Nos adentramos en el frente de combate más activo de Ucrania para ver cómo responde el cañón autopropulsado del 2S1 Gvozdika, una pieza de diseño soviético con la que el ejército de Zelenski sigue conteniendo el avance ruso mientras ultima la esperada contraofensiva

Bakhmut resiste a golpe de cañón: la guerra no da tregua en las posiciones de artillería ucranianas del Dombás

01_MARIA SENOVILLA_ Soldados ucranianos se preparan para lanzar un ataque desde una posición de artillería del frente de combate de Bajmut controlada por la 80 Brigada del Ejército
MARIA SENOVILLA - Soldados ucranianos se preparan para lanzar un ataque desde una posición de artillería en la línea del frente de Bajmut controlada por la 80ª Brigada del Ejército.

El enorme estruendo que nos sacude cada vez que dispara el cañón de 122 milímetros es aturdidor. Provoca un pitido agudo en los oídos que tarda varios minutos en disiparse, incluso llevando tapones. Y los pitidos se van encadenando, uno tras otro, a medida que el cañón sigue respondiendo a la artillería rusa –que cada vez impacta más cerca de nuestra posición–.

Entre cañonazo y cañonazo, cuando abren la escotilla, se escucha cantar a voz en grito a uno de los soldados ucranianos que está dentro de la pieza de artillería autopropulsada modelo 2S1 Gvozdika. Entona una canción muy animada, y desata las carcajadas de sus compañeros.

Hace casi quince meses que comenzó la invasión rusa de Ucrania, pero la moral de los soldados que pelean en el frente de combate sigue alta, sorprendentemente alta. Luchan por “su hogar”, dice la mayoría, aunque muchos de ellos lleven más de un año sin estar en él. Cuando les relevan de la posición, se quedan en las zonas de descanso de la retaguardia. Si sus ciudades de origen están cerca, tal vez puedan aprovechar algún permiso para ir, pero las rotaciones suelen ser continuas. Y las posiciones de artillería no descansan.

02_MARIA SENOVILLA_ El apuntador de una pieza de artillería ucraniana del frente de combate de Bajmut habla con sus compañeros justo antes de recibir la orden para efectuar un ataque contra las líneas rusas
MARIA SENOVILLA - El artillero de una pieza de artillería ucraniana en el frente de Bajmut habla con sus compañeros justo antes de recibir la orden de atacar las líneas rusas.

Tras unos minutos de silencio, rodeados de un fuerte olor a pólvora que ha convertido el aire en algo denso y difícil de respirar, los soldados comienzan a salir por la escotilla del 2S1. Bajan de un salto, y dan indicaciones al conductor de la pieza para que la coloque a cubierto, bajo unas redes de camuflaje.

Después se dirigen a la trinchera subterránea –donde viven mientras están en la posición– para esperar nuevas órdenes. El refugio está cerca de la pieza de artillería, pero no demasiado: en caso de que las fuerzas rusas localizaran y bombardearan el cañón autopropulsado, la trinchera no se vería comprometida. 

03_MARIA SENOVILLA_ El cañón autopropulsado 2S1 clavel efectuando un ataque contra las tropas rusas en el frente de combate de Bajmut
MARIA SENOVILLA - El cañón autopropulsado 2S1 Gvozdika llevando a cabo un ataque contra las tropas rusas en la línea del frente Bakhmut.

DRONES Y ARTILLERÍA, EL COMBO PERFECTO

Al entrar en el refugio subterráneo, encontramos al comandante del grupo enfrascado en la pantalla de su tableta, revisando los mapas que muestran el avance de la guerra en tiempo real. Lo que está sucediendo en Ucrania ha superado el argumento de cualquier película bélica futurista: hay acceso a internet en las trincheras –incluso en primera línea–, mapas interactivos que muestran los movimientos de ambos bandos, y drones que se han convertido en los ojos en el cielo para la artillería.

Todos los pilotos de drones que dan apoyo a las posiciones de artillería afirman lo mismo: salvan la vida de muchos compañeros, que ya no tienen que salir en misión de reconocimiento para marcar las coordenadas de los objetivos. Además, permiten ahorrar mucha munición al marcar objetivos con precisión milimétrica y facilitar la corrección de los tiros si es necesario. 

Sin embargo, junto a todos estos avances que están permitiendo las nuevas tecnologías, la guerra se sigue haciendo con carros de combate y piezas de artillería –cuyo diseño, en muchos casos, data de los años sesenta o setenta–. También con tropas de asalto cuerpo a cuerpo y con misiones de inteligencia planificadas durante meses. Una guerra clásica del siglo XX en pleno siglo XXI.

04_MARIA SENOVILLA_ El comandante de combate recibe órdenes y coordenadas, protegido en la trinchera subterránea que hay cerca del cañón, para lanzar un nuevo ataque desde la posición
MARIA SENOVILLA - El comandante de combate recibe órdenes y coordenadas, protegido en la trinchera subterránea cerca del cañón, para lanzar un nuevo ataque desde la posición.

Y entre estos nuevos medios al servicio de la guerra, tal vez el arma más determinante –junto con los drones– sea el teléfono móvil. Al menos en lo que se refiere a las comunicaciones. Y es precisamente mediante en su teléfono donde el comandante recibe unas nuevas coordenadas para efectuar otro ataque contra las líneas rusas.

Apenas han pasado unos minutos desde el último, y los soldados se disponen a volver a salir de la trinchera, correr hasta el 2S1 Gvozdika, quitarse los pesados chalecos antibalas para poder entrar pos la escotilla y arrancar la pieza. Todo es muy rápido, cada uno de los cuatro operadores del cañón tiene un cometido y la coordinación es absoluta. Preparan la pólvora y los proyectiles, y el cañón empieza a escupir humo y fogonazos con cada nuevo estruendo. 

El sonido de los proyectiles que disparan los ucranianos se empieza a mezclar con el de los impactos de llegada que devuelven las tropas rusas. El intercambio de fuego es infernal. Todo el frente de combate de Bajmut lo es, y esta mañana parece no haber descanso. Pero yo no podré ver cómo acaba, porque el oficial ucraniano que me acompaña decide que hay que salir de allí ante la intensidad del ataque, que parece ir a más, y abandonamos la posición de artillería poniendo rumbo hacia Chasiv Yar.

05_MARIA SENOVILLA_ Los tripulantes del cañón autopropulsado salen de la pieza tras haber efctuado un ataque contra las líneas rusas en el frente de combate de Bajmut
MARIA SENOVILLA - Tripulantes del cañón autopropulsado abandonan la pieza tras un ataque a las líneas rusas en el frente de Bakhmut.

LAS FLORES SOVIÉTICAS

Como todos los cañones autopropulsados de diseño soviético, el 2S1 Gvozdika lleva el nombre de una flor: clavel. Entre los años 1969 y 1991, se fabricaron más de 10.000 claveles en la fábrica de Járkiv de Sergey Ordzhonikidze, y fueron utilizados por los ejércitos de 35 países diferentes. En algunos de ellos –sobre todo de Europa del Este– aún están en servicio.

De hecho, esta guerra nos ha permitido ver que la columna vertebral de los ejércitos ucraniano y ruso estaba formada por cañones y carros de combate –como el T-64 y el T-72– diseñados en la década de los setenta. Efectivos, mucho más baratos que las piezas que está enviando Occidente a Zelenski, pero también con mucho menor alcance.  

Su blindaje es de acero laminado de 20 milímetros y su casco es completamente hermético para proteger a la tripulación de balas y metralla. Pesa 15,7 toneladas y su motor de 300 cv le permite alcanzar una velocidad máxima 60 kilómetros por hora –que se reduce a la mitad en terrenos accidentados o en modo anfibio–.

06_MARIA SENOVILLA_ Uno de los tripulantes de un cañón autopropulsado 2S1 ucraniano, perteneciente a la 80 Brigada del Ejército, en el frente de combate de Bajmut
MARIA SENOVILLA - Uno de los miembros de la tripulación de un cañón autopropulsado ucraniano 2S1, perteneciente a la 80ª Brigada del Ejército, en la línea del frente de Bakhmut.

En cuanto al cañón del clavel, tiene un alcance mínimo de 4,2 kilómetros y un alcance máximo de 15,2 kilómetros. Puede utilizar diferentes tipos de munición: explosivo rompedor con un detonador combinado, proyectiles de carga hueca, proyectiles guiados, proyectiles de iluminación y humo e incluso minas de artillería. Y tiene capacidad para efectuar 4-5 disparos por minuto.

Una pieza robusta y bastante versátil que es del gusto de los ucranianos –al menos eso aseguran los soldados que operan en esta posición–. Basta con pasar unos pocos días en este país para darte cuenta de la importancia que les dan a las flores –en jardines, calles, casas particulares–, y parece que es extensible a los “claveles” que ahora están sembrados en el frente de combate de Bakhmut.  

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