De mientras, Moscú ha declarado, a través del portavoz de la Presidencia, Dmitri Peskov, que esperan que el encuentro sirva a Zelenski para “ver el estado real de las cosas”, advirtiendo de que los acuerdos sobre “futuros suministros de armamento” solo “prolongarán el sufrimiento de la gente y causarán nuevos daños al país”. 

El viaje de Macron, Scholz, Draghi y Iohannis se ha producido tan solo un día después de la visita de los también candidatos a integrarse en la Unión, la República de Albania, Montenegro y Macedonia del Norte, cuyos líderes, Edi Rama, Dritan Abazović y Dimitar Kovačevski, respectivamente, emitieron –junto al presidente Zelenski – una declaración conjunta en apoyo de la concesión a Ucrania del estatus de candidato a miembro de la UE.