En agosto de 2021, la salida de las tropas internacionales permitió a los talibanes tomar el Gobierno de Afganistán, convirtiéndose en un país represivo en cuanto a derechos fundamentales y emergiendo una situación de hambruna que se mantiene hoy. Este control tuvo como consecuencia el aislamiento del país a nivel internacional por parte de aquellos países que no reconocían el Gobierno talibán, salvo por parte del Emirato de Qatar, que mantuvo las relaciones con la milicia y se ha reunido al pasado mes con la dirección de esta.
El líder de los talibanes, Haibatullah Akhundzada y el primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdulrahman al-Thani, se reunieron el pasado 12 de mayo para resolver las tensiones que existen entre Afganistán y la Comunidad Internacional. El encuentro en la ciudad afgana Kandahar ha sido el primero entre el líder talibán y un Alto Representante extranjero. El medio qatarí Al-Jazeera aclaró que la reunión tenía como objetivo buscar el fin del aislamiento internacional de los afganos, pero no se mencionó concretamente los temas a tratar.

La Administración estadounidense está coordinando con Qatar los temas tratados en las conversaciones que, según confirman distintas fuentes, se encuentra el cese a las prohibiciones sobre la educación y el empleo de las mujeres, motivo principal por el que muchos Estados no han reconocido el Gobierno talibán tras su instauración en 2021. Haibatullah Akhundzada considera que los derechos de las mujeres sí se respetan conforme a la ley islámica y aunque no parece que estén dispuestos a ceder en esto, según el ministro de Relaciones Exteriores “la reunión fue muy positiva” y el líder está abierto a continuar con los diálogos.
Organizaciones como Human Rights Watch no ven la celebración de esta reunión como un signo de cambio respecto a las restricciones actuales. La directora de la División de los Derechos de las Mujeres en Human Rights Watch, Heather Barr, comentaba en su Twitter sobre las conversaciones que “los talibanes siempre han estado dispuestos, sin embargo, paralelamente a estas conversaciones, su represión contra las mujeres/niñas ha continuado y se ha profundizado constantemente”.

Según Qatar News Agency, la reunión entre Qatar y Afganistán se producía en el contexto del “papel político del país en la comunicación con varias partes además de facilitar las relaciones entre el Gobierno interino y la comunidad internacional y buscar lograr seguridad y prosperidad para los afganos”. Con el fin de mejorar su posición en la región, Qatar “busca despertar el interés de Occidente y quizá también de China y Rusia por la continuidad como Estado independiente. Este tipo de seguridad existencial y de supervivencia es el motivo más importante de la política exterior del Estado qatarí”. Se muestra como mediador internacional desde hace casi dos décadas, aunque depende en gran medida de Estados Unidos, que apoya toda toma de contacto con los talibanes tras el fracaso de las conversaciones a un nivel más bajo y que persigue evitar que otros oponentes internacionales llenen el vacío occidental.
Qatar ha sido la potencia protectora de Estados Unidos en las relaciones con Kabul, permitiendo en su territorio la negociación entre los estadounidenses y talibanes sobre la retirada de la Comunidad Internacional del territorio afgano a cambio de garantías antiterroristas por parte de la milicia. Todo esto fue posible gracias a la oficina política que los talibanes abrieron en Doha en 2013 y que fue apoyada por el presidente Barack Obama. Además, en la evacuación de los occidentales de Afganistán con la toma de poder de los talibanes, el Estado qatarí ofreció una ruta de salida para estos, mostrando su capacidad para mediar con los talibanes y convirtiéndole en un actor clave para las potencias mundiales que quieran intervenir en el país.