Mohamed VI defiende la marroquinidad del Sáhara Occidental en la Fiesta del Trono

Paco Soto

Pie de foto: El rey de Marruecos, Mohamed VI, en una foto de archivo, durante el discurso de la Fiesta del Trono.

El rey de Marruecos, Mohamed VI, hizo este sábado una defensa a ultranza de la marroquinidad del Sáhara Occidental durante el discurso institucional que pronunció con motivo de la Fiesta del Trono. El soberano alauita dejó claro que la petición de ingreso de Marruecos en la Unión Africana (UA), entidad panafricana donde está integrada la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) controlada por el independentista Frente Polisario apoyado por Argelia, no significa que Rabat haya renunciado a la soberanía sobre la antigua colonia española. Al revés, según destacó Mohamed VI: “La decisión de Marruecos de reintegrarse en la familia institucional africana no significa en modo alguno la renuncia del Reino a sus derechos legítimos ni el reconocimiento de una entidad ficticia carente de los atributos más elementales de soberanía y que entró en la Organización de la Unidad Africana en flagrante violación de su Carta”.

El monarca, que llegó al poder hace 17 años, en julio de 1999, después de la muerte de su padre y antecesor en el Trono, Hasan II, afirmó que Marruecos quiere volver a su “lugar natural” en África, según informó la agencia de noticias marroquí MAP. Mohamed VI tuvo palabras de agradecimiento para los “Estados hermanos”, que son 28 países africanos, que han roto con la RASD y firmado una moción en favor de la opción marroquí sobre el Sáhara Occidental. La decisión de estos Estados “ha ayudado” al Reino Alauita en su afán por integrarse en la UA, reconoció el soberano.

Asociaciones con Francia y España

Marruecos se ha convertido en una potencia económica en África, invierte en muchos países de la parte subsahariana del continente y promueve con esta región estrechas relaciones en materia económica, cultural, educativa y religiosa. El monarca también recalcó las “asociaciones estratégicas con aliados como Francia y España” que mantiene Marruecos y su apertura política y económica a grandes potencias emergentes como China, Rusia e India. Abundando en la misma línea, el rey de Marruecos celebró la colaboración entre su país y “la Unión Europea”, porque “sienta las bases sólidas para el desarrollo de una asociación tradicional que nos une”.

“Nuestra opción de diversificar las asociaciones se fundamenta en el respeto mutuo y en el compromiso de trabajar para reforzar la cooperación sobre una base de beneficio mutuo” en ámbitos tan importantes y “vitales” como la lucha contra el terrorismo yihadista, la cooperación militar, la agricultura y las infraestructuras, señaló Mohamed VI. En clave interna, el monarca emplazó a los marroquíes a ser vigilantes y estar movilizados para hacer frente al terrorismo y mantener la seguridad del país. “El mantenimiento de la seguridad es una responsabilidad que se extiende más allá del tiempo y el espacio. Es en definitiva una responsabilidad para todos nosotros”, puso de manifiesto Mohamed VI.

Pie de foto: Mohamed VI durante un acto en la Fiesta del Trono.

“Vencer a los terroristas”

En este sentido, el rey Mohamed VI defendió la coordinación entre los servicios de seguridad, internos y externos, con las Fuerzas Armadas y con los ciudadanos y elogió la labor de las fuerzas policiales y sus “tremendos sacrificios para “anticiparse y vencer a los terroristas”. Asimismo, se mostró satisfecho de la colaboración y coordinación con otros servicios de seguridad de países “hermanos y amigos”, como España, que ayudaron a impedir varios atentados terroristas a pesar de las “conspiraciones atroces” contra Marruecos. Con motivo del decimoséptimo aniversario de su llegada al Trono, Mohamed VI alabó las “reformas políticas profundas, las grandes obras económicas y los proyectos de desarrollo humano que han cambiado la fisonomía de Marruecos”.

A pesar de las mejoras y reformas que ha experimentado Marruecos en los últimos 17 años, el soberano alauita advirtió de que “aún nos queda mucho por hacer, sobre todo ahora que estamos empezando una nueva etapa que dará su primer paso en las próximas elecciones legislativas” de octubre de 2016. “Yo no participo en las elecciones y no soy miembro de ningún partido, porque yo soy el rey de todos los marroquíes, de los candidatos, de los electores y de los que no votan” y de “todas las formaciones políticas, sin discriminación o exclusión”, dijo el jefe del Estado. Mohamed VI hizo un llamamiento a combatir la corrupción, porque “no es una fatalidad” y es un asunto “del Estado y de la sociedad”.

Rodríguez Zapatero, condecorado

Con motivo de la Fiesta del Trono, Mohamed VI otorgó al expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la más alta consideración del Reino Alauita, la Orden del Trono, en su categoría de “clase excepcional” y por sus “servicios distinguidos”. Fue Hasan II quien creó esta condecoración en 1963. Los beneficiarios de la Orden del Trono son distinguidos por sus acciones favorables a los intereses de Marruecos y la institución monárquica. La insignia otorgada a Rodríguez Zapatero está compuesta por una estrella de Marruecos en plata y esmalte verde, acompañada de rayos plateados entre los brazos. En su zona inferior lleva escrita la palabra en árabe ‘El Trono’. Siendo jefe de la oposición al Gobierno de José María Aznar, el exsecretario general del PSOE viajó a Marruecos, a finales de 2001, en plena crisis diplomática con España.

El Gobierno de Aznar y el PP criticaron la decisión de Rodríguez Zapatero, que fue valorada positivamente en Marruecos por el conjunto de las fuerzas políticas y la mayoría de los medios. El expresidente del Gobierno viajó a Marruecos a petición de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), formación integrada en la Internacional Socialista. Si el Gobierno de Aznar mantuvo una relación muy mala con las autoridades marroquíes, sobre todo en el segundo mandato, Rodríguez Zapatero logró una mejora sustancial en todos los ámbitos. El Gobierno del PP de Mariano Rajoy, a grandes rasgos, siguió la misma política con Marruecos que el Ejecutivo socialista.

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