Evitar que Irán reconstruya a Hamás, punto clave una vez que finalice la guerra de Gaza

Desde hace varias semanas, mientras la operación militar de Israel continúa en la Franja de Gaza, muchas capitales occidentales se han comenzado a centrar en el “día después” de la guerra. Europa, y especialmente Estados Unidos, ya han empezado a diseñar un plan una vez que finalice la ofensiva terrestre israelí, algo que podría ocurrir en las próximas semanas.
- Una vez que finalice la guerra en Gaza, es necesario tener en cuenta el papel de Irán
- Irán empuja a Israel a la guerra a través de Hamás
- Un Gobierno palestino fuerte y moderado, clave para frustrar los planes de Irán
Para ello, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha viajado en varias ocasiones a diferentes países de Oriente Medio, donde se ha reunido con los líderes regionales con la esperanza de que se involucren en la reconstrucción de Gaza una vez que finalice la guerra. Asimismo, a nivel político y administrativo, Washington espera que la Autoridad Palestina, entidad liderada por Mahmud Abbas que gobierna en Cisjordania, controle Gaza con la ayuda de las naciones vecinas cuando Israel retire sus tropas del enclave palestino.
Por lo tanto, mientras Occidente y varios países regionales como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos trabajarán por la reconstrucción de Gaza, así como por impulsar un Estado palestino acorde con los requisitos de seguridad de Israel que promueva la paz y la estabilidad regional, otros como Irán -principal patrocinador de Hamás y de otros grupos terroristas- harán todo lo contrario.
De acuerdo con los analistas Michael Singh y Matthew Levitt de The Washington Institute for Near East Policy, la República Islámica de Irán se concentrará “en reconstruir Hamás y prepararse para la próxima guerra”. Por lo tanto, si Israel y sus aliados pretenden evitar que se repita el ataque del 7 de octubre, deben contrarrestar a Teherán.
No sería la primera vez que se produce una situación así. En julio de 2006, el grupo chií libanés Hezbolá, respaldado también por Irán, atacó Israel tras cruzar ilegalmente la Línea Azul, la frontera internacionalmente reconocida como el límite entre Israel y el Líbano. Durante el ataque, además de matar a 3 soldados, los miembros de Hezbolá -al igual que hizo Hamás el 7 de octubre- secuestraron a varios militares.

A pesar de que la respuesta de Jerusalén a este ataque debilitó notablemente las capacidades de Hezbolá, el grupo ha seguido planeando ofensivas, esperando el momento oportuno para volver atacar territorio israelí. De hecho, han calificado su supervivencia como una “victoria divina”.
Años después, Hezbolá ha logrado fortalecerse y, desde el 7 de octubre, lleva lanzando ataques recurrentes contra territorio israelí, lo que ha provocado la evacuación de miles de personas del norte de Israel.
Una vez que finalice la guerra en Gaza, es necesario tener en cuenta el papel de Irán
Por este motivo, ambos analistas consideran que las redes de Hamás en Cisjordania, el Líbano o incluso Gaza, podrían seguir una trayectoria similar, a pesar de la victoria israelí y el desmantelamiento del grupo terrorista en el enclave palestino.
En este sentido, cabe destacar la alta popularidad de Hamás en Cisjordania, incluso después del brutal ataque del 7 de octubre y la posterior guerra en Gaza. Este es, precisamente, uno de los motivos por los que Mahmud Abbas se resiste a convocar elecciones en el territorio. En caso de comicios, es muy probable que el grupo terrorista ganase en Cisjordania al igual que hizo en 2006 en la Franja de Gaza.

Siguiendo con el caso de Hezbolá y tomándolo como ejemplo de lo que podría pasar con Hamás una vez que finalice la guerra en Gaza, es necesario tener en cuenta el papel que tiene Irán. La recuperación de Hezbolá después de la guerra con Israel en 2006 fue posible -en parte gracias a la falta de sanciones duras por parte de las Naciones Unidas y a la debilidad de los rivales internos de Hezbolá- por la financiación de Irán.
Teherán es considerado el líder del llamado ‘Eje de Resistencia’, un grupo que engloba a varias organizaciones terroristas de Oriente Medio como Hamás, Hezbolá, los hutíes de Yemen o las milicias pro-iraníes en Siria e Irak. Todos estos grupos han incrementado sus actividades a raíz de la guerra en Gaza, no solo contra Israel, sino también contra objetivos estadounidenses en la región.
No obstante, Singh y Levitt también destacan las diferencias entre Hamás y Hezbolá, aclarando que este último un brazo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, mientras que la relación entre Irán y Hamás ha sido mucho más inestable.

A pesar de los altibajos en esta relación, el respaldo de Teherán ha sido decisivo para Hamás en las últimas décadas. De acuerdo con datos recogidos por los analistas, el régimen iraní ha proporcionado entre 70 y 120 millones de dólares al año a la organización terrorista.
“El apoyo técnico y de entrenamiento de Teherán ha hecho que Hamás pase de ser una milicia heterogénea conocida por sus atentados suicidas a un ejército terrorista bien entrenado con una amplia gama de misiles, túneles y liderazgo descentralizado fuera de Gaza", sostienen.
Irán empuja a Israel a la guerra a través de Hamás
Por otro lado, mientras Hezbolá esta diseñado desde Teherán para disuadir ataques estadounidenses o israelíes contra el propio Irán, Hamás, y en concreto tras su brutal ataque el 7 de octubre, ha empujado a Israel a una guerra que ha provocado en una oleada de duras críticas internacionales contra el Estado judío, llevando incluso a Israel al Tribunal Internacional de la Haya por supuesto genocidio.
Asimismo, esta guerra y la operación militar israelí en Gaza ha generado tensiones entre Jerusalén y Washington, dos aliados históricos, y a la vez los dos principales enemigos de Teherán.
La operación de Israel en Gaza tiene como objetivo destruir a Hamás y liberar a los más de 100 rehenes que siguen secuestrados. No obstante, de acuerdo con Singh y Levitt, si fuera posible destruir completamente al Hamás que conocemos hoy, “Irán encontraría otros extremistas que enarbolaran su bandera y luego los financiaría y equiparía”.

Igualmente, desde Teherán también estarían atentos a los palestinos lo suficientemente valientes como para defender la paz, a quienes intentarían eliminar y mantener la estabilidad que perjudica directamente a Israel. “Para Estados Unidos e Israel, liberarse de Hamás significaría no sólo derrotar al propio grupo, sino también frustrar los esfuerzos iraníes por revivirlo o replicarlo”, subrayan.
Para que esto ocurra, es necesario trabajar dos puntos. El primero debe centrarse en interrumpir el flujo de fondos y armas desde Irán hacia Cisjordania y Gaza. Los analistas consideran que a Teherán se le ha permitido demasiado margen de maniobra para enviar armas y fondos a sus representantes. Ponen de ejemplo a los extremistas hutíes, quienes han perturbaron el transporte y comercio marítimo global al obstruir la libertad de navegación a través de un estrecho crucial. Por ello, para Singh y Levitt necesario cortar las líneas de suministro de Irán a sus aliados por tierra, mar y aire.
Por otro lado, los esfuerzos para bloquear el apoyo financiero de Irán a sus representantes deberían centrarse en la dependencia de Teherán de transferir fondos fuera del sistema financiero formal. A pesar de sanciones y restricciones impuestas al régimen iraní, una gran cantidad de dinero todavía sigue llegando a los grupos terroristas de Oriente Medio, desestabilizando la región. “Es necesario un esfuerzo concertado y coordinado dirigido a estas transferencias de dinero", añaden.

Un Gobierno palestino fuerte y moderado, clave para frustrar los planes de Irán
La segunda vía debe centrarse en impedir que Gaza siga el camino del Líbano y Siria, donde los vacíos de poder permitieron a Irán ganar influencia. En este sentido, el mayor obstáculo que tendría Irán para el resurgimiento de Hamás será el establecimiento de una fuerza de seguridad palestina legítima en Cisjordania y Gaza a la que los Estados árabes y Occidente puedan dirigir ayuda y apoyo.
Aunque esto también demuestra un dilema clave para Jerusalén, ya que, a medida que los militares se retiran de Gaza, Israel sigue mostrando recelos a apoyar la creación de cualquier autoridad palestina en la franja. Sin embargo, cuanto más espere para hacerlo, más espacio le dará a Irán para llenar el vacío resultante con un Hamás reconstruido o con grupos completamente nuevos e igual de dañinos bajo la dirección de Teherán.
Desde la élite de Hamas han advertido que repetirán los ataques del 7 de octubre “una y otra vez”. Si Israel y Occidente no hacen nada al respecto y no toman medidas claras, Irán lo aprovechará y se asegurará de que sea capaz de hacerlo.