En este marco geopolítico, Turquía ha sabido jugar su papel, provocando ciertos efectos en la Alianza

Turquía y su importancia como aliado de la OTAN

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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

Las relaciones entre Turquía y la OTAN han estado marcadas por vaivenes en los posicionamientos y en los encuentros entre diversos aliados y terceros Estados. En este marco geopolítico, Turquía ha sabido jugar su papel, provocando ciertos efectos en la Alianza.

El notable alejamiento de Occidente que se está produciendo en el país, las tensiones entre ciertos Estados y las elecciones presidenciales de mayo auguran un posible cambio de rumbo para Turquía en el seno de la OTAN.

El objetivo de este artículo es explicar la actitud turca hacia el bloque occidental mediante el análisis de los sucesos que han conducido a la situación actual. Para ello, se repasarán los problemas internos, la política exterior y las relaciones bilaterales del país, prestando especial atención a la figura de Recep Tayyip Erdogan, su líder.

Introducción

Turquía como evolución del Imperio otomano

Para comprender la enrevesada Turquía de nuestros tiempos, hay que remontarse al pasado y estudiar su evolución histórica. Sus orígenes nos trasladan a la Edad Media, cuando el Imperio otomano, entre los más poderosos de la época, ostentaba una posición relevante, que culminó con su máxima expansión entre los siglos IX y X1. El Imperio otomano consiguió dominar toda Europa del Este, gran parte de Asia y muchas de las rutas comerciales más importantes de los continentes asiático y europeo, iniciando el despliegue por Europa Central y usando el Mediterráneo como campo de batalla, con la guerra santa como casus belli2.

El Imperio otomano alcanzó una relevancia y una extensión inigualables y, como gran imperio, tuvo que hacer frente a ciertas complicaciones. Tras la batalla de Lepanto se inició su lenta decadencia. A esta situación se sumarían el aumento del nacionalismo en los enclaves del este de Europa y coyunturas como el retraso en la industria respecto al resto de las potencias europeas, la falta de modernización y la negativa a mejorar por parte de las élites. Todo ello, sumado al carácter corrupto del poder y a la fragmentación social y religiosa imperante entre la población3, fue desgastando la identidad otomana. Muchos de esos problemas, aún sin resolver, siguen afectando a Turquía de manera relevante.

El hito que culminó la desmembración del Imperio otomano fue su posicionamiento a favor de Alemania durante la Primera Guerra Mundial4. El desenlace que todos conocemos hizo que los aliados se repartiesen los territorios enemigos, incluidos los del propio imperio. Esta repartición no tuvo en cuenta ciertos enclaves estratégicos que posteriormente fueron la base de una resistencia turca que comenzaría sus campañas en 1919. En enclaves como Anatolia, los turcos, ayudados por su tradicional adversario histórico, Rusia (en ese momento la URSS), y con Kemal Atatürk a la cabeza de la resistencia, consiguieron controlar las fronteras.

Este movimiento de resistencia asentó las bases del nuevo Estado turco. La activa participación de la población forjó un sentimiento de unidad dentro de una comunidad fragmentada. Amparado por esta unión, el conocido como «padre de los turcos», Kemal Atatürk, gobernó la nación como un pueblo único y homogéneo. El conocido sistema kemalista estaba basado en un programa de valores5, reflejo de un gobierno personalista y autoritario, que concentraba los poderes en la figura de Atatürk y establecía una separación entre el Estado y la religión6.

Kemal Atatürk tuvo que hacer frente a un país asfixiado por una economía en clara decadencia, por lo que puso en marcha una serie de reformas. Tenía plena consciencia de que la ley islámica debía ser sustituida por valores y normas occidentales para aumentar la implicación del país en el exterior, ya que percibía que la modernización de Turquía solo sería posible mejorando las relaciones con las potencias europeas.

Además, su idea del nuevo Estado moderno7 provocó que la población comenzara a dividirse entre quienes apoyaban la occidentalización y quienes abogaban por el mantenimiento de una sociedad tradicional musulmana. A pesar de la situación, Kemal Atatürk consiguió garantizar grandes avances en principios básicos y derechos, lo que supuso la modernización de la Turquía de la época8.

Al igual que había sucedido con su ascenso al poder, la muerte de Kemal Atatürk en 1938 no dejó a nadie indiferente y marcó un antes y un después en la evolución histórica de Turquía. Durante la Segunda Guerra Mundial, la posición turca fue neutral, pero nuevamente las relaciones con las potencias del eje estaban teñidas de cierto carácter amistoso; especialmente con Alemania, junto a la cual Kemal había llevado a cabo gran parte de la modernización del país. Tras la derrota alemana, las relaciones y vínculos de Turquía con Occidente sufrieron un importante deterioro, y sobre todo el país experimentó una pérdida de confianza por parte de las potencias occidentales. Ante esta situación, principalmente durante los años de la Guerra Fría, Turquía realizó un intento de recuperar su identidad y el vínculo con Occidente a través de la participación en organismos como la OSCE, o beneficiándose del propio Plan Marshall9.

La Turquía actual, de Atatürk a Erdogan

La situación actual de Turquía está nuevamente protagonizada por un líder relevante: Recep Tayyip Erdogan, que practica una política algo más separada de Occidente y promueve acciones que denotan ciertas tendencias autoritarias10, con importantes connotaciones religiosas, muy alejadas de las ideas de Kemal Atatürk. Erdogan apuesta por una estrategia basada en un fuerte neotomanismo, un resurgir de Turquía como gran potencia regional, que en gran medida rompe los esquemas occidentales, lo que genera una gran desconfianza hacia el país11.

A pesar de que sus comienzos se sustentaron sobre principios fuertemente democráticos y de que su primera legislatura se centró en la europeización del país, la actualidad se aleja mucho de los orígenes de Erdogan: ahora promueve un Estado creado sobre la base de sus ideales12, un poder que roza matices absolutistas y una política un tanto populista. Además, durante la pasada década la sociedad turca habría sufrido una censura sin precedentes y una remarcada represión de la libertad de expresión por parte de las élites, fenómeno que se habría acentuado tras el golpe de Estado de 201613.

A pesar de la situación que atraviesa, cabe destacar que el país posee destacados activos en el ámbito de las relaciones internacionales. A nivel económico, es una potencia con importantes relaciones comerciales y una estable circulación financiera bilateral con muchos países. Con los años, Turquía ha experimentado una gran mejora en la economía y en las estructuras institucionales y ha desarrollado de forma notable su industria de defensa14.

Sin embargo, la evolución económica del país ha sufrido notables variaciones a lo largo del tiempo15. En los comienzos de Erdogan como primer ministro, las relaciones con Europa eran prósperas y se pudo notar una gran mejoría, lo que, sumado a un continuo acercamiento a Occidente, hizo que Turquía atravesase una situación económica similar a la vivida durante el mandato de Kemal Atatürk.

A pesar de estas reconfiguraciones, con la crisis de 2008 la economía del país sufrió un fuerte estancamiento, al igual que el resto del mundo. A ello se añadió la ralentización de las conversaciones para la adhesión de Turquía a la UE.

Durante la segunda y la tercera legislatura de Erdogan, al creciente autoritarismo se suma un importante deterioro económico, con una importante subida de la inflación y un aumento de las necesidades financieras. Sin embargo, a pesar del escenario de incertidumbre económica, Turquía tiene activos importantes: sus flujos comerciales son diversos y muy relevantes y existe un importante comercio exterior, que incluye exportaciones a países de la zona euro. Asimismo, Turquía participa de forma activa en el sistema bancario europeo y, a pesar de su elevada inflación, es de gran interés económico para muchos países16.

La relevante situación geográfica de Turquía

Debido a su situación geográfica, el país ocupa una posición geoestratégica privilegiada. La cosmopolita Turquía, situada entre Asia occidental y Europa oriental, tiene presencia en el Mediterráneo y el mar Negro, unidos por el Bósforo, bajo control turco. Su geografía se puede entender como el puente que une Asia y Europa, lo que convierte a este país en un actor esencial en la región.

Geopolíticamente, se encuentra en mitad de la caldera que es Oriente Medio, donde prácticamente todos los países experimentan conflictos territoriales, étnicos o religiosos. En este escenario, Turquía ha desempeñado en diversas ocasiones el papel de mediadora y ha contribuido a mejorar las relaciones y el entendimiento entre países. A nivel regional es una aliada clave en las relaciones en la zona del Cáucaso, así como también con los países europeos y muchos países asiáticos17.

Turquía encajaría con la definición de Brzezinski de pivote geopolítico: un enclave usado por potencias más poderosas para acceder a ciertas áreas de interés o estabilizarlas18. Por su posición, Turquía tiene lazos con diversas regiones, pero no termina de pertenecer a ninguna de ellas: no es parte de la Unión Europea, a pesar de su intento constante de adhesión —esta cuestión se tratará en un epígrafe posterior—, ni tampoco termina de ser parte de Oriente, ya que, a pesar de ser en gran parte musulmana, sus lazos democráticos y comerciales, su economía y ciertos ideales la alejan considerablemente de esta región. No obstante, aunque sus alianzas no terminen de estar definidas, su importancia a nivel geopolítico es indiscutible.

Turquía y la OTAN

El ingreso en la Alianza y la relación con ella durante la Guerra Fría

En este escenario geopolítico, Turquía es un miembro clave de la OTAN, aunque sus relaciones con la organización han experimentado altibajos durante años. Para comprender por qué, es necesario remontarse a los primeros años de la Guerra Fría, cuando el mundo se concebía como un tablero geopolítico dividido ideológicamente entre capitalismo y comunismo y Turquía era una pieza geoestratégica clave.

Al igual que los demás Estados, Turquía se ha ido adaptando al nuevo orden mundial19, caracterizado por el dinamismo, la multipolaridad y el constante cambio. En este contexto, el desenlace de algunos sucesos que se expondrán a continuación ha moldeado poco a poco la relación actual entre la OTAN y Turquía.

Se puede entender que la adhesión de Turquía a la OTAN fue consecuencia de importantes factores estratégicos y económicos, fundamento de los intereses de ambas partes. El interés por contener el comunismo fue el móvil principal para considerar a Turquía como candidata para su ingreso en la OTAN. Gracias a su situación geográfica, el país serviría como freno al expansionismo comunista, controlando posibles salidas de la URSS al Mediterráneo. Turquía se convertiría así en el pilar sudeste de la Alianza Atlántica20. El miedo a que la URSS se hiciese con los recursos de la zona aceleró la adhesión: las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, volcadas en recuperar y mejorar sus economías, consideraban muy necesario el acceso a los recursos de Oriente Medio21.

En suma, el acceso y presencia en la región de Occidente era de vital importancia no solo para detener la expansión comunista, sino para mantener el equilibrio y garantizar el acceso a los recursos de la zona. Así pues, contar con un gran aliado territorial resultaba imprescindible.

El motor de Turquía para su adhesión a la Alianza fue demostrar afinidad y lealtad hacia el bloque occidental para lograr que se la considerara una aliada más, que apostaba y 
contribuía al futuro de la organización. El ingreso de Turquía permitiría que la OTAN tuviera cierta capacidad de control sobre los estrechos y, por tanto, sobre el acceso y la salida del mar Negro. Todo esto hizo que fuese finalmente admitida en 1952.

Durante la Guerra Fría, la expansión de la URSS y el traspaso de fronteras del comunismo suponían una amenaza sin precedentes para EE. UU., que, en consecuencia, aplicó una estrategia de contención22. Así, se instalaron bases de misiles para frenar el posible avance soviético en territorio europeo. No obstante, los aliados entendían que para asegurarse una mayor eficacia y efectividad había que acercarse lo máximo posible a Moscú. Turquía era un elemento clave en esta estrategia, por lo que su adhesión a la OTAN fue de vital importancia.

Tras su ingreso en la organización, con el espíritu de Atatürk vivo y activo, la afinidad hacia el bloque occidental condujo a que se desplegaran baterías de misiles en suelo turco, lo que provocó una reacción por parte de la URSS, que, bajo el mando de Kruschev, desplegó proyectiles balísticos en Cuba23. La crisis de los misiles de Cuba, que marcó un antes y un después en la historia de la diplomacia, finalizó con la retirada de los activos militares por ambas partes. A ello se sumó la inestabilidad interna que atravesaba la URSS, todo lo cual supuso el fin del expansionismo soviético24.

Estos años de colaboración y confianza entre Turquía y EE. UU. fueron probablemente uno de sus periodos más amistosos. Desde la retirada de los misiles hasta ahora, las relaciones entre ambos países se podrían calificar de inciertas, con constantes idas y venidas, combinadas con periodos en los que se ha valorado y respetado la gran contribución de Turquía a la Alianza. En la situación actual, el respeto coexiste con cierto escepticismo y desconfianza hacia un aliado en ocasiones algo desobediente.

El problema de los kurdos y sus implicaciones para la Alianza

Actualmente, los kurdos son uno de los temas que mayor impacto tiene en las relaciones entre Turquía y la OTAN. Este pueblo —en sus orígenes, pastores nómadas— se extiende actualmente por territorios de Turquía, Iraq, Siria e Irán25. La mitad de los miembros de esta etnia, con una importante presencia en Asia, habita en Turquía, donde constituyen el 20 por ciento de la población26.

El pueblo kurdo es percibido como un enemigo por parte del Estado turco, pues los movimientos nacionalistas afines se centran en conseguir la autonomía como etnia y el reconocimiento de su soberanía a nivel internacional. Tanto el Gobierno de Kemal Atatürk como el de Erdogan han defendido que la única forma de unir a la sociedad turca es a través de la etnia, por lo que sus respectivas posturas hacia los kurdos nunca han sido de integración: más bien, los han considerado un pueblo que atenta contra la unidad nacional27. El antikurdismo, muy arraigado en las políticas de los líderes turcos durante las últimas décadas, ha provocado la exclusión y la marginación de este grupo.

El debate sobre los kurdos, uno de los mayores problemas en la relación entre la OTAN y Turquía, lleva presente muchos años y ha dado lugar a numerosas controversias en el seno de la organización. Tradicionalmente, EE. UU. ha mostrado una afinidad hacia el pueblo kurdo basada en intereses económicos. Esta situación no ha dejado indiferente a Turquía, particularmente durante las últimas décadas. A ello se suma el reciente apoyo de EE. UU. a los nacionalistas kurdos del norte de Siria del Partido de la Unión Democrática (PYD), a quienes se proporcionaron armas para luchar contra el Estado Islámico, determinación que los convirtió en grandes aliados en la lucha contra el terrorismo en la zona de Siria e Iraq.

La ayuda ha dotado a los guerrilleros y las milicias kurdas de recursos posteriormente utilizados contra Turquía, que han provocado bajas y ataques en diversos frentes28. La presencia de esta etnia también ha hecho que la política turca de «cero problemas con los vecinos» sea difícil de llevar a cabo, pues Iraq es el lugar de cobijo de muchos kurdos. Turquía ha mostrado su descontento ante la situación: en su lucha contra los kurdos, espera que estos no reciban ningún tipo de favoritismo en el trato por parte de los aliados de la OTAN.

Uno de los últimos contratiempos entre EE. UU. y Turquía han sido las declaraciones realizadas por Joe Biden en 2021 acerca de la masacre armenia de 1915. Aunque la Casa Blanca nunca se había pronunciado de manera semejante acerca de ello, el presidente, rompiendo con la neutralidad, calificó los sucesos de «genocidio», con lo que las tensiones entre ambos países se dispararon29 y la brecha entre Turquía y los Estados Unidos —y en cierta medida con la propia Alianza— se abrió aún más.

En esta línea, el último suceso significativo, aún objeto de debate, es el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN. Tras mostrar reticencias a aceptar la adhesión de ambos, Turquía ha aceptado recientemente en el caso de Finlandia y mantiene el veto a Suecia, esencialmente por la afinidad con los kurdos exhibida por este último país. Desde la perspectiva turca, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y sus líderes son contrarios al régimen y, por tanto, la lucha por erradicarlos ha de seguir vigente, sin excepción30. En el escenario descrito, los países nórdicos han acogido a muchos líderes kurdos, considerados refugiados políticos. Así pues, Suecia se niega a ceder ante las exigencias de Turquía, que solicita el regreso de estos refugiados a su territorio, donde serán juzgados por presuntos crímenes. El enfrentamiento continúa: Turquía mantiene la misma postura y Suecia no da su brazo a torcer, lo que ha provocado un parón en las negociaciones de ingreso31.

Estas fricciones no facilitan el proceso de toma de decisiones ni las relaciones entre aliados de la OTAN, donde el consenso y la cooperación son principios básicos. La coacción entre miembros no es bien recibida en el seno de la Alianza. Como veremos en el siguiente epígrafe, tampoco lo son los tratos con terceros que no supongan una alineación perfecta con la postura y la visión de la organización32.

La peligrosa amistad entre Turquía y Rusia

Turquía se puede considerar un aliado particular en el seno de la OTAN, no solo por ser el único país de la organización donde el islam es la religión oficial, sino también por su política exterior y sus relaciones con terceros. Así, los turcos han actuado en diversas ocasiones sin tener muy en cuenta los principios de la Alianza. En particular, en lo que respecta a Rusia, aunque también a otros Estados. Esto ha propiciado que cierta sombra de duda se cierna sobre su postura y su lealtad hacia el bloque occidental.

A pesar de que históricamente Rusia había sido rival del Imperio otomano, las supuestas buenas relaciones actuales entre ambos países están causando cierto malestar en la Alianza. Hoy Rusia es considerada una de las mayores amenazas y peligros para la seguridad internacional, y en particular en el ámbito OTAN: según reconoce el Nuevo Concepto Estratégico33 de Madrid, Rusia supone una amenaza para la seguridad en Europa. Además, según Brzezinski, sería uno de los principales jugadores estratégicos34 a nivel global. Por consiguiente, los coqueteos entre Rusia y Turquía no sientan bien en la organización.

A pesar de no ser del todo bien recibida por las potencias occidentales, la amistad con Rusia habría comenzado a forjarse en tiempos de Kemal Atatürk, cuando, en 1925, ambos países firmaron el Tratado de Amistad y Neutralidad Turco-Soviético35. Rusia se convirtió así en el único apoyo del desmembrado Imperio otomano, que recibió armamento ruso para luchar contra los países aliados durante el periodo de entreguerras y la resistencia kemalista36. Con la Segunda Guerra Mundial y su desenlace, las relaciones entre Rusia y Turquía se enfriaron. En los años posteriores estuvieron marcadas por constantes idas y venidas.

La adquisición de armamento ruso en la época de Kemal no ha sido el único acuerdo en materia de defensa entre Rusia y Turquía. Uno de sus recientes acuerdos bilaterales provocó una de las mayores crisis entre Turquía y la OTAN, especialmente con EE. UU. El caso se remonta al golpe de Estado de 2016: la mencionada desconfianza provocó que Turquía quedase fuera del programa de aviación de combate de quinta generación y fuera excluida de la adquisición de F-35 americanos. Turquía optó entonces por alinearse con Rusia, que le vendió su sistema de defensa S-400, en una clara acción estratégica destinada a intentar quebrar la cohesión de la Alianza37.

Desde la OTAN, la actitud turca se interpreta como no muy acorde con la línea de actuación de la organización: no se entiende bien cómo un miembro de la Alianza puede tener relaciones con uno de sus mayores rivales, calificado incluso de amenaza. Por su parte, Turquía justifica su actitud como un acto de defensa, argumenta que se encuentra rodeada de conflictos y sin ningún tipo de protección y ha manifestado que esta adquisición de armamento se realizó por razones de supervivencia, sin ningún tipo de doble sentido38.

A lo anterior hay que sumar que actualmente Turquía está sirviendo como país de tránsito para muchos de los negocios rusos en la zona de Oriente Medio39,40. A ello se añade la postura que está tomando con respecto a la guerra de Ucrania: a pesar de que ha condenado la invasión, Turquía no ha querido sumarse a las sanciones contra Rusia, buscando mantener una postura mediadora y de equilibrio41.

Estas circunstancias provocan una tensión no deseada entre Turquía y el resto de los aliados, favoreciendo en gran medida a Rusia, a nivel estratégico interesada en el deterioro de las relaciones entre Turquía y Occidente42. En este escenario, a pesar de que el posicionamiento de Turquía no es precisamente bien recibido por los aliados, su voluntad y sus decisiones soberanas se han respetado en un intento de mantener la cooperación con un socio que en ocasiones no lo pone fácil.

La complicada vecindad entre Grecia y Turquía

Las discrepancias y fricciones entre estos dos países, aliados de la OTAN, vienen de los tiempos del Imperio otomano, al que pertenecía una gran parte de Grecia. Producto de un tumultuoso proceso de independencia y del orgullo de ambas naciones, la enemistad histórica entre Grecia y Turquía se prolonga hasta nuestros días y se refleja en el seno de la OTAN, donde tanto una como otra nación son muy importantes a nivel estratégico por su posición y capacidad de control en el Mediterráneo. El nivel de enemistad y confrontación entre ellas se mantiene muy alto, esencialmente por cuestiones territoriales y de soberanía que no terminan de resolverse.

El Mediterráneo, frontera sur de la OTAN, ha sido y es una zona de alto interés para la Alianza —en particular en su parte oriental—, por lo que los países que lo dominan son actores clave. Con la incorporación de Turquía y Grecia en 1952 la Alianza no solo se aseguraba una mayor supervisión en la zona, sino también la posibilidad de rebajar la tensión entre ambos países y de que sus relaciones bilaterales mejorarán al integrarse en un mismo organismo. El desenlace parece no haber sido el deseado: las fricciones siguen siendo continuas, como actualmente demuestran el sobrevuelo ocasional del territorio griego por parte de cazas turcos y la militarización por parte de Grecia de unas islas donde se han ubicado baterías de misiles antiaéreos. A lo anterior se suman el problema de Chipre y la partición de facto de la isla, algo que no ayuda en absoluto a la convivencia entre Grecia y Turquía en el mar Mediterráneo y sigue provocando fuertes tensiones.

Grecia ha recibido apoyos tanto por parte de la Unión Europea, de la que es Estado miembro, como por parte de países particulares, como Francia, con la que ha establecido acuerdos bilaterales de seguridad para defender sus fronteras43. Este posicionamiento a favor de Grecia en el Mediterráneo no hace más que deteriorar las relaciones con Ankara, que puede sentirse cada vez más aislada en la OTAN.

La eterna candidatura para el ingreso en la Unión Europea de Turquía

No solo el problema de los kurdos y las relaciones ruso-turcas y greco-turcas afectan a la Alianza. A estos asuntos se suma la candidatura de Turquía para su ingreso en la UE, a propósito de lo cual se ha de tener en cuenta que la mayoría de los Estados miembros son, a su vez, aliados de la OTAN.

En 1999 Turquía se convirtió en un país candidato a ingresar en la Unión44. Para la adhesión es necesario superar los filtros definidos en los criterios de Copenhague, basados en factores políticos, económicos, demográficos y sociales. A pesar de que el país cumple un número relevante de criterios, como tener una economía de mercado, el proceso está estancado45.

Al margen del cumplimiento de los criterios mencionados, políticamente, tanto Francia como Alemania, aliados de la OTAN, han mostrado cierto desagrado y disconformidad hacia esta posible adhesión46. Tras más de dos décadas de negociaciones, la idea de una Turquía parte de la UE se antoja lejana y poco probable.

La regresión en algunos de los criterios de Copenhague se conjuga con otras dificultades en el proceso de entrada a la UE de Turquía, lo que puede llegar a surtir efecto en la propia OTAN y provocar un alejamiento de Turquía.

La posible influencia de las elecciones de mayo en Turquía

El futuro de Turquía dependerá en gran medida del resultado de las elecciones presidenciales de mayo de este año 2023, en las que concurren Erdogan y la oposición. El actual líder sigue manteniendo un discurso político con matices imperialistas y un tanto nacionalista, orientado a desdibujar al país del lado occidental. Junto a ello, la crisis económica, la restricción de ciertas libertades, la mala gestión de la crisis sanitaria y un sistema político carente de trasparencia47 son algunas de las causas de la pérdida de apoyos a Erdogan. Ante este escenario, puede entenderse que la idea del dirigente es mantenerse en el poder granjeándose de nuevo la confianza de la sociedad turca empleando un discurso antikurdo y las alianzas con terceros países48.

La oposición está actualmente conformada por la Mesa de los Seis, una coalición de los partidos opositores al Gobierno de Erdogan con una visión compartida: terminar con el mandato de dos décadas del dirigente49. La composición de los partidos de la oposición es muy dispar: desde Dogu Perincek, partidario de la retirada de Turquía de la OTAN y con una inclinación política fuertemente prorrusa, hasta Selahattin Demirtas, que apuesta por impulsar las relaciones con Occidente y la adhesión a la UE50. A pesar de ser líderes antagónicos, existe un objetivo común a todos los programas electorales: acabar con el régimen de Erdogan, que ya lleva dos décadas en el Gobierno y once años como primer ministro.

Conclusiones

En los últimos años las relaciones entre Occidente y Turquía han experimentado un cierto cambio de rumbo derivado de las políticas y del cariz nacionalista del discurso de su dirigente. La pretensión de que Turquía se convierta en un actor geopolítico regional relevante, y de que, en consecuencia, su presencia en Oriente Medio crezca, contribuye a ello. Las aspiraciones de Erdogan se pueden interpretar en función de su relación con Rusia o de sus intentos de convertirse en mediador en la guerra de Ucrania.

En cuanto a las relaciones entre la OTAN y Turquía, sigue habiendo roces y tensiones que explican diversas causas: en el caso de Grecia, continúan existiendo altercados entre ambos Estados en el mar Mediterráneo; el problema kurdo se emplea como arma en el discurso político cada vez que hay elecciones y, por ende, se agudiza; el veto de Turquía a la adhesión de Suecia conforma el gran obstáculo de este proceso; por último, cabe mencionar las relaciones con Rusia, a la que Turquía sigue sin sancionar a pesar de las violaciones de derechos que se están produciendo en la guerra.

Pese a lo expuesto, hoy en día no se contempla una salida de Turquía de la OTAN. A nivel geopolítico sigue siendo de gran importancia, y su posible papel como mediador en la guerra de Ucrania51 puede ser de gran beneficio para todos. Dentro de unos márgenes razonables, se espera que la Alianza —y en particular EE. UU.— siga aceptando ciertas acciones unilaterales por parte de Turquía. No obstante, estas iniciativas no pueden sobrepasar determinadas líneas rojas, lo que traería consecuencias no deseadas para el conjunto de los implicados.

Erdogan sigue manteniendo una postura antioccidental, a sabiendas de que se enfrentará a un desafío político clave en las elecciones presidenciales, donde se jugará el mando del país. No obstante, a partir de mayo, la existencia de una oposición muy unida y con un objetivo claro podría desencadenar un cambio de rumbo político y diplomático en Turquía que implicase un mayor o menor acercamiento a Occidente. Hoy día el porvenir resulta un tanto incierto.

Natalia Marcos González*
Estudiante en prácticas de Relaciones Internacionales,
Universidad Rey Juan Carlos

Referencias:

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2 DELGADO SOSA, J. P. La creación de Turquía. Universidad de La Laguna, Facultad de Humanidades, 2017/2018, pp. 4-16. Disponible en: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/9966/La%20creacion%20de%20Turquia.pdf?sequence=1&is Allowed=y
3 MORILLO LLOVO, J. «Turquía: el socio de todos, la aliada de nadie» (Documento de Opinión, n.o 123). IEEE, 2017. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DIEEEO123- 2017_Turquia_JacoboMorillo.pdf
4 GIL, A. «I Guerra Mundial: juego de alianza (1914-1918)», El Orden Mundial. 11 de noviembre de 2020. Disponible en: https://elordenmundial.com/mapas-y-graficos/alianzas-primera-guerra-mundial/
5 Valores como el nacionalismo, el estatismo, el populismo o la separación entre religión y Estado.
6 DELGADO SOSA, J. P. Op. cit., pp. 10-20.
7 Basado en una república laica, la educación pública, los derechos de las mujeres, la economía de mercado y la adopción del alfabeto latino (cfr. NUÑEZ DE PRADO, S. «El legado de Atatürk», La Vanguardia.12 de septiembre de 2019. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20181016/47312895442/el-legado- de-ataturk.html).
8 ALBENTOSA VIDAL, J.A. «Turquía: autoritarismo, islamismo y neo-otomanismo» (Documento Marco,
n.o 13). IEEE, 2017. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_marco/2017/DIEEEM13- 2017_Turquia_JA-Albentosa.pdf
9 CHAMORRO, A. «Estados Unidos y Turquía durante la Guerra Fría: de la cooperación a la tensión», Descifrando la Guerra. 19 de mayo de 2021. Disponible en: https://www.descifrandolaguerra.es/estados- unidos-y-turquia-durante-la-guerra-fria-de-la-cooperacion-a-la-tension/
10 ALBENTOSA VIDAL, J.A. Op. cit., 2017.
11 ALBENTOSA VIDAL, J.A. «Turquía: autoritarismo, islamismo y neo-otomanismo (2.ª parte)». (Documento Marco, n.o 5). IEEE, 2018. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_marco/2018/DIEEEM05-2018_Turquia_II_JAlbentosa.pdf
12 INSEL, A. «La Turquía de Erdogan: un autoritarismo electivo y autocrático», Nueva Sociedad, n.o 294. Julio-agosto de 2021. Disponible en: https://nuso.org/articulo/la-turquia-de-erdogan-un-autoritarismo- electivo-y-autocratico/
13 Idem.
14 CONDE, G. «Turquía, Siria e Iraq: economía y conexiones», en Turquía, Siria e Iraq: entre amistad y geopolítica. El Colegio de México, 2013, pp. 19-44.
15 ACEMOGLU, D. y ÜÇER, M. «Los altibajos del crecimiento turco, 2002-2015: dinámica política, Unión Europea y deriva institucional», en VV. AA., La Búsqueda de Europa. Visiones en contraste. BBVA, Madrid, 2016, pp. 356-385. Disponible en: https://www.bbvaopenmind.com/wp- content/uploads/2017/11/BBVA-OpenMind-libro-la-busqueda-de-europa-visiones-en-contraste-1.pdf
16 SÁNCHEZ PASTOR, P. «Situación macrofinanciera de Turquía», Boletín Económico. Banco de España, 9 de enero de 2023, artículo 7. Disponible en: https://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomic o/23/Fich/be2301-art07.pdf
17 FUENTES MONZONÍS-VILALLONGA, J. «Turquía, entre Oriente y Occidente». Real instituto Elcano, 23 de agosto de 2004. Disponible en: https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/ turquia-entre-oriente-y- occidente/
18 BRZEZINSKI, Z. El tablero mundial. Paidós, 1998, pp. 46-58.
19 YAPAR, H. «De la profundidad estratégica a la patria azul y más allá. Comprendiendo la deriva de Turquía hacia una mayor autonomía estratégica» (Documento de Opinión, n.o 40). IEEE, 2021.
Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2021/DIEEEO40_2021_HAKYAP_Turquia.pdf  20 BRZEZINSKI, Z. Op. cit., pp. 46-58.
21 CONDE, G. Op. cit.

22 OTERO, M. B. «La doctrina de contención de los Estados Unidos», Letras Internacionales, n.o 188-8. Universidad ORT, Uruguay, 2014. Disponible en: https://revistas.ort.edu.uy/letras- internacionales/article/view/138/140
23 ARON, R. «La Guerra Fría y la crisis de los misiles de cuba», Política Exterior, n.o 3. 21 de junio de 1987. Disponible en: https://www.politicaexterior.com/articulo/la-guerra-fria-y-la-crisis-de-los-misiles-en- cuba/
24 RUBIO PLO, A. R. «El “telegrama largo” de George Kennan: Reflexiones sobre una estrategia de contención», Nueva Revista, n.o 147. Universidad Internacional de La Rioja, 2016. Disponible en: https://reunir.unir.net/bitstream/handle/123456789/5257/El%20Telegrama%20Largo%20de%20George% 20Kennan.pdf?sequence=1&isAllowed=y
25 ZORRILLA, J. A. «Los kurdos» (Documento de Opinión, n.o 52). IEEE, 2014. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2014/DIEEEO52-2014_Kurdos_ULtimo_JAZorrilla.pdf 26 ECHEVERRÍA JESÚS, C. «Turquía y su política exterior de seguridad y defensa en una época de grandes incertidumbres», La Albolafia: Revista de Humanidades y Cultura, n.o 8 (extra). 2016, pp. 81-96. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5768640
27 JUNIOR REPORT. «¿Por qué Turquía ataca a los kurdos?», La Vanguardia. 25 de octubre de 2019. Disponible en:
https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20191025/471178857771/por-que-turquia-ataca- kurdos.html#:~:text=El%20gobierno%20turcove%20a%20los,que%20han%20provocado%20la%20ofensi  va

28 RODRÍGUEZ LÓPEZ, C. «Turquía y el Mediterráneo: un precario equilibrio», Política Exterior, n.o 63. 30 de agosto de 2021. Disponible en: https://www.politicaexterior.com/articulo/turquia-y-el-mediterraneo- un-precario-equilibrio/
29 BBC NEWS MUNDO. «El reconocimiento histórico de Joe Biden al declarar a la matanza de armenios de 1915 como un “genocidio”». 24 de abril de 2021. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/ noticias- internacional-5686208

30 BARKEY, H. J., LESSER, I. O. y TAHIROGLU, M. «Assesing Turkey’s Fault Lines with Europe and the Kurds». Council on Foreign Relations, 30 de marzo de 2021. Disponible en: https://www.cfr.org/event/assessing-turkeys-fault-lines-europe-and-kurds
31 GÓMEZ, M. V., ABRIL, G. y MOURENZA, A. «Turquía levanta el veto a las candidaturas de Suecia y Finlandia en Madrid», El País. 28 de junio de 2022. Disponible en: https://elpais.com/internacional/ 2022-06-28/stoltenberg-se-reune-con-los-lideres-de-turquia-suecia-y-finlandia-para-desblo quear-el-ingreso- de-los-paises-nordicos-en-la-otan.html
32 PIQUÉ, J. «¿Va Turquía en serio?”, Política Exterior. 19 de mayo de 2022. Disponible en: https://www.politica exterior.com/va-turquia-en-serio/
33 OTAN. «Strategic Environment» (apdo. 8), NATO 2022 Strategic Concept, p. 4. Disponible en: https://www.nato.int/nato_static_fl2014/assets/pdf/2022/6/pdf/290622-strategic-concept.pdf
34 BRZEZINSKI, Z. Op. cit., p. 52.
35 EGOROV, B. «El error de Stalin que convirtió a Turquía en miembro de la OTAN», Russia Beyond. 12 de octubre de 2021. Disponible en: https://es.rbth.com/historia/88142-error-stalin-convirtio-turquia- miembro-otan
36 BADENAS DE LA PEÑA, P. «Antagonismo, vecindad y convivencia. Elementos para un análisis de las relaciones grecoturcas», Erytheia, n.o 11-12. CSIC, 1990-1991, pp. 141-174. Disponible en: https://digital.csic.es/handle/10261/18278
37 SÁNCHEZ TAPIA, F. «Turquía entre el S-400 y la pared» (Documento de Análisis, n.o 13). IEEE, 2022. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2022/DIEEEA13_2022_FELSAN_Turquia.pdf
38 Idem.
39 ECHEVERRÍA JESÚS, C. «La relación estratégica entre Rusia y Turquía», Revista General de Marina, tomo 277. Ministerio de Defensa, julio de 2019. Disponible en: https://armada.defensa.gob.es/archivo/rgm/2019/07/RGM%20Julio%202019%20V%20FINAL%20IMPRE NTA.pdf
40 I. E. «Putin sortea las sanciones para financiar con 20.000 millones una planta nuclear en Turquía», El Confidencial. 29 de julio de 2022. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/empresas/2022-07- 29/rusia-transferencia-dolares-turquia-planta-nuclear_3468748/
41 EFE. «Turquía no sancionará a Rusia para mantener su política de “equilibrio”», El Confidencial. 14 de abril de 2022. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/mundo/2022-04-14/turquia-no-sancionara- rusia-por-politica-de-equilibrio_3408908/
42 PIQUÉ, J. «¿Dónde quiere estar Turquía?», Política Exterior. 25 de junio de 2021. Disponible en: https://www.politicaexterior.com/donde-quiere-estar-turquia/
43 RODRÍGUEZ LÓPEZ, C. Op. cit.
44 CONSEJO EUROPEO / CONSEJO DE LA UNIÓN EUROPEA. «Política de Ampliación de la UE: Turquía». Disponible en: https://www. consilium.europa.eu/es/policies/enlargement/turkey/
45 EUR-LEX. «Criterios de adhesión (criterios de Copenhague». Disponible en: https://eur- lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri= LEGISSUM:accession_criteria_copenhague
46 ORTEGA, A. «Estamos perdiendo a Turquía”. Real Instituto Elcano, 16 de diciembre de 2014. Disponible en: https://www.realinstitutoelcano.org/blog/el-espectador-global-estamos-perdiendo-turquia/

47 EL PAÍS. «Erdogan desatado» (editorial). 31 de enero de 2023. Disponible en: https://elpais.com/ opinion/ 2023-01-31/erdogan-desatado.html
48 EL PAÍS. «Los modelos de Erdogan» (editorial). 16 de enero de 2023. Disponible en: https://elpais.com
/opinion/2023-01-16/los-modelos-de-erdogan.html

49 Idem.
50 JACINTO, L. y ESTUDIO GRÁFICO FRANCE MÉDIAS MONDE. «Los seis candidatos a las presidenciales turcas». France 24. Disponible en: https://graphics.france24.com/elecciones-turquia-perfil- candidatos-presidencia/
51 BAYÓN, P. «Aliado de la OTAN y mediador: “el complejo equilibrio de poderes” de Turquía en la guerra de Ucrania». RTV, 5 de febrero de 2023. Disponible en: https://www.rtve.es/noticias/20230205/aliado-otan-mediador-complejo-equilibrio-poderes-turquia-guerra- ucrania/2420953.shtml