Es una de las últimas órdenes del presidente saliente Donald Trump

Las tropas estadounidenses partirán en el próximo mes de Somalia

photo_camera REUTERS/FEISAL OMAR - Personal de mantenimiento de la paz de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) en un vehículo blindado en Mogadiscio

Una de las últimas decisiones del presidente Trump ha sido la de ordenar, este pasado 4 de diciembre el retiro de la mayoría de tropas americanas en Somalia, alrededor de unos 700 soldados que forman a las Fuerzas Armadas somalíes para luchar contra la amenaza terrorista de Al-Shabbab, grupo yihadista vinculado con Al-Qaeda. La mayoría del contingente está conformado por efectivos de Operaciones Especiales que han formado a unidades de élite somalíes como Danab, unidad que ha demostrado ser muy efectiva contra la lucha antiterrorista. Este recorte ha sido anunciado después de que un veterano de la CIA muriera en combate en Somalia el pasado mes, reabriendo el debate de la misión americana en Somalia. Junto con Afganistán e Irak, Somalia es uno de los teatros de operaciones que Trump categorizó como “guerras infinitas” y de las que prometió salir durante su campaña electoral. A menos de un mes de que Biden tome la Presidencia, Trump está intentando cumplir ‘in extremis’ la promesa, asegurando la retirada de las tropas americanas antes del 15 de enero. Dos semanas previas a estas declaraciones, Trump también ordenó la retirada tropas en Afganistán, hasta 2.000 efectivos, y ha planteado también una reducción de las tropas en Irak (de 3.500 a 2.500), siguiendo con su política de ‘America First’. La fecha para esta reducción coincide con la de Somalia.

El Pentágono ha indicado que las tropas que se quedarán sobre el terreno se reposicionarán a países vecinos para hacer frente a las amenazas transfronterizas y que, por lo tanto, Estados Unidos no abandona ni el terreno ni su compromiso con la lucha antiterrorista. Se planea que algunas de estas tropas restantes sean reposicionadas en Kenia o en Yibuti para continuar con el entrenamiento de las fuerzas de seguridad y con los ataques aéreos con drones. A pesar que Estados Unidos no es el único país formando tropas en Somalia, la Unión Europea y Turquía están muy presentes en el terreno, esta retirada dejará un vacío en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad, así como en su equipamiento que podrá ser aprovechado por los grupos yihadistas de la zona. Ese vacío también podrá ser sustituido por una mayor presencia de China en la región. 

En una fase anterior de la Administración Trump, el presidente apoyó la misión estadounidense en Somalia aprobando una proposición del Pentágono en marzo de 2017 para expandir las operaciones en territorio somalí. En esa proposición se incluía una cláusula en la que ya no se exigía a los comandantes que obtuvieran una evaluación de alto nivel de los objetivos de Al-Shabaab en las "zonas de hostilidades activas" designadas. A causa de esta medida se han llevado acabo operaciones con menos controles y, por lo tanto, más ágiles. En 2018, se ejecutaron 47 ataques de drones estadounidenses y en 2019 la cifra ascendió hasta 63 ataques. 

A pesar de que es ahora cuando se ha decidido sacar a la mayoría de las tropas, a principios de año ya se retiraron los efectivos de las ciudades de Bossaso y Galkayo. El coronel Ahmed Abullahi Seikh, líder de la unidad de élite Danab, ha reiterado cómo el hacer permanente la retirada estadounidense "tendrá un enorme costo en los esfuerzos antiterroristas". El presidente de Somalia también realizó declaraciones similares de respuesta a la política estadounidense. 

Aunque el debate por dejar Somalia se lleva manteniendo desde los años 90, cuando Estados Unidos abandonó precipitadamente la región después del incidente de Black Hawk donde murieron 18 americanos, esta decisión de Trump llega en un momento complicado para la estabilidad de la región. Las elecciones parlamentarias en Somalia serán el mes que viene y las presidenciales en febrero. La retirada en enero de las tropas americanas podría ser utilizada por los yihadistas de Al-Shabaab para realizar ataques terroristas, dificultando el correcto desarrollo de las elecciones. De acuerdo con el informe del inspector general del Departamento de Defensa de Estados Unidos de julio a septiembre, “a pesar de los esfuerzos internacionales y locales, Al-Shabaab mantiene la libertad de movimiento en muchas partes en el sur de Somalia y ha demostrado una capacidad y una intención de atacar dentro y fuera del país, incluyendo intereses americanos”. Por otro lado, la región del Cuerno de África pasa por una complicada situación política y de seguridad provocada por los incidentes de Tigray en Etiopía, país vecino que lucha constantemente también con Al-Shabaab. 

Al igual que con todos los últimos actos de estos dos meses del presidente Trump, como el caso del reconocimiento a Marruecos sobre el Sáhara Occidental, Biden podrá dar marcha atrás a esta decisión. Si Trump no consiguiera retirar las tropas antes del 20 de enero, Biden podría incluso paralizar esa salida.

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