La Covid-19 se ha llevado la vida de Brahim Moussa, saharaui, nacido en Dajla en 1945, amante de España, era considerado uno de los pilares de la diplomacia marroquí en los últimos años en América Latina. Su fallecimiento se produjo el pasado viernes 29 de enero, a los 76 años de edad, en el hospital militar de Rabat, donde era atendido por insuficiencia respiratoria provocada por el coronavirus.
Moussa fue el primer saharaui doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid; muy joven procurador por la provincia de Villa Cisneros; médico jefe de Dajla en 1979 nombrado por Hassan II en un momento clave para la situación del Sáhara Occidental; cinco años médico jefe de la provincia de Tánger en 1980; cónsul general de Marruecos en las Islas Canarias de 1985 a 1992; embajador extraordinario y plenipotenciario de Marruecos en Mauritania de 1992 a 1997 y embajador encargado de misión del ministro de Asuntos Exteriores de 1997 a 1999.
Tras la llegada al trono de Mohamed VI fue nombrado embajador en varios países de América Latina, entre ellos Venezuela y República Dominicana, donde consiguió numerosas adhesiones a las tesis de Marruecos sobre el Sáhara.
Persona excepcional, según los que le conocieron, jovial, divertido, cariñoso y un verdadero caballero. Un libro de historia andante de su país y de las tribus del sur de Marruecos.
Recibió varias condecoraciones prestigiosas, entre ellas la de Comendador de la Orden de África, concedida por las autoridades españolas en 1974, la Ouissam de la Marcha Verde, Ouissam de Dakhla, Comendador de la Orden Nacional del Mérito de la República Islámica de Mauritania, la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, la más alta distinción de la República Dominicana.
El Reino de Marruecos pierde a un gran hombre que sirvió a su país durante toda su vida, contribuyó a que Marruecos estuviera más presente en la escena internacional y mantuvo siempre una excelente relación con España y los españoles, invitados siempre cuando celebraba como embajador la Fiesta del Trono.