Qatar y Estados Unidos dan un paso más en sus relaciones con la aprobación del Departamento de Estado que dirige Anthon Blinken de una Foreign Military Sale (FMS) en favor de Qatar. Aún no se han cerrado la compra, pero tal y como comunicó esta semana la Agencia de Cooperación en Seguridad (ACS) del Departamento de Defensa estadounidense, la notificación se ha presentado ante el Congreso, último paso necesario.
La operación notificada tiene un techo de hasta 1000 millones de dólares para adquirir un sistema FS-LIDS System, un sistema para contrarrestar el uso de drones de pequeño y medio tamaño. Se trata del sistema Coyote Block II de la empresa norteamericana Raytheon. Consiste en un lanzador tubular montado en vehículo o estacionado con un sistema de radar que lanza un aparato aéreo no tripulado que explotará cuando esté al alcance del dispositivo. De acuerdo con la empresa fabricante, Raytheon, el sistema también puede ser disparado desde el aire. También se le puede dar misiones de vigilancia y de guerra electrónica.
Junto con los sistemas Coyote, se espera que la compra sea también de sistemas de CUAEWS de guerra electrónica, sistemas de radares multifunción Ku Band, mandos de defensa aérea avanzados, además de otros más servicios que acompañan la entrega de estos materiales. De acuerdo con la ACS, las fuerzas armadas qataríes están en capacidad de integrar estos sistemas en su estructura operativa.
La nota de prensa de la ACS recalca que esta FMS se inscribe en el esfuerzo estadounidense de mejorar la seguridad y la estabilidad regional para sus aliados en Oriente Medio. Durante el mes de marzo de 2022, Qatar fue reconocido por el presidente Joe Biden como un “mayor non-NATO ally”, es decir un socio militar prioritario fuera de la Alianza del Atlántico Norte. Países como Marruecos también gozan de esta denominación. Al pasar a esta categoría, Qatar accedió a un nuevo mundo de posibilidades en el terreno de la cooperación militar con el gigante americano.

Qatar da un paso equilibrado, guardando una posición equidistante entre Estados Unidos y el principal rival regional, Irán. Qatar podría desconfiar de Teherán en un largo plazo, si bien elige de mantener una posición ambigua, distinta a la de Emiratos y Arabia Saudí. El interés por entender se sustenta en gran medida en el acuerdo de explotación y gestión conjunta que une a los dos países en South Par/North Dome, el campo de gas offshore más grande del mundo descubierto hasta la fecha.
Cuando tuvo lugar la crisis de 2017 entre Qatar y el Consejo de Cooperación del Golfo, que llevó al bloqueo sobre Qatar por parte de sus vecinos árabes, Irán se posicionó como el mayor apoyo para Doha, proporcionándole ayuda logística.

Mantener su postura ambigua puede resultar beneficioso para la región, si Qatar consigue alzarse como un puente de negociación entre los países árabe e Irán. En repetidas ocasiones, el dirigente emiratí, Tamim bin Hamad al Thani, ha llamado a sus vecinos a abrir más vías de diálogo con Teherán. Qatar participa activamente en promover un acuerdo nuclear con Irán, un cometido para el que se ha posicionado como un buen aliado para occidente.
Medios locales estiman que si Qatar busca equiparse con sistemas antidrones es por puro miedo a Irán. El sistema Coyote Block II está de hecho especializado en los drones de pequeño tamaño, dentro de los cuales se incluyen los Shaheed-136 que han ganado relevancia en los últimos meses por su uso en la guerra de Ucrania y por su posible futura exportación a Argelia.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.