Qatar está preparando su nuevo movimiento para apoyar al Gobierno de Trípoli, encabezado por Fayez Sarraj, y le enviará asesores militares para trazar una estrategia con la que enfrentarse al Ejército Nacional Libia, capitaneado por el mariscal Jalifa Haftar, según una información publicada este martes por el diario digital Libya Review y basada en la declaración de un funcionario del Gobierno no identificado.
Esta promesa ha sido fruto de la visita al Gobierno de Trípoli que han hecho esta semana los ministros de Defensa de Turquía y Qatar. La intervención de Ankara en el conflicto libio está siendo muy polémica en la esfera internacional y ha sido rechazada por Francia, Egipto, Chipre, Grecia y Emiratos. El ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, y el de Qatar, Khalid Al-Attiyah, han mantenido conversaciones con el primer ministro del Gobierno de Trípoli, Fayez Sarraj, y el subsecretario de Defensa, Salah Al-Din Al-Namroush, en la capital de Libia, según ha informado el Ministerio de Defensa de Turquía.
Qatar y Turquía llevan tiempo interviniendo en Libia y se han mostrado muy interesado en el apoyo de Fayez Sarraj. La última reunión de los ministros de Defensa turco y qatarí, Hulusi Akar y Khalid bin Mohammed al-Attiyah respectivamente, con el primer ministro Sarraj, ha puesto de manifiesto la importancia que el país del Golfo y el euroasiático le conceden a la zona norteafricana.
Fayez Al-Sarraj y Recep Tayyip Erdogan llegaron a firmar a finales de año pasado un acuerdo por el que se aseguraba la asistencia militar turca y por el que se repartían zonas económicas en el arco mediterráneo, donde Turquía tiene la vista fija en la explotación de gas y crudo. Dentro del conflicto bélico libio se especula ahora con los preparativos de la batalla de Sirte, enclave importante al norte de Libia y que puede suponer un punto de inflexión en la guerra que enfrenta el GNA con el Ejército Nacional de Libia (LNA, por sus siglas en inglés) dirigido por el mariscal Jalifa Haftar, el cual está ligado con el otro Ejecutivo oriental de Tobruk y que recibe el apoyo externo de Arabia Saudí, Egipto, Bahréin (estos grandes rivales de Qatar, al que tienen sometido a un embargo desde 2017), Francia y Rusia. Precisamente, El Cairo había fijado Sirte como una línea roja inviolable que si es tocada provocaría la intervención del poderoso Ejército egipcio.

Las fuerzas de Haftar lanzaron el pasado el 4 de abril de 2019 una ofensiva sobre la capital de Trípoli, bastión del GNA (apoyado desde 2016 por la Organización de Naciones Unidas), pero la intervención turca ha conseguido revertir la situación y las milicias asociadas a Sarraj han recuperado bastante terreno y enclaves importantes como Sabratha, Sorman y el aeropuerto de Al-Watiya.
Unos grupos armados que incluyen mercenarios a sueldo vinculados a grupos ligados en el pasado a entidades terroristas como Al-Qaeda y Daesh, enviados desde Siria por Turquía, que también participa en la guerra civil siria con estos elementos, como han apuntado diversos medios de comunicación. Todo ello con el apoyo financiero del país qatarí dirigido por el emir Tamim bin Hamad al-Thani. En este sentido, el bloqueo que sufre Qatar desde 2017 impuesto por las naciones saudí, egipcia y bahreiní vino motivado porque estos países denunciaron a la monarquía del Golfo por apoyar el terrorismo transfronterizo. Los medios de comunicación libios y turcos ya informaron que el ministro de Defensa de Qatar, Khaled al-Attiyah, llegó a Trípoli el lunes, coincidiendo con la visita del ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, y el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la tiranía de Muamar al Gadafi. Desde 2015, el país tiene dos Ejecutivos: el tutelado por Haftar en el este y uno denominado Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA).
En el último año, la guerra fratricida que sacude desde 2015 el país se ha convertido en enfrentamiento armado multinacional, completamente privatizado, sin Ejércitos regulares, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros. El GNA cuenta con el apoyo de Qatar, Italia y Turquía -que ha comenzado a levantar base militares en Libia-, mientras que Haftar es respaldado por Francia, Jordania, Egipto, Sudán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Rusia, países estos últimos que le dotan de sus propios mercenarios y de armas, pese al embargo de armamento de la ONU que desde 2011 pesa en el país.
Desde hace tres meses, las fuerzas militares de ambos gobiernos, apoyadas por miles de mercenarios extranjeros, se están desplegando en el citado golfo, cuyo control es vital para el futuro del país, en medio de una intensa actividad diplomática internacional para tratar de evitar un nuevo enfrentamiento armado.