Pedro Canales, analista internacional especializado en el Magreb, pasó por los micrófonos de “De Cara al Mundo” en Onda Madrid para analizar la urgente maquinaria diplomática de Argelia

La ofensiva diplomática de Argelia

SPUTNIK/MIKHAIL METZEL - El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, asisten a una ceremonia de firma luego de sus conversaciones en el Kremlin en Moscú el 15 de junio de 2023
photo_camera SPUTNIK/MIKHAIL METZEL - El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, asisten a una ceremonia de firma luego de sus conversaciones en el Kremlin en Moscú el 15 de junio de 2023

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, ha lanzado una ofensiva diplomática con el objetivo de contrarrestar el incremento del apoyo internacional a la propuesta de Marruecos de amplia autonomía para el Sáhara Occidental bajo su soberanía. Un escenario geopolítico que analizamos con Pedro Canales, analista internacional del Magreb y colaborador de la revista Atalayar, en una entrevista en “De Cara al Mundo” en Onda Madrid con Javier Fernández Arribas.  

¿El Gobierno de Argelia necesita esta ofensiva diplomática? 

La necesita y de manera urgente. La primera visita, la que tiene más importancia, es la del presidente Tebboune a Moscú, que yo creo que tiene dos aspectos: uno militar y otro político. En lo militar, Argel quiere que Rusia - de la que depende el 80% de su armamento - le suministre armas modernas, sistemas de misiles y drones con los que pueda competir con los que está recibiendo o va a recibir Marruecos, su rival geopolítico en el Magreb, y que proceden de Israel, de China y de Estados Unidos, sobre todo.

PHOTO/ARCHIVO - Pedro Canales, analista internacional especializado en el Magreb
PHOTO/ARCHIVO - Pedro Canales, analista internacional especializado en el Magreb

Pero Tebboune no lo ha conseguido. Los rusos necesitan ese armamento para la guerra de Ucrania y solamente pueden vender chatarra que no necesitan: carros de combate, aviones de carga, algún submarino defensivo, algunos cazas modernos, pero de nivel secundario. Lo principal se lo quedan ellos por razones obvias.  

Además, hay un problema, que los rusos han planteado a los argelinos, y es el pago del armamento. Argel tiene en este momento una deuda pendiente de unos 10.000 millones de dólares con Rusia que no puede pagar por las sanciones de Occidente al sistema bancario ruso. Rusia quiere o bien, que se pague en otra moneda como hacen hindúes, brasileños o chinos, o bien que se pague por trueque o por medio de terceros. Hasta este momento no hay acuerdo. 

En cuanto al lado político de la visita, creo que se ha limitado a un mensaje o a una advertencia de Argelia a Francia y a Estados Unidos, pero en realidad Argel ha sacado poco o nada de la misiva. Moscú no se ha comprometido ni por activa ni por pasiva a apoyar a Argelia en su mini guerra contra Marruecos. Putin no ha dicho ni una sola palabra de la independencia o la autodeterminación para el Sáhara Occidental. 

El mismo día en el que Tebboune llegaba a Moscú, la Agencia TASS publicaba un informe del comercio ruso en África en el que destacaba que la balanza comercial, fuera de las armas, entre Rusia y Marruecos es cinco veces superior a la de Rusia con Argelia, lo cual indica dónde pueden situarse las prioridades. 

¿Cómo se conjuga los abrazos de Tebboune a Putin en Moscú con la visita del ministro de Exteriores argelino a Italia, Serbia y Alemania? 

En el caso de Italia, creo que es un poco para tranquilizar a los italianos de que Argelia va a cumplir con los suministros del gas. Los italianos empiezan a sospechar que Argelia no tiene la capacidad de producción suficiente para suministrar todo el gas que necesitan, y eso a los de la bota italiana les preocupa realmente mucho. 

En cuanto a Serbia y Alemania, la diplomacia argelina quiere frenar un poco la orientación de los dos países, que se apoya mucho más en la autonomía que ofrece Marruecos para resolver la crisis en el Sahara Occidental. Lo hizo ya el anterior ministro de Exteriores de Serbia y Alemania también se pronunció en la misma línea y no solamente eso, sino que Alemania apoya la propuesta marroquí y la decisión del secretario general de la ONU de enviar su enviado especial, Staffan de Mistura, para convocar a las cuatro partes para que discutan y elaboren acuerdo de principio estable y duradero.  

Argelia no quiere oír hablar de eso y dice que solamente tiene que ser Marruecos y el Frente Polisario los que negocien. Ni Serbia ni Alemania son favorables a esa propuesta. La ofensiva argelina va en esa dirección, la de tratar de buscar apoyos prometiendo cosas que quizás no puede cumplir. En el caso alemán, promesa de compra de armamento y promesa de volver a resucitar el viejo proyecto Desertec en el Sáhara argelino para poder desarrollar plantas de energía solar suficientes como para poder exportar esa energía a Europa. 

Vamos a pasar de un país a otro en el Norte de África. Hemos leído en Atalayar un interesante artículo tuyo sobre la sucesión en Marruecos y cómo está todo bien preparado para un futuro que ya veremos cuándo se produce, sobre todo, con lo que ha ocurrido con la noticia del estado de salud del rey Mohamed VI.  

Yo creo que el tema de la sucesión en Marruecos es un problema que no es un problema, es decir, realmente no hay contencioso. Primero porque existe el ordenamiento jurídico, que es la Constitución, y que hace de Moulay Hassan, el hijo de Mohamed VI y que ya es mayor de edad, el único heredero y sucesor. 

Segundo, porque en esta unanimidad entorno a la sucesión por parte de Moulay Hassan están todos los poderes fácticos del país: el aparato religioso, las Fuerzas Armadas, la Administración del Estado y la clase política. Todos apoyan esa sucesión.  

La única incógnita que yo veo es si el rey Mohamed VI, dado sus delicados problemas de salud, puede encontrar una fórmula para pasar la Jefatura del Estado al sucesor, adelantando las fechas. De cualquier manera, eso no supondría de ninguna manera alguna desestabilización institucional. Hay mucha gente que augura nubarrones de crisis, lo hemos visto en España y también en Europa, pero son quienes creen que tienen mucho que perder en poder y en riquezas con la llegada del nuevo rey. Creo que la sucesión que realmente se presenta más tranquila en el mundo es la marroquí. Lo cual para España es algo fundamental. 

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