El norte de Kosovo supone un escenario de incidentes recurrentes entre las comunidades presentes en el territorio; serbios y albaneses

Qué pasa con los serbios de Kosovo

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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Ilir Peci, el que podría decirse electo alcalde de Zveçan, juraba el cargo el pasado jueves en el Parlamento de Pristina. Al día siguiente, mientras se disponía a iniciar su nueva jornada laboral, una multitud de serbios le recibían a las puertas del ayuntamiento para impedirle la entrada. Como él, Lulzim Hetemi en Leposavic y Erden Atic en Mitrovica Norte se enfrentaban al mismo recibimiento. Fuerzas policiales kosovares se vieron obligadas a dispersar a una multitud, en ese momento pacífica, por lo que los métodos escogidos por las fuerzas de seguridad -gases lacrimógenos en su mayoría- fueron vistos como un ataque directo desde Belgrado. Como respuesta, el ministro del Interior serbio, Aleksadar Vulin, mandaba las fuerzas militares a la frontera con Kosovo. 

Tras esto, parecía que los ánimos se calmaban y que todo iba a quedarse en el ya rutinario choque entre comunidades que suele sucederse en el norte de Kosovo. Sin embargo, los altercados de la jornada del lunes llevaron a las fuerzas internacionales, presentes en Kosovo desde la autoproclamación de independencia como la KFOR, a intervenir en unos altercados que han dejado, por el momento, decenas de heridos entre militares y protestantes. 

El norte de Kosovo supone un escenario de incidentes recurrentes entre las comunidades presentes en el territorio; serbios y albaneses. Una situación que no hace más que sumar capítulos a la historia interminable del mal hacer de tanto de Pristina como de Belgrado.

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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Hubo tensiones el pasado diciembre, también las hubo el pasado junio y antes de esto en marzo. Podríamos seguir así en el tiempo hasta llegar a la autodeclaración de independencia de Kosovo para encontrar el porqué de estos incidentes. Y es que todos tienen el mismo origen, y no es un simple odio étnico, como se lee en redes sociales -sobre todo en español-. 

Kosovo volvía a la palestra informativa hace unos meses con lo que se conoció como “la crisis de las matrículas”. Una situación que parecía haberse calmado tras las reuniones de los líderes de ambos países en Ohrid (Macedonia del Norte) mediados por la Unión Europea. Ahora bien, nada de lo acordado en Ohrid se ha aplicado y la delicada situación de los serbios en Kosovo sigue estando sin resolver. 

Los ataques de los últimos días, donde tanto soldados de KFOR como protestantes serbios han resultado heridos, son consecuencia de la elección de los alcaldes de los municipios serbios en Kosovo; la última mala decisión que deja un acuerdo de estabilización entre ambas partes que nunca ha sido cumplido. 

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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En una cafetería de Mitrovica Norte, la joven serbokosovar manager de la asociación civil ‘Nueva Iniciativa Social’, Milica Andric, me explica las razones que nos han traído a la situación que estamos ahora: carreteras cortadas, instituciones estatales sin representación serbia, ataques en fronteras y los edificios oficiales de estos municipios, y poblaciones cada vez más enfrentadas. “Para los serbios de Kosovo, no es solo por las matrículas”, quiere dejar claro antes de empezar. 

Porque lo que parece que se inició con un cambio de matrículas en los coches, o en palabras del gobierno de prístina, aplicación de medidas de reciprocidad, y que ha llevado a la situación que estamos ahora, no es más que el resultado tanto de las promesas incumplidas del gobierno de Kosovo hacía la minoría serbia, como del continuo uso de Belgrado de esta comunidad para sus propios intereses. 

Un sistema de sistemas paralelos: la realidad en los municipios de mayoría serbia en Kosovo 

Tras la guerra, en 1999, mientras en la mayor parte de Kosovo la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) creaba instituciones temporales con el fin de mantener la estabilidad en el territorio, los municipios de mayoría serbia siguieron usando instituciones ligadas a Belgrado. Una vez declarada la independencia, en 2008, las instituciones de la UNMIK pasaron a ser kosovares, algo que no ocurrió en los municipios serbios, donde siguieron respondiendo ante Belgrado.

Fue en 2011, cuando Serbia y Kosovo entraron en el proceso normalización facilitado por la Unión Europea, que se acordó que el gobierno Belgrado colaboraría con Kosovo para lograr la integración de los municipios serbios, especialmente los del norte, en el sistema kosovar. A cambio, el nuevo gobierno de Pristina prometía crear una Asociación de Municipios de mayoría serbia: un organismo que tendría competencias, entre otras cosas, en educación y atención médica. 

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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De esta manera, en 2013, se firmó el llamado ‘Acuerdo de Principios de Normalización’ y, así, los serbos kosovares del norte participarían por primera vez en las elecciones de Kosovo, eligiendo alcaldes, y su representación en el Parlamento dentro del sistema kosovar. Además, los cargos públicos de estos municipios se integrarían en las estructuras policiales, de seguridad y de Poder Judicial.

En la práctica, todo esto supuso que los policías serbios fueran despedidos del Ministerio del Interior de Serbia y comenzaran a trabajar para el Ministerio del Interior de Kosovo, integrándose en el cuerpo policial kosovar. Los mismo pasó con jueces, fiscales y personal administrativo serbio en las instituciones judiciales. En resumen, asambleas locales, administración local, poder judicial y las estructuras de seguridad serbios que aún funcionaban en los municipios de esta comunidad se disolvieron y se integraron en el sistema del nuevo Estado. 

A cambio de todo esto, como ya se ha dicho, Kosovo debía crear la Asociación de Municipios Serbios (AMS). Algo que nunca hizo, lo que provocó que todo el proceso se paralizase. Debido a esto y como me explica Milica Andric, “todo nuestro sistema sanitario y educativo siguen funcionando solo en el sistema serbio. Así que somos una especie de ‘entre sistemas’”. Una situación de limbo que lo que ha causado es un sistema de sistemas paralelos. “Tenemos representantes de la municipalidad en el sistema serbio y en el sistema de Kosovo y, en un momento, sucedía que un alcalde en el sistema de Kosovo y un alcalde en el sistema serbio eran la misma persona”, lo que la joven define como “una especie de superposición”.

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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En Zvecan, personal médico acudió a la manifestación organizada durante el día de ayer, con las batas propias de sus centros de trabajo. Un acto simbólico que representa la situación en la que se encuentra el personal estatal de los municipios serbios del norte de Kosovo. 

En referencia a la matriculación de vehículos, este sistema paralelo provoca que no todos los serbios, sobre todo en los municipios del norte, tengan documentos de identificación kosovar, debido a que “este proceso de integración está a mitad de camino”, explica Andric. Con los permisos de conducir es aún peor, ya que no solo no pueden solicitarlos al sistema kosovar -ya que no aparecen registrados en este sistema- sino que no existe una escuela [de conducción] que esté autorizada en el sistema de Kosovo, es decir, todos los que aprueban el examen de conducción en el norte quedan registrados [como conductores], tan solo, en el sistema serbio y su licencia de conducir, por consiguiente, sería serbia. Lo que supone que no puedan adquirir un coche con matrícula kosovar. 

Esto, se supone, se solucionó el pasado marzo en los llamados encuentros de Ohrid, donde ambas partes se comprometían a "reconocer los documentos oficiales y símbolos nacionales, y respetar la independencia, autonomía e integridad territorial, derecho a la libre determinación, protección de los derechos humanos y no discriminación”. Esto fue visto como un reconocimiento ‘de facto’ de Serbia a Kosovo. Por su parte, Pristina también debía crear la AMS. Nada se ha cumplido.

Por intentar resumir este hecho, la no creación de la Asociación de Municipios Serbios, como está estipulado, y tras las tensiones por la crisis de las matrículas, el personal serbio en Kosovo dimitía en bloque de las instituciones oficiales, lo que incluyó el parlamento y demás órganos de gobierno. Esto provocó la convocatoria de elecciones en los municipios que se habían quedado sin representación, todos de mayoría serbia. Sin embargo, y puesto que Pristina no ha cumplido las promesas, los serbios boicotearon tales comicios, sin presentar candidatos y sin acudir a votar. El resultado fue una tasa participación de apenas el 3% y albaneses elegidos como alcaldes de municipios serbios. Estos alcaldes juraron el cargo el pasado jueves y al intentar entrar en los ayuntamientos el viernes, una masa de ciudadanos serbios intentó impedírselo como muestra de rechazo a su -discutible- elección. “Queremos que estos falsos alcaldes los cuales han sido elegidos con menos de un 1% del apoyo salgan de estos edificios a los que no pertenecen”, declaraba el líder de la comunidad serbia en Kosovo, Igor Simic, ayer en Zvecan. 

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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Ahora bien, todo esto es una cara de la moneda. Y es que al mismo tiempo que estos altercados despertaban, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, se enfrentaba a las mayores protestas en contra de su gobierno de la historia. Algo que no ha pasado desapercibido en la zona, y es que la frase “Belgrado controla a los serbios de Kosovo” es algo no deja de escucharse cuando estos incidentes aparecen. Algo que es recurrente. 

Cómo controla Belgrado la comunidad serbia de Kosovo

Le pregunto a Milica por el sentimiento nacional de los serbios en Kosovo, “la mayoría te dirán que es un estado falso”, responde. “Todavía existe una fuerte unión o deseo, especialmente en esta región [norte], de reintegrarse a Serbia”. La joven me cuenta que, en el norte del país, la independencia “no se notó” hasta 2013. 

Como se ha dicho, Serbia se comprometió para ese entonces a colaborar en el proceso de integración de los municipios de mayoría serbia. Sin embargo, la mayor parte - por no decir la totalidad - de los ciudadanos serbios en Kosovo no estaban de acuerdo con tal integración, por lo que la única forma que le quedaba a Serbia para cumplir con su parte era ‘compensarles’. 

Al integrarse en el sistema kosovar, esos cargos públicos [serbios] debían ser despedidos del sistema serbio y, de acuerdo con el marco legal del país [Serbia en este caso], nadie puede ser despedido por un motivo político, así que Belgrado, para contentarles, les adjudicaba una especie de ‘pensión’. Traducido: Serbia paga mensualmente a los cargos públicos de estos municipios a cambio de que se integren en el sistema kosovar. Esto es lo que esconde la expresión “Belgrado controla a la población serbia de Kosovo”. Algo que es frecuentemente usado desde Pristina, como demuestra el tweet de Blerim Vela, jefe de gabinete de la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, donde afirmaba que “Serbia está coaccionando e incitando a los serbokosovares a abandonar sus trabajos en las instituciones de Kosovo”.

PHOTO/MARTA MORENO - Manifestaciones en el norte de Kosovo
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Como bien me resume Milica, “si Serbia no presiona a la comunidad, ya sea a través de intimidación u otros medios, para que acepte el [nuevo] registro, este no puede suceder”. Y es que, cuando en 2013, Serbia aceptaba colaborar en esta integración, la realidad era que prácticamente nadie en las zonas de mayoría serbia de Kosovo estaba de acuerdo. “En las elecciones de 2013 había una fuerte oposición a la integración en Kosovo; solo del 10 al 20% de las personas asistieron. Fue realmente una participación baja a pesar de la intimidación que vino del lado serbio”, cuenta Milica. 

Justo ayer, durante el GLOBSEC 2023 en Bratislava, Kurti dejaba una puerta abierta a la celebración de unas nuevas elecciones: “Si quieren protestas pacíficas, con una petición de elecciones anticipadas, tienen un primer ministro que ha sido un activista político toda su vida y está más que dispuesto a escucharlos y tal vez estar de acuerdo con ellos”. Mientras que en una entrevista para la CNN el primer ministro serbio insistía en la creación de la Asociación de Municipios Serbios. 

La activista serbokosovar bien afirma, “Kosovo no es consciente de todos estos matices que hacen que la integración no esté finalizada, por lo que no entienden todas las implicaciones que esto podría conllevar”. Y ante esto, las barricadas serán levantadas cada poco tiempo, los altercados seguirán siendo una constante en el norte, las redacciones regionales seguirán escribiendo el mismo artículo sobre las mismas tensiones una y otra vez, y lo que es aún peor, la comunidad serbia seguirá siendo el peón en esta partida que ya se alarga por diez años y que no deja ninguna salida a la reconciliación. 

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