Tebboune pretende reformar el Consejo de Seguridad de la ONU por su “discriminación” y “parálisis completa”

Abdelmajdid Tebboune no esconde su intención de llevar a cabo una reestructuración profunda de uno de los órganos más importantes de las Naciones Unidas. El presidente argelino ha expresado su determinación de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, del que su país formará parte los dos próximos años como miembro no permanente. Considera que el Consejo tiene problemas que se deben solucionar de forma “urgente”, ya que la escalada de la violencia en Gaza tras el ataque terrorista de Hamás ha dejado en evidencia la “parálisis” del Consejo de Seguridad.
El presidente argelino expresó en la cumbre restringida al “Grupo de los Diez” de la Unión Africana, celebrada en Guinea Ecuatorial, que “hoy, más que nunca, la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe abordarse con la mayor diligencia... y surge hoy con insistencia”. La insistencia de Tebboune respecto a estos cambios puede tener su verdadera motivación en el cada vez menos peso que adquiere Argel en el plano internacional a costa del ascenso de su vecino marroquí como líder regional.

Los observadores también apuntan a la situación en el Sáhara Occidental. La cada vez más cercana postura de la ONU hacia la propuesta marroquí para la autonomía saharaui bajo soberanía de Marruecos inquieta a Argelia. A pesar de los históricos esfuerzos argelinos por agitar el avispero saharaui a través del apoyo al Frente Polisario parecen no encontrar sus frutos. Todo ello sumado a la resolución 2702 del Consejo de Seguridad que, precisamente, abogaba por una resolución realista del conflicto que, ahora mismo, pasa por la propuesta del reino alauí.
El creciente apoyo a la solución de Marruecos causa un resquemor en Argelia que le empuja a querer cambiar incluso las instituciones. También de ahí el hecho de hacer ver la elección para el Consejo de Seguridad como miembro no permanente como una gloriosa victoria de lo que no deja de ser una mera formalidad. Incluso se emitió un comunicado oficial afirmando el “éxito diplomático que confirma el regreso de la nueva Argelia a la escena internacional”.

Añadían que “esta elección, que se incluye en el activo de la política exterior de nuestro país, refleja la consideración y estima de que goza el presidente de la República, Sr. Abdelmadjid Tebboune, por parte de la comunidad internacional y refleja su reconocimiento por su contribución a la paz y la seguridad internacional”. Así, Tebboune quiere reforzar su postura en el panorama internacional ante la inminente incorporación de su país al Consejo y así poder hacer fuerza desde dentro con lo que previsiblemente serán constantes negativas en lo que respecta a las posibles soluciones al problema del Sáhara.
Y es que uno de los objetivos detrás de los que podría estar Argelia es un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Aunque complicado, el “consenso de Zulwini” de 2005, expresaba la voluntad de dotar al continente africano de dos representantes en el Consejo de Seguridad permanente con poder de veto. Si bien es cierto que es difícil, Argelia no pierde de vista esta posibilidad, a pesar de que la realidad indica que, incluso si fructifica esa propuesta, es muy probable que Argel no sea uno de los dos representantes africanos.