El presidente argelino criticó la presencia de los mercenarios del Grupo Wagner en la vecina Malí en una reciente entrevista con el diario francés ‘Le Figaro’

Tebboune enfría las relaciones ruso-argelinas con el aplazamiento de su visita a Moscú

AFP/LUDOVIC MARIN - El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune

Argelia y Rusia son socios estratégicos. Hubo entendimiento y sintonía entre las partes desde la Guerra Fría y, a pesar de los vaivenes, sus relaciones siempre gozaron de cierta estabilidad. Los lazos políticos iniciales dieron paso con el tiempo al establecimiento de vínculos en materia de seguridad y defensa. Eso explica que Argel se haya convertido en el tercer cliente armamentístico de Moscú a lo largo de la última década. 

Solo en los tres últimos años, el país norteafricano ha importado de Rusia más del 80% de sus equipos y ha participado con asiduidad en los ejercicios militares del Kremlin, el último organizado en septiembre del curso pasado en el este de Rusia, conocido como Vostok 2022. 

En la carrera armamentística entre Argelia y Marruecos, vecinos enfrentados por la hegemonía del Magreb y el contencioso del Sáhara Occidental, Rusia apostó por su socio argelino. Tuvo en cuenta el respaldo inequívoco de Estados Unidos al Reino alauí, aliado preferente en el Norte de África. 

Pero Argelia, celosa de su soberanía, intenta marcar un perfil propio en cuestiones de política exterior, y no parece estar dispuesta a plegarse a la tutela de Moscú.

AFP/ RYAD KRAMDI - Soldados argelinos desfilan por una calle de la capital, Argel, el 5 de julio de 2022, cuando el país celebra el 60º aniversario de su independencia

Menos aún en un contexto en el que ha visto fortalecida su economía precisamente por la desconexión energética de Rusia puesta en marcha por los socios comunitarios desde la invasión de Ucrania, lo que le ha convertido en una sólida alternativa gasista para Europa. 

Estos factores no habían repercutido hasta la fecha en las relaciones ruso-argelinas, que seguían siendo fluidas. De hecho, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, planeaba realizar una visita oficial a Moscú antes de final de año para reunirse con Vladímir Putin. Pero el desplazamiento no llegó a producirse a tiempo por cuestiones que el Palacio El Mouradia no ha detallado, en lo que podría ser una señal más que pone de relieve el distanciamiento de las agendas de Argel y Moscú. 

En una insólita entrevista reciente con el diario francés Le Figaro, de centroderecha, Tebboune aseguró que visitaría “pronto” Rusia. Aunque al ser preguntado por la posición de su país sobre la invasión rusa de Ucrania, el presidente argelino respondió que “ni apoya ni condena” la hoja de ruta del Kremlin, una prueba de que Argel pretende mantener su neutralidad en el conflicto. 

“Argelia es un país no alineado y me adhiero a esta filosofía”, trasladó el sucesor de Abdelaziz Bouteflika, que aprovechó la ocasión para dejar claro que “nadie podrá nunca convertir a Argelia en su satélite”. 

Tebboune no tuvo reparos en criticar las acciones de su aliado ruso en el vecino Malí. “El dinero que cuesta esta presencia estaría mejor colocado y sería más útil si se destinara al desarrollo del Sahel [...], si se invirtiera en proyectos económicos”, dijo refiriéndose a la presencia en el país de mercenarios del Grupo Wagner, cuyo aterrizaje en Bamako, en connivencia con las autoridades militares malienses, ha desestabilizado aún más si cabe el “patio trasero” de Argelia.

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La compañía militar privada, estrechamente vinculada a los intereses del Kremlin, ha estado implicada en graves violaciones de los derechos humanos

El líder argelino quiso mandar un mensaje a Rusia. No es el primer toque de atención que recibe el Kremlin de su socio norteafricano en los últimos meses. En noviembre, las maniobras militares conjuntas previstas por ambos ejércitos en la provincia de Bechar, próxima a la frontera con Marruecos, no llegaron a ejecutarse. El Ministerio de Defensa argelino emitió un escueto comunicado en televisión para anunciar que la operación de adiestramiento, denominada Escudo del Desierto y enfocada en la lucha antiterrorista en el Sahel, “no había tenido lugar”. 

La agencia estatal rusa Sputnik había informado del inicio de la operación Escudo del Desierto. Argel, que en ningún momento llegó a confirmar las maniobras, mantuvo silencio hasta principios de diciembre, cuando presuntamente habían acabado, para negar los hechos

Detrás de los recientes movimientos de Argelia puede estar la mano de Francia y Estados Unidos. El embajador de Washington en el país norteafricano ha mantenido recientemente varias reuniones con altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Estado Mayor del Ejército, que dirige el general Saïd Chengriha, hombre fuerte de Argelia. A principios de diciembre también pasó por Argel el diplomático norteamericano Brett McGurk, el coordinador de Oriente Medio y el Norte de África de la Casa Blanca, que fue recibido por el propio Tebboune. 

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