Omán ha dado un paso importante para acercar posturas con Israel. Aunque aún sin relaciones diplomáticas entre ambos países, Mascate ha anunciado la decisión de abrir su espacio aéreo a “todas las aerolíneas”, incluidas las israelíes. El comunicado emitido por la Autoridad de Aviación Civil omaní confirma que “el espacio aéreo del sultanato está abierto a todas las aerolíneas que cumplan los requisitos de sobrevuelo”, en lo que se, dice, forma “parte de los continuos esfuerzos de Omán para cumplir sus obligaciones bajo la Convención de Chicago de 1944, que estipula la no discriminación entre aviones civiles usados en la navegación aérea internacional”.

A pesar de que en el anuncio no se mencione de forma directa a Israel, se trata de un avance en sus relaciones. Hasta el momento, las aerolíneas israelíes no contaban con la autorización omaní para hacer uso de su espacio aéreo. Aunque sí es cierto que desde Omán habían aplaudido la decisión de otros países árabes de normalizar sus relaciones con Tel Aviv, algo que aún no ha hecho el país omaní.
Arabia Saudí ya emitió un comunicado similar en julio del año pasado en el que anunciaba la misma decisión que ha comunicado hoy Omán. Y en ese caso, también como ahora, Israel celebró la decisión de los saudíes. En esta ocasión, Eli Cohen, ministro de Exteriores de Israel, ha calificado esta como “una decisión histórica que acortará el camino a Asia, reducirá los costos para los ciudadanos israelíes y ayudará a las aerolíneas israelíes a ser más competitivas”. También ha agradecido al sultán omaní, Haitham bin Tareq y al Gobierno de Estados Unidos “por su ayuda sustancial en el éxito de la medida”.

También el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha destacado que se trata de “una excelente noticia” al mismo tiempo que afirmaba que su país “se está convirtiendo en un importante lugar de tránsito entre Asia y Europa”. La similitud de los pasos que están tomando Arabia Saudí y Omán invita al optimismo. Ninguno de los dos ha llegado a establecer relaciones diplomáticas, pero sí han aumentado los contactos con Tel Aviv en los últimos años, lo que desde Tel Aviv confían en trasladar en futuros acuerdos bilaterales.
El precedente más importante, los Acuerdos de Abraham firmados en 2020 gracias a la mediación de un Estados Unidos por entonces presidido por Donald Trump, marcan el camino de lo que quiere hacer Israel con el resto de países árabes. Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, gracias al conocido como “acuerdo del Siglo”, establecieron relaciones con Israel, como hizo más tarde Marruecos, país con quien los hebreos guardan una excelente relación. Desde ese momento, Tel Aviv y Rabat acumulan un importante número de acuerdos que potencian sus relaciones.

Así, aunque despacio, Israel continúa avanzando en la normalización de sus relaciones con los países árabes. Esta decisión de Omán, sin ser determinante, muestra que los lazos son cada vez más estrechos y que la intención de ambos países es seguir fomentando un acercamiento que, si todo sigue la hoja de ruta trazada desde territorio israelí, acabará con la normalización de las relaciones con los omaníes.