Atalayar entrevista a Hach Ahmed Baricalla, dirigente del Movimiento Saharauis por la Paz, que busca una solución viable y pacífica al conflicto del Sáhara Occidental

Primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz: “No entiendo que la democracia interna en el MSP haya incomodado a parte del movimiento solidario español”

Hach Ahmed Baricalla, first secretary of the Saharawi Movement for Peace (MSP)

El Movimiento Saharauis por la Paz surgió recientemente para trabajar en favor de la búsqueda de una solución factible, negociada y pacífica para el problema enquistado en el Sáhara Occidental, alejándose de los postulados del Frente Polisario. Atalayar conversa con su primer secretario, Hach Ahmed Baricalla, para hablar de su organización y de los asuntos que afectan a los saharauis.

El Movimiento Saharauis por la Paz acaba de celebrar su congreso constitutivo. ¿Cómo valora su realización? 

Hemos superado un gran reto, celebrarlo en plena pandemia. Lo maravilloso de todo el proceso es ver cómo cientos de personas sin conocerse, sin compartir el mismo espacio geográfico, ni pertenecer a un mismo entorno tribal se han movilizado con tanto entusiasmo en favor de una idea política. La participación ha sido notable. La presencia y el discurso del presidente Zapatero le dieron al evento una dimensión internacional. El 3 de octubre hemos dado un paso sustancial hacia la solución pacífica y a la vez hacia el pluralismo político tras medio siglo de totalitarismo y sectarismo político e ideológico. En términos generales ha sido un éxito. 

En la declaración final del congreso, no se menciona en ningún momento “el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación”, que ha sido el eslogan principal del Polisario durante 45 años. ¿Por qué? ¿Creen que no es viable hoy día?

En el manifiesto fundacional, sí se menciona la libre determinación y el conjunto de derechos políticos, económicos y sociales del pueblo saharaui. Es más, la solución que proponemos ha de enmarcarse en la libre determinación y en conformidad con los estándares universales para poder determinar el estatus definitivo del territorio.

En esa misma declaración política se dice que el MSP hace un llamamiento “a los dirigentes del Frente Polisario, junto a los de todos los movimientos, corrientes y organizaciones políticas saharauis para instaurar un diálogo para coordinar una estrategia común que permita llegar a una solución pacífica y viable del conflicto”. Además del Polisario, ¿a qué otros interlocutores saharauis se refieren? ¿Incluye a los elegidos en las elecciones generales, regionales y municipales realizadas por el Gobierno marroquí en el territorio?

La aparición del MSP supuso el pistoletazo para el surgimiento de numerosas corrientes e instancias políticas. Incluso algunos   activistas y organizaciones que hasta ahora fungían como de derechos humanos se transformaron en actores políticos. El Polisario ha dejado de estar solo en el tablero. Por supuesto que deberán participar los representantes saharauis elegidos bajo la administración marroquí. Tiene derecho igual que los representantes del Polisario y las demás entidades. Lo importante es consensuar y pactar, cuanto antes, una fórmula. Nosotros hemos definido, a grandes rasgos, una propuesta de arreglo. Se trata de una entidad saharaui propia cuyas competencias, tanto las exclusivas como las compartidas, han de ser negociadas para alcanzar un punto de convergencia entre los derechos e intereses de las partes. 

Hach Ahmed Baricalla, primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP),

El MSP ha pedido al Gobierno marroquí que libere a los saharauis presos, expresamente los de Gdeim Izik. ¿Es una condición previa a un posible diálogo?

Es un gesto indispensable para instaurar la confianza necesaria. Hemos de enterrar los malos recuerdos del pasado, salir del círculo vicioso y mirar al futuro con esperanza. Cualquier gesto de buena voluntad es bienvenido. También podría serlo un compromiso para bloquear más el paso fronterizo de El Guerguerat. 

Igualmente, el MSP pide a la dirección del Polisario que repare el daño material y moral causado a las víctimas de sus actos represivos. ¿Hay presos de opinión aún en las cárceles del Polisario en Tinduf?

A diferencia de Marruecos, el Polisario no ha reparado aún a las víctimas de su represión, ni ha asumido responsabilidad política alguna.  Es una asignatura que sigue pendiente desde los años 70 y 80. El caso actual más llamativo es el de la desaparición de Khalil Ahmed. La dirección del Polisario tiene que dilucidar su paradero.

¿Cómo piensa resolver el problema planteado por la delegación de Dajla, que no se siente representada en la dirección del MSP elegida por el congreso, según escribe el digital marroquí Yabiladi?

Es muy saludable la crítica y el debate abierto en una organización política. Los que venimos del Polisario lo agradecemos más que otros. Diría, incluso, que es muy positivo que la protesta y el descontento sea por las cuotas regionales y no por las tribales. En este caso, a la delegación de Dajla sólo le fallo la aritmética. Se olvidaron de incluir en su cuota a quienes somos de esa ciudad, pero llevamos décadas fuera por razones de fuerza mayor. Lo que importa es la gran avalancha de afiliaciones que se está produciendo y la esperanza que está generando el MSP.

¿Qué modelo han seguido para la organización del Movimiento? ¿Partido centralizado? ¿Federado? ¿Agrupación de asociaciones territoriales y locales? ¿Federación de tribus y etnias?

Para esta etapa inicial y a falta de una experiencia en lo que es el pluralismo político, se ha optado por un modelo centralista. Nuestra principal preocupación es no caer en los errores del Polisario y no dejar que el tribalismo y el caudillismo dominen el sistema.

Hach Ahmed Baricalla, primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP),

Cuando el MSP habla de “las partes interesadas y/o involucradas en el proceso de paz en el Sáhara Occidental”, ¿a quién se refiere? 

Nos referimos a todas aquellas partes que tienen poder por encima de la voluntad de los saharauis. Por supuesto Marruecos y Argelia, pero también potencias influyentes como Estados Unidos, Francia, España y, por último, la ONU. Hasta ahora, los saharauis hemos servido para el juego y el choque de intereses de potencias regionales o mundiales. Ha llegado la hora de que nos ocupemos de nosotros mismos y proporcionemos una etapa de tranquilidad y de prosperidad para nuestro pueblo.

Cuando piden “reactivar las negociaciones de paz”, ¿se refieren a bilaterales, Marruecos-saharauis, o multilaterales, los cuatro interlocutores de Ginebra, o ampliadas a España, Francia y Estados Unidos?

Después de ver cómo en tres décadas tantos esfuerzos y mediaciones internacionales no han aportado absolutamente nada, por no decir que fueron un fracaso, podría ser útil intentar la vía bilateral. A veces la presencia de observadores, testigos y taquígrafos impide a las partes salir de sus posiciones defensivas para hacer concesiones. En el encuentro de Marrakech de 1989 (Hassan II recibió en su palacio de Marrakech a una delegación del Frente Polisario dirigida por Bachir Mustada Sayed, Brahim Ghali y Mahfud Ali Beiba) las partes hablaron con mucha franqueza, les faltó poco para lograr un entendimiento.

¿Cree el MSP que la Unión Africana tiene algún papel que jugar?

No lo creo. Su principal preocupación es evitar cualquier discusión que pueda suscitar crisis como las que experimentó su predecesora, la OUA (Organización para la Unidad Africana), en los años 80 del siglo pasado. Su papel será el de un testigo mudo.

¿Qué piensa el MSP de la crisis suscitada en el paso fronterizo de El Guerguerat?

Es una tormenta en un vaso de agua. No creo que los incidentes de 2017 vuelvan a producirse. De todos modos, ni el cierre, ni la apertura tienen trascendencia. Es simple fogueo, apenas atrae la atención de un par de cascos azules llenos de aburrimiento.  

Hach Ahmed Baricalla, primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP),

¿Tiene previsto el MSP algún plan de acción y comunicación en España, ante la sociedad civil principalmente?

Desde luego. España es importante para el tema saharaui. De hecho, queremos que la sociedad civil entienda y apoye el enfoque del MSP. Quienes resistimos medio siglo y enterramos a hermanos y padres en el desierto de la Hamada tenemos derecho a buscar una salida honorable para nuestra gente. 

Hay que situarse en la piel de las personas y familias que llevan cinco décadas viviendo precariamente en tiendas de lonas en uno de los desiertos más duros del planeta. Confiaba que el enfoque que proponemos y el surgimiento de otra voz distinta al Polisario iba a ser motivo de satisfacción para todo demócrata español conocedor del problema. No entiendo por qué nuestra apuesta por la democracia interna y el surgimiento de nuestro Movimiento ha incomodado a alguna gente del movimiento solidario español, al grupo que se le conoce como “Coordinadora CEAS-Sáhara”. 

Me parece inaceptable su descarada injerencia en el debate interno saharaui. Incluso una grosería monumental calificar de “fantasma” al MSP o criticar al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero por su apoyo a nuestro Movimiento.  De todos modos, nada alarmante, se trata de una extraña mezcla de nostálgicos exmilitares que conocieron al Sáhara por la “mili” y trasnochados militantes del extinto movimiento comunista español y de la izquierda abertzale próxima a Herri Batasuna.  

Son los únicos en España que aún se identifican con el Polisario y su sistema totalitario, siempre guardaron silencio ante su déficit democrático y sus atropellos a los derechos humanos. No hacen sino desplazarse a las reuniones convocadas por el Polisario para corear sus eslóganes. Viajan gracias a las subvenciones de las entidades públicas españolas a las citas y reuniones, incluyendo el viaje de fin de año con todos los gastos pagados para la foto de rigor con los “indígenas” saharauis en sus reservas de Tinduf y a alguna que otra desenfrenada fiesta en las dunas del desierto. ¡Así que, señores de CEAS, lecciones, las justas!

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