El mandatario persa endurece la postura de Teherán y rechaza reunirse con Biden al margen de la Asamblea General de la ONU

Raisi descarta reeditar el acuerdo nuclear si el OIEA no detiene su investigación sobre el programa atómico iraní

PHOTO/IRANIAN GOVERNMENT - El presidente iraní Ebrahim Raisi comparece ante los medios de comunicación nacionales e internacionales en su primer aniversario en el cargo

La reedición del acuerdo nuclear parece inminente. Podría ser cuestión de horas, días o semanas. Aunque también podría aplazarse hasta noviembre, tras las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, o ni siquiera fraguar después de 17 meses de negociaciones. Con varios flecos aún por resolver, las partes dilatan sus respuestas para amplificar las concesiones ajenas y devaluar las propias. No hay pasos en falso, solo un marco negociador minado de exigencias y presiones externas. 

El presidente iraní Ebrahim Raisi compareció el lunes en una atípica rueda de prensa ante una decena medios de comunicación nacionales e internacionales para, entre otros asuntos, actualizar la postura de Teherán sobre la reactivación del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015 y abandonado por Estados Unidos en 2018. El borrador presentado hace dos semanas por la Unión Europea reanimó un acuerdo que pendía de un hilo. Ahora, Washington y Teherán intercambian respuestas por escrito, se pasan “la bola”, sin concretar su aprobación definitiva. 

Irán añadió tres premisas al texto de Bruselas: eliminar la etiqueta de “organización terrorista” que recae sobre la Guardia Revolucionaria Islámica, la rama de élite del Ejército iraní en estrecho contacto con las milicias regionales afines; garantizar que EE.UU. mantenga su compromiso en caso de un cambio de Administración hostil con el JCPOA, una cláusula más disuasoria que restrictiva sobre el papel; y poner fin a la investigación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que rastrea los restos de uranio encontrados en tres instalaciones iraníes no declaradas.

Ebrahim Raisi

El mandatario persa, reacio al comienzo de su intervención a pronunciarse sobre las negociaciones en curso para reanudar el pacto nuclear, insistió en esta última premisa para cerrar un acuerdo: “Sin resolver estos problemas [la resolución de las cuestiones de salvaguardias entre Irán y el OIEA], llegar a un acuerdo no tiene sentido”. Raisi hacía alusión a la monitorización que viene ejerciendo el organismo adscrito a Naciones Unidas sobre el programa nuclear iraní desde 2015, cuando el régimen de los ayatolás aceptó las condiciones del JCPOA a cambio del levantamiento de sanciones, y exigió su inmediata finalización para estampar su rúbrica.  

En calidad de firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear, Irán está obligado a justificar las pruebas, pero da su brazo a torcer arguyendo que “ha declarado una y otra vez que las armas no tienen cabida en su doctrina nuclear”. “El Líder de la Revolución Islámica ha anunciado con frecuencia que la adquisición de este tipo de armamento está religiosamente prohibida”, reiteró Raisi en declaraciones recogidas por la agencia estatal Mehr. En tono desafiante, el dirigente persa recalcó que nadie puede “privar a la nación iraní de su derecho inalienable a acceder a tecnología nuclear pacífica”.

Tras la salida de Washington forzada por Trump, Teherán comenzó a incumplir los términos del acuerdo nuclear y avanzó con celeridad en su proyecto atómico, que hoy se sitúa en un estadio avanzado. De acuerdo con los últimos datos publicados por el OIEA, la República Islámica cuenta con unos 3.800 kilos de uranio enriquecido por encima del 60% de pureza, un nivel nunca antes alcanzado por las autoridades persas desde el inicio en 2003 de su programa nuclear, que le situaría según los expertos cerca del 90% idóneo para su procesamiento.  

La aparición pública del presidente coincidió con su primer aniversario en el cargo. A finales de agosto de 2021, el exjefe de la judicatura sustituyó oficialmente a Hasán Rohaní tras unas elecciones fraudulentas, menos competitivas de lo habitual, en las que la cúpula del régimen vetó a centenares de precandidatos para seleccionar a siete perfiles próximos al oficialismo. Raisi, procedente del ala dura, tenía prácticamente asegurada la victoria en tanto que posible sucesor del octogenario Líder Supremo Alí Jamenei.

Ebrahim Raisi

El que fuera máximo representante del Poder Judicial, implicado en las ejecuciones extrajudiciales de presos políticos en los ochenta, dejó claro que el equipo negociador iraní en Viena, comandado por Ali Bagheri Kani, no se levantará de la mesa de diálogo. En cambio, Raisi responsabilizó al Organismo Internacional de Energía Atómica que dirige el diplomático argentino Rafael Grossi de frustrar el acuerdo en caso de no cumplir sus exigencias. 

El objetivo de Teherán pasa por ver levantadas gran parte de las sanciones que pesan sobre su mermada economía. “Las negociaciones son para eliminar las sanciones”, reconoció Raisi en rueda de prensa. “Los que abandonaron sus compromisos deben volver y cumplir con sus obligaciones. Nuestro énfasis en estas negociaciones es la eliminación de las sanciones”. En este sentido, el mandatario hizo saber que Irán ha podido acceder a algunos de sus activos en Irak, hasta ahora congelados por las sanciones de EE.UU. 

Al ser preguntado por un posible encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al margen de la Asamblea General de la ONU en septiembre, Raisi respondió con un escueto “no”. “No hay ningún beneficio para una reunión entre nosotros y él”, remató el ayatolá, quien también lanzó una amenaza a Israel. “Verán si queda algo del régimen sionista o no”, trasladó en caso de que las autoridades hebreas sigan lanzando ataques contra altos funcionarios iraníes.  

Coordinador de América: José Antonio Sierra.