Horas de espera para jugárselo todo en unos minutos: así es una jornada de trabajo para los artilleros ucranianos que operan los lanzacohetes múltiples GRAD en Donetsk, cuando se cumple año y medio de invasión rusa

Un día en la guerra: Ucrania sigue luchando por su independencia en el frente de combate

01_MARIA SENOVILLA_ Un artillero de la 22 Brigada Mecanizada del Ejército ucraniano junto al lanzacohetes tipo GRAD en el que trabaja en el frente de Donetsk
photo_camera MARIA SENOVILLA - Un artillero de la 22 Brigada Mecanizada del Ejército ucraniano junto al lanzacohetes tipo GRAD en el que trabaja en el frente de Donetsk

"La guerra es una cosa interesante: cuando no te mandan trabajar, sabes que todo va bien en el campo de batalla", reflexiona divertido Yaroslav, el comandante de una batería de GRAD de la 22ª Brigada Mecanizada del Ejército ucraniano. Pero a pesar de sus palabras –y su sentido del humor–, lo cierto es que la artillería ucraniana trabaja sin descanso en Donetsk, donde tienen abiertos varios de los frentes de combate más activos en estos momentos.

La posición de Yaroslav está muy cerca de Bajmut, y desde ahí dan cobertura a la infantería que pelea a cara de perro contra las tropas rusas en Klishchiivka, Andriivka y Zaitseve. Camuflados en una zona boscosa, un pelotón se encarga de operar y mantener uno de los tres lanzacohetes múltiple BM-21 –de diseño soviético– con los que cuenta esta brigada.

Un solo GRAD es capaz de barrer 16 kilómetros cuadrados de terreno en apenas un minuto. "El vuelo de cada proyectil dura 52 segundos", apunta el comandante. Sin embargo, hoy va a ser necesario esperar más de diez interminables horas hasta que llegue la llamada de radio con la orden de atacar. Parafraseando a Yaroslav, cuando no llaman, significa que todo va bien en el campo de batalla, así que aprovecho la oportunidad para compartir un día en la guerra con los artilleros del Dombás.

"La máquina siempre está preparada, y cuando recibimos la llamada de radio y nos dan las coordenadas de dónde hay que lanzar el ataque, en 6 o 7 minutos estamos en marcha", explica el comandante mientras me conduce al lugar donde está esperando "la máquina".

02_MARIA SENOVILLA_ Varios artilleros de la 22 Brigada colocan los detonadores en los proyectiles, antes de cargarlos en los tubos lanzacohetes de un GRAD
MARIA SENOVILLA - Varios artilleros de la 22 Brigada colocan los detonadores en los proyectiles, antes de cargarlos en los tubos lanzacohetes de un GRAD

El lanzacohetes es imponente. Está formado por 40 tubos, que van acoplados en un robusto camión. Los hombres de Yaroslav se disponen a cargarlos con 40 letales proyectiles que serán lanzados contra las posiciones rusas. "Bueno, no todos son letales: tenemos munición procedente de distintos países, y la que viene de Pakistán no siempre es efectiva. Falla demasiado", que queja el comandante.

También hay proyectiles de Malasia y de Polonia –estos últimos, mucho mejores– que se diferencian por el color en la pintura que los recubre. Los tienen almacenados en una especie fosa que han cavado para ellos, a medida, cerca del GRAD. Perfectamente camuflados.

"Los almacenamos sin detonador", sigue explicando el comandante cuando uno de los soldados saca de una cajita de madera las puntas metálicas que hay que enroscar a los proyectiles –uno por uno– antes de cargarlos en los tubos lanzacohetes. "Tardamos 12 minutos en acoplar los detonadores y cargar los 40 proyectiles en el BM-21", apostilla.

En la guerra no hay vacaciones

En algún lugar que no desvelan hay otras dos posiciones como ésta, también comandadas también por Yaroslav. Una batería completa. Y un pelotón se encarga de mantener y operar cada una de estas piezas de artillería móvil. Son más de treinta hombres trabajando a la vez, y otros tantos que están descansando para poder relevarlos cuando acabe su rotación.

03_MARIA SENOVILLA_ Los artilleros de la 22 Brigada cargan la munición en los tubos lanzacohetes del BM-21 que operan en el frente de combate de Donetsk
MARIA SENOVILLA - Los artilleros de la 22 Brigada cargan la munición en los tubos lanzacohetes del BM-21 que operan en el frente de combate de Donetsk

Las rotaciones aquí duran un mes completo: cuatro semanas de trabajo y cuatro semanas de descanso; menos para el comandante, que no para nunca. "Mis últimas vacaciones fueron en agosto del año pasado", dice haciendo memoria. Tiene 28 años y dos hijos, y su mujer también es oficial del Ejército ucraniano.

Yaroslav se unió al Ejército hace tres años, sin saber que iba a producirse una guerra como esta; antes, era profesor de Historia. Al principio de la invasión, le destinaron a Saltivka –en el norte de la ciudad de Járkiv–, convertida en aquel entonces en una especie de zona gris que ostentaba el triste record de ser una de las áreas más bombardeadas de Ucrania. 

Todos los hombres que están hoy en el frente –a los que el uniforme les ha hecho iguales– tienen su propia historia. Pero en la mayoría de los casos es muy parecida: familiares refugiados en otros países de Europa, amigos caídos en combate y la voluntad de seguir defendiendo su patria. Los días transcurren a la espera de esas llamadas de radio que les ordenan atacar y, mientras, conviven en la posición como si fueran una gran familia.

04_MARIA SENOVILLA_ Uno de los soldados de la 22 Brigada se afeita al aire libre, mientras espera a que lleguen órdenes para lanzar un ataque
MARIA SENOVILLA - Uno de los soldados de la 22 Brigada se afeita al aire libre, mientras espera a que lleguen órdenes para lanzar un ataque

Preparan la comida, tienden las camas y se asean cuidadosamente. Se han acostumbrado a la extraña banda sonora formada por el estruendo de la artillería, la que disparan ellos y la que viene de vuelta también. “Ayer nos atacaron y tuvimos que estar más de cinco horas en el refugio”, relatan, mientras me enseñan el enorme agujero excavado en la tierra donde se protegen del fuego ruso.

“Hay agua, víveres y llega la conexión de Internet; podemos estar ahí el tiempo que sea necesario. Sólo hay que entrar lo más rápido posible cuando empieza el ataque”, me advierten. “La mayoría de las veces, los rusos sólo devuelven el fuego para que paremos de atacar, no porque tengan el objetivo definido. Disparan mucho, pero su porcentaje de acierto es muy bajo por ese motivo”, añaden.  

Jugar al escondite

Uno de los hombres permanece siempre junto a la radio. En un ordenador, sigue atentamente las imágenes que envía el grupo de drones de la brigada. “Ellos trabajan todo el tiempo, buscando objetivos y controlando los movimientos de las tropas rusas”, explica.

Pero los ucranianos no son los únicos que utilizan permanentemente estos vehículos no tripulados. En estos momentos, Rusia les lleva ventaja en la guerra de los drones: tiene más y mejores, y están complicando el trabajo diario de los soldados ucranianos en todas las posiciones del frente de combate que he podido recorrer durante los últimos meses.

05_MARIA SENOVILLA_ Yaroslav, el comandante de la batería de GRAD de la 22 Brigada, habla por radio con los pilotos de drones de su unidad
MARIA SENOVILLA - Yaroslav, el comandante de la batería de GRAD de la 22 Brigada, habla por radio con los pilotos de drones de su unidad

"Jugamos al escondite con los rusos todo el tiempo, sus drones están por todas partes, por eso nosotros recogemos la pieza antes de que caiga el último cohete cuando salimos a efectuar un ataque, y gracias a esa rapidez tenemos un porcentaje muy pequeño de bajas", explica Yaroslav. "Los rusos ahora tienen más drones que nosotros, se trabaja mirando al cielo constantemente"

Además de tener drones de exploración –que cada vez son más sofisticados, incluyendo mejoras como las cámaras térmicas–, estos vehículos no tripulados se están utilizando para lanzar granadas y proyectiles de pequeño calibre con una precisión asombrosa. Y también se emplean drones kamikaze, que están causando estragos en las unidades de carros de combate

Fumar mata

"Podemos salir a trabajar cuatro veces en un solo día, o ninguna –dice el comandante–; hay días en los que las esperas se hacen eternas, y otros en los que no tienes tiempo ni para fumar un cigarrillo", añade mientras revisa una especie de libro de cuentas, donde va anotando fechas y números.

“Es el libro de movimientos, aquí tengo que registrar todos los ataques y también si hemos tenido heridos, el gasto de munición, de combustible… todo”. Cuando termina de poner al día las anotaciones, el comandante se marcha a una reunión con sus oficiales superiores.

06_MARIA SENOVILLA_ Un lanzacohetes múltiple BM-21 ucraniano, en el frente de Donetsk, se prepara para efectuar un ataque contra una posición rusa
MARIA SENOVILLA - Un lanzacohetes múltiple BM-21 ucraniano, en el frente de Donetsk, se prepara para efectuar un ataque contra una posición rusa

Tras más de diez horas en la posición, y después de haber compartido con los soldados su café y su comida, reciben la llamada. Todo sucede muy deprisa entonces: los tres hombres que van en el camión del GRAD salen los primeros. Los sigo en otro coche, para captar con la cámara el momento del disparo. 

Recorren unos pocos kilómetros, saltan del camión y apuntan los tubos lanzacohetes. Es hipnótico ver cómo salen los proyectiles, uno a uno, envueltos en llamas. Antes de tener tiempo para procesar todo, los artilleros ya están recogiendo la pieza. Y arrancan de nuevo el camión. En menos de cinco minutos todo ha terminado y volvemos a la posición.

Las sonrisas en sus rostros indican que todo ha salido bien. “Nuestros drones han captado a 20 soldados enemigos, parece que han salido a fumar, y hemos lanzado el ataque en el lugar exacto”, explica el comandante. “¿Han muerto todos?”, pregunto. “Hemos barrido 1.600 metros cuadrados, tenemos que esperar a que nos envíen las imágenes de confirmación, pero lo más probable es que estén todos muertos”, responde.

07_MARIA SENOVILLA_ Uno de los GRAD de la 22 Brigada ucraniana en el momento exacto en el que efectúa un ataque contra una posición rusa en el frente de combate de Donetsk
MARIA SENOVILLA - Uno de los GRAD de la 22 Brigada ucraniana en el momento exacto en el que efectúa un ataque contra una posición rusa en el frente de combate de Donetsk

Ha sido un ataque muy preciso; no siempre es así. "Cuando salimos los treinta hombres a la vez, hacemos temblar la tierra", relata el comandante. "Colocamos los tres GRAD en batería, a unos 40 metros de distancia unos de otros, y los disparamos a la vez", me dice antes de despedirnos. Se está haciendo de noche, pero ellos seguirán trabajando. La artillería ucraniana no tiene horario de oficina. 

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