Georgia tiene nuevo jefe de Gobierno, Gueorgui Gajaria, un carismático y controversial político procedente del partido gobernante Sueño Georgiano, tras la renuncia la semana pasada de Mamuka Baktadze. Entre sus prioridades estará controlar la situación en el país de cara a las parlamentarias de 2020; continuar con el acercamiento a la Unión Europea y la OTAN; mejorar las relaciones con Estados Unidos; y reequilibrar la influencia de Rusia sobre Georgia, que se opone a dejar salir a Georgia de su zona de influencia.
En esa línea se dibuja la tensión entre los países vecinos a raíz de la guerra de agosto de 2008 por la ocupación rusa de las provincias separatistas georgianas, Osetia del Sur y Abjasia (y que llevó a que Georgia rompiera las relaciones diplomáticas con el Kremlin).
El trámite parlamentario necesario para la designación del nuevo primer ministro se solventó el domingo sin mayores dificultades. Gajaria, quién fue el único candidato oficialista y que se esperaba solventara el procedimiento, era viceprimer ministro y ministro del Interior de Georgia de la Administración anterior. El nuevo primer ministro, al que algunos llaman irónicamente como el hombre de Moscú, es visto como un político de mano dura lo que convence a muchos en el país.

Baktadze anunció su dimisión el pasado día 2 como jefe del Gobierno al considerar que había cumplido con su misión al frente de la república caucasiana. Los sucesos desde entonces se produjeron con efectividad y rapidez. Pese a que el partido gobernante tenía que presentar al presidente del país la candidatura del nuevo jefe del Gobierno en un plazo de siete días, la nominación del hoy primer ministro por el partido gobernante se produjo el día después de la dimisión de Baktadze.
Según la oposición georgiana, la presentación de la candidatura de Gajaria a la jefatura del Gobierno supone "el principio del fin" del partido gubernamental. Otros opinan que "la designación de Gajaria al puesto de primer ministro es una señal a la oposición y la sociedad de que nadie en Georgia puede intentar actuar fuera de los marcos constitucionales", declaró a Efe el experto en temas políticos Vajtang Dzabiradze. "Todos estamos de acuerdo en que la ocupación es el mayor problema, el mayor desafío, el mayor mal en nuestro país", dijo Gajaria en relación a la situación en Osetia del Sur y Abjasia.
Gajaria creó mucha controversia cuando el pasado 21 de junio un diputado ruso, Sergei Gavrilov, visitó Georgia al frente de una delegación de su país para participar en la reunión 26ª sesión de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia (una reunión de países cristianos principalmente ortodoxos). La gestión de la visita de la delegación rusa fue el motivo de una protesta, que algunos consideran justificada, y que llevó a una violenta represión contra los manifestantes. Muchos acusan a Gajaria, entonces ministro de Interior, de la dura represión empleada contra los manifestantes.

Los disturbios por la visita del diputado, que llegó a sentarse en el sillón del presidente de la Cámara durante el encuentro, se saldaron con más de 240 heridos e hicieron que tanto el partido gubernamental como la oposición se acusaran mutuamente por los hechos.
El ya ex primer ministro dijo en su momento que la protesta se ha visto "manipulada por fuerzas políticas destructivas que fueron más allá del marco constitucional". El legislador ruso que estaba de visita es miembro del partido comunista y apologista del expansionismo geopolítico ruso.
Según observadores, Gajaria destaca por no eludir las responsabilidades ni tener reparos en ganar nuevos enemigos, cualidades que se hicieron evidentes en el contexto de las protestas que durante tres meses exigieron su renuncia por reprimir la manifestación frente al Parlamento el pasado junio.

En ese momento, la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, señaló con el dedo a Rusia por lo ocurrido, acusándole de "enemigo y ocupante" y de tener a una "quinta columna" detrás de los violentos disturbios registrados en la capital, que amenazaban con dividir al país, según informaba Reuters.
La influencia de Rusia sobre Georgia continúa siendo un tema políticamente sensible. Es más, pese a que los principales partidos del país apenas difieran en sus posiciones económicas y sociales, lo que claramente los distingue es su postura sobre Rusia - entre los que abogan por una mayor sintonía y acercamiento y los que no.

La inestabilidad gubernamental en Georgia es uno de las dificultades a las que se enfrenta el país. Gajaria es el quinto primer ministro que tiene Georgia en los últimos siete años desde las elecciones parlamentarias de 2012, que llevaron al poder al Sueño Georgiano. Bajtadze, antiguo titular de Finanzas georgiano, fue elegido jefe del Gobierno georgiano en junio de 2018 tras la dimisión de Gueorgui Kvirikashvili, quien abandonó su cargo por diferencias con el partido gobernante y en medio de protestas antigubernamentales que sacudían el país.
Mientras tanto, la tensa relación de Georgia con Rusia no deja de ser la principal causa de preocupación para los ciudadanos georgianos que se jugarán mucho en las parlamentarias de 2020.