Frente a la triple apuesta de la liberalización, de la inserción más ventajosa para su crecimiento en las cadenas de valores internacionales y del desarrollo humano sostenible, el país norteafricano prevé tres escenarios del futuro del sector agrícola de aquí a 2030

Estos son los tres escenarios agrícolas en Marruecos para 2030

PHOTO/AP - Mujer en un mercado marroquí
Mujer en un mercado marroquí - PHOTO/AP

La agricultura, para la política marroquí, no sólo representa una fuente de producción competitiva de bienes de mercado, de empleo, sino que es un modo de gestión de los recursos naturales y un factor de dinamización de la ordenación del territorio y del desarrollo rural, que se adapta a las especificidades del país, a sus fragilidades y a sus ventajas.

  1. Sinergia y sostenibilidad del sector de la agricultura  
  2. Los tres panoramas de agricultura en el Marruecos de 2030 
  3. El primer escenario: apertura experimentada  
  4. El segundo escenario: apertura acelerada   
  5. El tercer escenario: apertura controlada 

Marruecos, como otros países del mundo, vive en un contexto marcado por la apertura, las potencialidades del aparato de producción nacional y el peso de la pobreza rural. Lo cual empuja el país a esforzarse para calibrar las fuertes presiones, en particular las climáticas, que afectan directamente el sector de la agricultura.

Sinergia y sostenibilidad del sector de la agricultura  

Con una población activa agrícola que constituye el 46% de la fuerza laboral, Marruecos se ha comprometido a implementar una política de apertura que aspira lograr la triple apuesta de la liberalización, de la inserción fructífera para el crecimiento en las cadenas de valores internacionales y del desarrollo humano sostenible.

En este sentido, Marruecos dispone de bazas para el desarrollo de una nueva ruralidad, es decir, de una economía agrícola y rural plural distinguida por la sostenibilidad con la ayuda de las nuevas relaciones de sinergia establecidas entre la ciudad y el mundo campesino y entre la agricultura, la agroalimentación y otros sectores de actividad.  

Los tres panoramas de agricultura en el Marruecos de 2030 

Tomando en consideración sus ventajas y desafíos, el país norteafricano establece tres escenarios para aprovechar su potencial agrícola y enfrentar las amenazas de la sequía; a saber: el escenario de apertura experimentada, el escenario de apertura acelerada y el escenario de apertura controlada.

PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ - Mercado en Casablanca, Marruecos
Mercado en Casablanca, Marruecos (PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ)

El primer escenario: apertura experimentada  

El escenario tendencial de apertura experimentada supone que la apertura se haga según los ritmos previstos por los acuerdos ya firmados de libre comercio y los progresos de la negociación internacional, y que las políticas sigan siendo sobre todo reactivas. 

Políticas reactivas frente a presiones externas e internas  

Habida cuenta de las presiones externas como la globalización, la liberalización y los cambios climáticas; e internas como el crecimiento demográfico, las distorsiones no se corrigen, las instituciones cambian poco, la modernización agrícola sigue siendo parcial y la sostenibilidad sigue estando poco integrada.

Mohamed Sadiki (PHOTO/GUILLERMO LÓPEZ)
Mohamed Sadiki, ministro de Agricultura y Pesca (PHOTO/GUILLERMO LÓPEZ)

La crisis del agua: déficit pluvial y sequía  

El aumento del déficit pluvial y de las sequías hace, en efecto, que las políticas de desarrollo rural y de ordenación del territorio sean insuficientes para promover el mundo rural y diversificar su economía.  

La escasez de agua y del crecimiento de las demandas teniendo un nivel de las capas freáticas en continuo descenso, llevaría a una verdadera crisis del agua. Así, se reducirán considerablemente los suministros de agua en los perímetros irrigados de manera más fuerte que el 2% anual actual.

PHOTO/ARCHIVO - Las autoridades marroquíes han endurecido las medidas para frenar el desabastecimiento de agua
Las autoridades marroquíes han endurecido las medidas para frenar el desabastecimiento de agua (PHOTO/ARCHIVO)

La falta de preparación para la apertura, el ciclo de varios años de sequía, la acentuación de la pobreza y la degradación de los recursos y medios naturales son factores que podrían agravar la situación de la agricultura y el mundo rural provocando una crisis profunda y larga para el sector. 

Degradación ambiental y éxodo rural: consecuencias 

La regresión del sector agrícola es una de las posibles consecuencias de este escenario, que ya no ofrece a los agricultores una motivación económica suficiente y condena a la mayoría de ellos a una mayor pobreza. Ello se debe también a la desaparición de numerosas explotaciones que no podrán hacer frente a la globalización. 

PHOTO/REUTERS -  Tres mujeres caminan con su burro llevando recipientes de plástico con agua a sus casas a las afueras de Azrou, en Marruecos
Tres mujeres caminan con su burro llevando recipientes de plástico con agua a sus casas a las afueras de Azrou, en Marruecos (PHOTO/REUTERS)

Otra probabilidad, consecuencia de la crisis del agua, es la degradación ambiental, que podría empeorar más. La desertificación, a modo de ejemplo, se acentuaría con una aceleración de la velocidad de sedimentación de las presas. Por otro lado, el aumento de las sequías y la vulnerabilidad al riesgo harían que la volatilidad del crecimiento agrícola aumentara aún más.

El uso del agua seguiría siendo ineficiente y los mecanismos de salvaguardia que han funcionado en el pasado ya no podrán funcionar de la misma manera. Una mayor degradación del medio ambiente y una recuperación masiva del éxodo rural, con sus probables efectos de inestabilidad urbana y política complicarán más la situación. 

El segundo escenario: apertura acelerada   

El segundo escenario sería de un enfoque ultraliberal con red social. El objetivo es la búsqueda de la eficiencia económica mediante la liberalización del mercado, ya que se supone que el crecimiento económico puede remediar, en una segunda fase, los daños sociales y medioambientales ocasionados en un primer momento.

Protección social ante la liberalización del mercado  

El escenario de apertura acelerada prevé aplicar políticas ultraliberales, corregidas en parte por redes de protección social para amortiguar el impacto sufrido por los perdedores de la liberalización. Respondiendo a las presiones del mercado, Marruecos decidió tomara las medidas necesarias y aplicar las reformas que favorecen la desaparición de los sectores no rentables y sustituirlos por otros más rentables.

REUTERS/SUSANA VERA - La gente asiste a la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tras el mortal terremoto del último mes, en Marrakech, Marruecos, el 13 de octubre de 2023
La gente asiste a la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tras el mortal terremoto del último mes, en Marrakech, Marruecos, el 13 de octubre de 2023 (REUTERS/SUSANA VERA)

Factor Estado, actores económicos nacionales e internacionales 

Las posibles consecuencias de este escenario no parecen ser las más deseables para Marruecos. La retirada del Estado dejaría a los actores económicos y la competencia internacional dominar las decisiones relativas a la agricultura.  

De este modo, favorecería la formación de una agricultura muy capitalizada que debería ganar en productividad. Esta evolución podría ir acompañada de una concentración muy elevada de la tierra, con todos los resultados negativos que ésta tendría sobre el empleo.

Younes Sekkouri, ministro de Inclusión Económica, Pequeñas Empresas, Empleo y Capacitaciones de Marruecos (PHOTO/TWITTER/@younessekkouri)
Younes Sekkouri, ministro de Inclusión Económica, Pequeñas Empresas, Empleo y Capacitaciones de Marruecos (PHOTO/TWITTER/@younessekkouri)

El beneficio económico global de la liberalización para la economía de Marruecos, en el supuesto de una liberalización total de la zona euromediterránea, sólo sería del orden del 0,5% del PIB. 

La liberalización acelerada daría lugar a una fuerte concentración geográfica de la producción en las zonas más favorables y dejaría de lado las zonas menos favorables.  

Urbanización, reducción de población rural 

La fuerte recuperación del éxodo rural obligaría a replantearse totalmente las hipótesis de crecimiento urbano. La alternativa podría ser frenar la población de las zonas rurales, pero esa política social tendría el efecto negativo de desviar los recursos públicos de sus empleos productivos y aumentar los riesgos de inestabilidad.

Ayour Achtouk - Casablanca Finance City (CFC)
Ayour Achtouk - Casablanca Finance City (CFC)

La fuerte urbanización y la evolución de los modos de vida provocarían para 2030 una pérdida de más de 300.000 hectáreas de tierras agrícolas, cedidas al hábitat y a las infraestructuras. Como en el escenario anterior, se produciría una profunda crisis del agua.

Pese a la reducción de la población agrícola que podría ser masiva, el éxodo rural reduciría la presión sobre las tierras marginales y, por consiguiente, reduciría en cierta medida la desertificación. 

El tercer escenario: apertura controlada 

El tercer escenario, el de una apertura controlad, corresponde a un desarrollo armonioso de las tendencias que podrían establecerse de forma duradera con el “escenario de emergencia” cuyo trabajo en 2015 ha demostrado que es el más deseable para el país.

Nizar Baraka, ministro de Equipamiento y Agua de Marruecos (PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ)
Nizar Baraka, ministro de Equipamiento y Agua de Marruecos (PHOTO/ATALAYAR/GUILLERMO LÓPEZ)

Nuevo pacto agrícola y rural 

Este escenario se basa en un nuevo pacto agrícola y rural. Tiene en cuenta la apertura y la liberalización, gestionando su progresividad mediante una transición progresiva pero determinada hacia una economía rural diversificada y una agricultura plural, competitiva y sostenible.  

Sus principios fundamentales son la recalificación de los recursos humanos, la promoción del desarrollo, el equipamiento social del mundo rural y el reconocimiento de la dimensión multifuncional de la agricultura y del potencial rural.

Agricultores marroquíes cosechan uvas en el viñedo "Val d'Argan" en el pueblo de Ounara, en la región occidental de Essaouira (AFP/FADEL SENNA)
Agricultores marroquíes cosechan uvas en el viñedo "Val d'Argan" en el pueblo de Ounara, en la región occidental de Essaouira (AFP/FADEL SENNA)

Adaptabilidad y modernización del sector agrícola  

El tercer escenario apuesta por una gestión proactiva de los recursos naturales basada en la cohesión entre desarrollo y medio ambiente. De igual manera, aboga por la progresividad y la adaptabilidad, la movilización y la responsabilización de todos los actores; sin perder de vista la diversificación de las actividades económicas y de las estrategias y políticas agrícolas.

La apertura controlada se fundamenta también en la modernización agrícola mediante las reformas estructurales susceptibles de aportar respuestas adaptadas a cada sector; tal y como se ha dejado claro con el escenario nacional de emergencia que busca resolver problemas de tierra, crédito e integración de los jóvenes en el sector agrícola.

Este escenario reconoce plenamente la multifuncionalidad de la agricultura y sus diversas dimensiones, económica, social y medioambiental. Del mismo modo, reconoce la necesidad de una agricultura plural, basada en la coexistencia de una agricultura moderna eficiente y competitiva y de una agricultura familiar tradicional revitalizada.

Agricultores nigerianos acuden al campo marroquí para trabajar (PHOTO/ARCHIVO)
Agricultores nigerianos acuden al campo marroquí para trabajar (PHOTO/ARCHIVO)

Territorialización de la agricultura 

Paralelamente, el tercer escenario opta por la territorialización de la agricultura que adaptaría las políticas a la diversidad de las regiones de Marruecos. De esta forma, se fomentaría una agricultura capitalizada, integrando una responsabilidad social y medioambiental, en las zonas favorables.

Por el contrario, en las montañas y los oasis se promovería una agricultura de terruños, de alto valor añadido. En las zonas más difíciles, se tendría en cuenta una agricultura de “gestión territorial subvencionada” para apoyar una agricultura social pluriactiva.

PHOTO/ARCHIVO - Planta de tratamiento de agua
Planta de tratamiento de agua (PHOTO/ARCHIVO)

Por último, las agriculturas inadaptadas a estas zonas, y sin futuro debido al cambio climático y a los riesgos de desertificación, serían reconvertidas en pastizales o bosques mediante mecanismos de negociación, presión jurídica y compensación.

Otro avance importante en el escenario exigente de apertura controlada es la valorización del agua. El paso a una gestión eficaz y eficiente de la demanda de agua permitiría aumentar de manera muy significativa, quizás en un 80%, el valor añadido creado por la importante cantidad de agua movilizada. Este progreso es posible, pero requiere medidas muy fuertes y bien coordinadas.

PHOTO/AFP - Presa de Al-Massira en el pueblo de Ouled Essi Masseoud, su embalse abastece de agua potable a varias ciudades
Presa de Al-Massira en el pueblo de Ouled Essi Masseoud, su embalse abastece de agua potable a varias ciudades (PHOTO/AFP)

El escenario invita a una cierta evolución del modelo de crecimiento actual del país y pide un nuevo posicionamiento del papel del Estado y una mejor desconcentración y convergencia de acción. Supone la liberalización progresiva, a través de estrategias colectivas entre agentes y sistemas institucionales para sostener el crecimiento, garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales y mantener la cohesión.

De los tres escenarios vale el tercero 

En definitiva, de los tres escenarios estudiados, solo el tercero permitiría responder a los múltiples desafíos planteados a Marruecos, mientras que los otros dos presentan riesgos importantes de estancamiento y agravamiento de los problemas de pobreza rural, cambio climático y apertura.

En cambio, con la tercera hipótesis se podrían lograr importantes avances estructurales, lo que no sería posible con las otras dos. Es cierto que la población agrícola se reduciría considerablemente, pero, a largo plazo y mucho menos que con los otros dos escenarios. 

Gracias a la pequeña urbanización rural, que se realizaría en consonancia con el tercer escenario y que tendría efectos demográficos y económicos, se limitarían notablemente los excesos de la urbanización de las ciudades costeras.