Naciones Unidas denuncia nuevamente la violencia de los islamistas, a pesar de sus intentos por mostrarse moderados ante la comunidad internacional

Más de 100 personas vinculadas al anterior Gobierno afgano han sido asesinadas por los talibanes

REUTERS/JORGE SILVA - Un miembro talibán sostiene una pistola en la reserva de Qargha, en las afueras de Kabul, Afganistán

Continúan llegando noticias desoladoras desde Afganistán. Poco después del reciente viaje de una delegación talibán a Oslo, un nuevo informe de Naciones Unidas ha relevado el asesinato de más de 100 personas vinculadas al anterior régimen afgano. El secretario general, Antonio Guterres, señala también “desapariciones forzadas y otras violaciones que afectan el derecho a la vida y la integridad física”. Entre las víctimas se encuentran militares, funcionarios y otros ciudadanos que trabajaron con las tropas extranjeras, como traductores. 

Los intérpretes afganos pidieron asilo a los diferentes países desplegados en Afganistán antes de su retirada, ya que, tal y como aseguraron, los talibanes los asesinarían por colaborar con extranjeros. A pesar de que varios Gobiernos organizaron vuelos para evacuar a los traductores del país, muchos de ellos todavía continúan en Afganistán. Los fundamentalistas están detrás de la mayoría de estos asesinatos, a pesar de sus promesas de “amnistía” para los miembros del anterior gobierno liderado por Ashraf Ghani y las fuerzas de seguridad afganas.

El expresidente afgano Ashraf Ghani AP/ALEX BRANDON

El informe, al que ha tenido acceso varios medios de comunicación como la agencia Associated Press, destaca que activistas y reporteros han sido "atacados, intimidados, hostigados, arrestados arbitrariamente, maltratados y asesinados". La ONU ha reportado 44 casos de arrestos temporales, palizas y amenazas de intimidación, 42 de ellos por parte de los talibanes.  

El pasado mes de septiembre, las imágenes de los periodistas afganos Taqi Daryabi y Nematullah Naqdi pusieron de manifiesto la brutalidad de los talibanes contra los medios de comunicación. Los islamistas golpearon a los reporteros del periódico Etilaaz Rot con cables eléctricos, gomas y látigos durante cuatro horas por cubrir las manifestaciones de las mujeres. En este sentido, también cabe destacar la opresión que sufren las ciudadanas afganas por parte de las autoridades. Los talibanes aseguran ser más moderados que sus antecesores de la década de 1990, pero lo cierto que es las mujeres y las niñas son excluidas del trabajo y de la educación, además de ser objeto de flagrantes violaciones de derechos humanos.

En esta foto de archivo tomada el 30 de abril de 2021, antiguos intérpretes afganos de las fuerzas de EE.UU. y la OTAN se reúnen durante una manifestación en el centro de Kabul, en vísperas del comienzo de la retirada formal de las tropas de Washington, aunque las fuerzas se han reducido durante meses AFP/WAKIL KOHSAR

Tamana Zaryabi Paryani y Parawana Ibrahimkhel han sido las últimas activistas afganas desaparecidas en el país. Ambas habían participado en protestas contra las leyes misóginas impuestas por los talibanes. Paryani difundió un vídeo que mostraba el momento en el que los militantes llamaban a su puerta. "Por favor ayuda, los talibanes han venido a mi casa, mis hermanas están en casa", lamentó la activista. A pesar de la repercusión del vídeo, los talibanes han considerado la grabación “falsa”, tachándola de “drama frabricado”, tal y como la describió un portavoz de la policía en Kabul, Mobin Khan. Sin embargo, estos no son los únicos casos de afganas desaparecidas desde que los talibanes se hicieron con el poder. Organizaciones de derechos humanos también han exigido información sobre otras mujeres desaparecidas, como Alia Azizi, funcionaria de prisiones de Herat, en paradero desconocido desde principios de octubre.

Esta fotografía difundida por los talibanes afganos y tomada el 22 de enero de 2022 muestra al alto funcionario talibán Anas Haqqani (R) y a los delegados sentados en un avión antes de partir hacia Oslo, en el aeropuerto de Kabul, en Kabul AFP/TALIBAN
El informe de la ONU muestra el enfrentamiento entre los talibanes y el IS-K

La misión de la ONU en Afganistán ha recibido otras “acusaciones creíbles de ejecuciones extrajudiciales de al menos 50 individuos sospechosos de estar afiliados al IS-K”. Desde que los talibanes tomaron Kabul el pasado agosto y las fuerzas extranjeras se retiraron, la actividad terrorista en el país asiático ha experimentado un peligroso aumento. Mezquitas chiíes han sufrido atentados en ciudades como Kunduz y Kandahar. Es precisamente esta minoría religiosa, que representa alrededor del 15% de la población afgana, una de las más perseguidas por los terroristas y también por los talibanes.

En esta fotografía tomada el 16 de enero de 2022, combatientes talibanes hacen guardia durante un desfile militar en Maymana, capital de la provincia de Faryab AFP/ELISE BLANCHARD

Por otro lado, el IS-K también mantiene una guerra con los talibanes, actuales dirigentes del país. En septiembre, dos combatientes fueron asesinados en un puesto de control por un terrorista armado. Dos meses después, Maulvi Hamdullah Mukhlis, un alto cargo talibán, murió en un atentado contra un hospital militar de Kabul. Mukhlis era miembro de las fuerzas especiales Badri 313 y de la red Haqqani. 

Las denuncias de Guterres se producen una semana después del viaje de los talibanes a Oslo en busca de ayuda humanitaria y reconocimiento internacional. En un hotel de la capital noruega los fundamentalistas se reunieron con representantes de Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Alemania, Italia, la Unión Europea y Noruega. “El hecho de que hayamos venido a Noruega y que este país nos haya dado esta oportunidad es un éxito en sí mismo porque hemos compartido el escenario internacional”, declaró a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores talibán, Amir Khan Muttaqi. No obstante, los representantes occidentales han puesto como condición para reanudar los fondos que las autoridades respeten los derechos humanos.

El representante talibán Amir Khan Muttaqi (C) hace una declaración tras una reunión de representantes especiales internacionales y representantes talibanes en el hotel Soria Moria, el 24 de enero de 2022 en Oslo, Noruega AFP/STIAN LYSBERG

A pesar de que esta reunión tuviese el objetivo de lograr una solución a la grave crisis humanitaria que sufren los ciudadanos afganos, tal y como anunció la ministra de Exteriores de Noruega, Anniken Huitfeldt, el encuentro ha creado controversia entre los ciudadanos afganos. "Me entristece que un país como Noruega organice esta cumbre y haga acuerdos con terroristas en la mesa" de negociaciones, lamentó Wahida Amiri, una activista feminista que se manifiesta en Kabul desde agosto. "El mundo tendría que tener vergüenza de aceptar esto y abrir sus puertas a los talibanes", añadió 

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