Marruecos despidió este jueves a Aisha El Khattabi, la última descendiente de Abdel Karim El Khattabi, representante de la lucha contra la ocupación colonial.
El funeral de Aisha El Khattabi tuvo lugar este jueves en presencia de Su Alteza Real el Príncipe Moulay Rachid. Tras las oraciones de Addohr y del muerto, el cuerpo de la difunta fue inhumado en el cementerio de Errahma. Aicha El Khattabi falleció el miércoles en Casablanca a la edad de 81 años tras una larga enfermedad.
El rey Mohamed VI, acostumbrado a enviar fuertes señales políticas, quiso confiar a su hermano, el príncipe Moulay Rachid, la responsabilidad de presidir las ceremonias fúnebres de Aisha Al-Khattabi, hija del líder rifeño Abdel Karim Al-Khattabi. Para aquellos que no conocen algunos de estos hechos históricos, especialmente la generación que vivió los acontecimientos del Rif y las detenciones de Zefzafi y sus compañeros, el rey Mohammed VI, desde su ascenso al trono, ha tratado a la región del Rif y a la familia del líder Khattabi con especial cuidado, incluso hay quienes hablan de una amistad especial entre él y la familia.
Por ello, hay que señalar cómo recibió en palacio a Aisha El Khattabi y a su hermano Saeed, y cómo trató a la familia de El Khattabi con especial aprecio y cariño. El monarca marroquí empezó a pasar parte de sus vacaciones privadas en el norte, concretamente en una playa a la que suele llegar por mar desde su residencia privada en el M'diq.

Aisha El Khattabi participó en la recepción real con motivo del Día del Trono, precedida por otro encuentro en una ocasión anterior, que refleja el estatus que disfrutó con Mohamed VI. Este tratamiento fue agradecido públicamente con orgullo y con el reconocimiento del impacto especial que sentía.
Tras los acontecimientos de Alhucemas, la fallecida fue un ejemplo de mujer marroquí que no intentó explotar el simbolismo de su padre para exacerbar la situación. Por el contrario, fue una voz de sabiduría y razón alejada de las estrechas fronteras locales y prejuicios porque creía en un Marruecos que pudiera acoger a todos sus habitantes, como expresó más de una vez.
La difunta creía en un Marruecos unificado y expresó su orgullo por su país y por su rey al día siguiente de la recepción real.

Aisha El Khattabi actuó con sabiduría en la organización del traslado de los restos de su padre a su ciudad natal como una discusión secundaria que no debería oscurecer el crecimiento y el desarrollo que está experimentando la región.
La región del Rif es un lugar especial y un destino constante para Mohamed VI quien siempre ha prestado especial atención a sus residentes.
La fallecida era memoria viva de la región del Rif, y sus testimonios sobre la cohesión de la resistencia de su padre a los colonialistas españoles con otros movimientos de resistencia nacional en otras partes del país enriquecieron la memoria colectiva marroquí en aras de la libertad y la independencia.
Casablanca mantiene sentimientos de agradecimiento y respeto hacia la fallecida, pues su esposo trabajó durante mucho tiempo como médico en la capital económica, y es la misma ciudad en la que ella ha sido enterrada.