Moscú activa toda su maquinaria policial. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha cerrado el caso penal de Yevgeny Prigozhin por rebelión armada, pero la purga de Vladimir Putin en el Ejército ruso tan sólo acaba de empezar. Sergéi Surovikin, el que fuera máximo responsable militar de la invasión en Ucrania hasta enero, ha sido el primer general detenido por el Kremlin, según las informaciones de The Moscow Times. Por el momento, nadie sabe la localización del general, pero su hija asegura que no le ha pasado nada y que está “en el lugar de trabajo”.
La noticia de la detención ha sorprendido a todo el grueso del Ejército. Surovikin es uno de los oficiales más influyentes y respetados del país. El apodado “carnicero de Siria” y “Armagedon” ha sido el responsable de dirigir las operaciones militares rusas en Siria desde 2017 y las acciones militares rusas en Ucrania hasta enero del corriente. Pero el general también tiene sus sombras.

Según las fuentes rusas, Surovikin habría facilitado el acceso de Prigozhin a información clasificada sobre las operaciones militares del Ejército ruso, y habría estado al tanto de la revuelta de Wagner, según la Inteligencia estadounidense que cita The New York Times. “Especulaciones y conjeturas” para el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En todo caso, de haber estado al tanto no se habría mostrado tan crítico con las decisiones del jefe Wagner: “Hemos luchado juntos, tomado riesgos, hemos ganado juntos. Somos de la misma sangre, somos guerreros. Os pido que paréis. El enemigo está esperando precisamente que la situación empeore en nuestro país”, fueron las declaraciones tras lo acontecido el 24 de junio.
Tampoco es un secreto la oposición a varios generales del Ejército ruso. Prigozhin y Surovikin han coincidido en las críticas contra el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y contra el sucesor en el cargo de jefe de Estado Mayor, Valeri Gerasimov. Unas simpatías comunes que el Kremlin no puede permitir si quiere controlar aquellos que pongan en cuestión la seguridad nacional o los intereses estratégicos de Rusia. Una pugna de Putin tras la rebelión de Wagner, la mayor crisis interna en sus 23 años en el poder.

La segunda víctima de la purga podría ser el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerasimov, quien no ha vuelto a aparecer en público desde la rebelión armada de Prigozhin el pasado 24 de junio.
Baño de masas para calmar la tensión interna
Borrón y cuenta nueva. Las intenciones de Putin es deshacer la estela que han dejado los 25.000 soldados de Wagner que siguieron a Prigozhin en el intento de tomar Moscú. La reflexión final del jefe de los mercenarios para “no derramar sangre” y un acuerdo in extremis para exiliarse a Bielorrusia pararon el levantamiento militar, pero el temor a que el régimen de Moscú se asemeje con la idea de debilidad sigue presente. Putin quiere proyectar orden.
⚡️Russian propaganda channels have published a video allegedly showing Russian President #Putin in Dagestan shaking hands with everyone and kissing underage girls.
— KyivPost (@KyivPost) June 29, 2023
Putin was not deterred by the sanitary restrictions that he has been adhering to since the beginning of the… pic.twitter.com/uMmByDy3D1
Varios medios estatales rusos han distribuido imágenes tomadas en Daguestán en las que el presidente ruso aparece ante una multitud eufórica. En los vídeos tomados, los guardias abren el cordón de seguridad para que los asistentes puedan tomarse fotos con Putin, la nueva estrella de rock que extiende sus brazos policiales con extremada urgencia.