Xi Jinping recibió al canciller de Alemania y el encuentro fue visto con recelo en la comunidad internacional desde el punto de vista político

Olaf Scholz realiza una polémica visita a China con la economía como trasfondo

PHOTO/KAY NIETFELD vía AP - El presidente chino Xi Jinping se reúne con el canciller alemán Olaf Scholz en el Gran Salón del Pueblo en Beijing el viernes 4 de noviembre de 2022

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, visitó China y fue recibido por el presidente Xi Jinping en el marco de una intensa agenda que se desarrolló durante escasas horas. El motivo del viaje del líder germano era principalmente económico, pero hubo ciertas reticencias debido al cariz político de este encuentro debido a la posición geopolítica actual del país asiático y su postura ambigua ante la invasión rusa de Ucrania.

Berlín busca las inversiones de Pekín en un momento en el que no es fácil definir una relación diplomática con China, que justo acaba de reforzar el poder del presidente Xi Jinping tras el reciente Congreso del Partido Comunista de China.

Además de la cuestión económica, ambos líderes lógicamente trataron la guerra de Ucrania. Berlín y Pekín consideran que las amenazas rusas con armas nucleares son “inaceptables”, pero ante el fuerte rechazo de Occidente a la invasión rusa del territorio ucraniano, China ha mostrado mayor ambigüedad e incluso cercanía con el régimen de Vladimir Putin, con el que incluso selló varios acuerdos comerciales hace unos meses. 

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Olaf Scholz realizó una visita exprés. Estuvo dos horas con el presidente Xi Jinping, una hora con el primer ministro Li Keqiang y otra hora con la comunidad empresarial alemana asentada en Pekín; el canciller teutón estuvo acompañado en su viaje por una delegación de empresarios alemanes de alto rango, lo que daba muestra de la importancia de la expedición germana a territorio chino. De los 23 viajes que los cancilleres alemanes han hecho a China desde que ambos países establecieron relaciones bilaterales en 1972, ninguno fue tan corto, aunque intenso, como el de Olaf Scholz en Pekín. Y tampoco ninguno antes estuvo rodeado de tanta polémica. 

Olaf Scholz ha sido el primer líder del G7 invitado por Xi Jinping desde la pandemia y justo después del Congreso del Partido Comunista de China que afianzó el liderazgo único del presidente chino al frente del gigante asiático. Justo en un momento en el que hay una serie de problemas políticos globales que hacen que tratar con China sea más difícil ahora que en años anteriores.

El presidente Xi Jinping aseguró que la visita de Scholz "fortalece la cooperación práctica" entre Berlín y Pekín. "En la actualidad, la situación internacional es compleja y fluida. Como potencias influyentes, China y Alemania deben unirse y trabajar juntos en tiempos agitación, y hacer más contribuciones a la paz y el desarrollo mundiales", dijo el líder chino al recibir a Scholz, según informó la emisora estatal china CCTV, que también citó al canciller alemán en su mensaje al líder chino sobre que quería "desarrollar más" la cooperación económica con Pekín, a pesar de "los diferentes puntos de vista".

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Tras la reunión con Xi Jinping, el canciller participó en una rueda de prensa con el primer ministro Li Keqiang. En esta comparecencia ante los medios de comunicación, Olaf Scholz pidió a China que utilizara su influencia sobre Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. "China tiene la responsabilidad de la paz en el mundo. Es importante que China ejerza su influencia sobre Rusia", afirmó el canciller germano. "Los Gobiernos de Pekín y Berlín también están de acuerdo en que las amenazas rusas con armas nucleares son inaceptables", indicó.

Mientras, Li Keqiang siguió manteniendo el discurso oficial chino desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. "Esperamos que la crisis termine lo antes posible. No debemos permitir ninguna escalada. No queremos que se viole la paz mundial y la estabilidad regional", explicó. 

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Los líderes de Alemania y China revisaron las relaciones bilaterales y otros asuntos internacionales como la lucha contra el cambio climático y la situación en el este de Asia, además de las referencias a la guerra de Ucrania. 

Olaf Scholz ha sido criticado internacionalmente, incluso dentro de su propio Gobierno, por esta visita a China. Mientras, el séquito de Scholz describía la visita del canciller como un "viaje exploratorio".

La visita tuvo un cariz especialmente económico para buscar desarrollar más vínculos financieros y comerciales. Pero diversos analistas apuntan a que en Alemania se teme que esto genere una dependencia de China, que ha jugado un papel ambiguo ante la invasión rusa de Ucrania y que mostró cierta cercanía incluso con el régimen de Vladimir Putin, con el que selló hace unos meses diversos acuerdos económicos. Una dependencia que pueda llegar a ser del mismo nivel que la que el país germano adquirió con Rusia en relación con el sector del gas. 

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Como una extensión del Gobierno chino, las empresas estatales apuntan a las principales industrias en todo el mundo y crean dependencias a través de sus inversiones, algo que da opción para presionar políticamente, tal y como sucedió con el gas y Rusia, como señalaron diversos expertos, según el medio Al Ain News. 

En el acuerdo para formar la coalición gobernante en Alemania, las partes acordaron desarrollar una nueva estrategia para China, después de la mala experiencia vivida con la dependencia energética con Rusia. En esta línea, Annalena Baerbock, ministra alemana de Asuntos Exteriores y socia de Gobierno de Scholz, explicó que Alemania ya no debe depender de ningún país que "no comparte nuestros valores". "Tales errores no deben cometerse dos veces", dijo, incluso insistiendo en cambios en la política alemana hacia China, porque "el sistema político chino ha cambiado drásticamente en los últimos años y, por lo tanto, nuestra política hacia China también debe cambiar".

La posición de Baerbock se ha entendido como una crítica velada a la visita de Olaf Scholz a China, especialmente teniendo en cuenta las diferencias entre los dos países sobre la guerra en Ucrania.

El experto en geopolítica Ulrich Speck criticó en Twitter la estrategia de Scholz y su visita a China, considerando una peligrosa idea la de que “cuando los occidentales creen que dando a Rusia y a China lo que quiere (el control sobre otros países), o al menos una parte, alcanzaremos un nuevo equilibrio mundial estable”.