Analistas destacan las similitudes de las tácticas militares usadas por Rusia en Siria y en Ucrania
La guerra en Ucrania está teniendo un impacto global. Desde la invasión rusa los precios de la energía se han incrementado mientras aumentan también los temores por una crisis mundial de alimentos como cereales, semillas, harinas o aceites de girasol. Ucrania, considerado el granero de Europa, tiene también un peso importante en las economías de ciertos países de África y de Oriente Medio, lugares a los que Kiev exporta el 40% del trigo y maíz que produce. No obstante, hay naciones que superan ese porcentaje de importaciones de grano, como Egipto y Turquía, que sobrepasan el 70%, de acuerdo con cifras de The New York Times.
Sin embargo, los acontecimientos en Ucrania están afectando al tablero de Oriente Medio y del Norte de África más allá del plano económico. En este sentido, Siria es uno de los países de la región que más está siguiendo el desarrollo de la guerra por los posibles efectos que pueda tener en su territorio y en su propio conflicto, iniciado en 2011.

El presidente Vladimir Putin no solo es el principal aliado del líder sirio, Bachar al Asad, sino que Moscú representa también el mayor apoyo militar y económico para el régimen de Damasco, sujeto a sanciones económicas internacionales. Por ello, desde Siria se mira con atención el desarrollo de la guerra en Ucrania y las acciones militares de Rusia.
El Ejército ruso intervino en la guerra civil siria en septiembre de 2015 al lado de Al Asad, un suceso que marcó un punto de inflexión en el conflicto. La participación de Moscú en la contienda supuso también un balón de oxígeno para las fuerzas sirias, que en ese momento sufrían un serio desgaste tras cuatro años de combates con las facciones rebeldes. Asimismo, por aquel entonces, la sombra del Daesh se expandía por el país. Tan solo unos meses antes de la llegada de las tropas rusas a Siria, el grupo terrorista controlaba el 50% del territorio nacional.

Además de respaldar a las fuerzas sirias durante la guerra y mostrarse como un aliado fuerte y fiable, el Kremlin también buscaba proteger el puerto de Tartus, la única base naval rusa fuera de la antigua Unión Soviética con salida al mar Mediterráneo.
7 años después, Moscú y Damasco todavía mantienen una fuerte cooperación militar. De hecho, durante el mes de febrero, en medio de las tensiones entre Moscú y la OTAN y poco antes de la invasión a Ucrania, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, visitó Siria y al presidente Al Asad para supervisar ejercicios navales en el Mediterráneo.

Durante las maniobras, de acuerdo con la agencia de noticias rusa Interfax, Rusia envió aviones de combate MiG-31K con misiles Kinzhal hipersónicos, usados recientemente en Ucrania, y bombarderos estratégicos Tupolev Tu-22M de largo alcance a su base aérea Hmeimim.
La buena sintonía entre ambos países se demostró una vez más cuando Putin reconoció la independencia de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk. Poco después, Siria se convirtió en el segundo país en respaldar la independencia de las dos regiones ucranianas.

A través de un comunicado, Damasco expresó su deseo de reforzar sus relaciones con Donetsk y Lugansk. Asimismo, en la nota culpó “a los países occidentales”, encabezados por Estados Unidos, de la crisis ucraniana. Posteriormente, Siria también respaldó la “operación especial” anunciada por Putin la madrugada del 24 de febrero.
#Ukraine | ????? Continúa la presencia de convoyes rusos en Jerson pic.twitter.com/OR08ZQIFFv
— Atalayar (@Atalayar_) March 16, 2022
Damasco respalda a Rusia debido a su fuerte dependencia al Kremlin, pero también porque es consciente que la guerra en Ucrania puede alterar el desarrollo del conflicto sirio. Según explica The Soufan Center, si la invasión rusa de Ucrania se convierte en una campaña de contrainsurgencia a largo plazo es posible que Putin se vea obligado a redistribuir los activos militares rusos de Siria a Ucrania.

El think-tank con base en Nueva York recuerda que el Ejército sirio “no es suficiente para evitar que la oposición avance en territorio controlado por el régimen si el poderío aéreo ruso es retirado del campo de batalla”. En caso de que esto ocurra, Irán podría ser el principal beneficiado, ya que aumentaría su influencia sobre Damasco.

Asimismo, también cabe destacar la amenaza del Daesh. Las células del grupo yihadista, a pesar de su derrota en 2019, no han desaparecido, y así lo han demostrado con sus últimos movimientos, como el ataque contra la cárcel de Gweran en enero.
Por este motivo, los yihadistas en Siria también están pendientes de los avances de la guerra en Ucrania. Tal y como señala Hisham al-Najjar en Al-Arab, “los yihadistas que controlan el noroeste de Siria y la provincia de Idlib esperan que la guerra en Ucrania suponga una gran y contundente pérdida para Rusia, que es el jugador más poderoso e influyente en Siria”.

Según informa el periódico, miembros de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), grupo islamista cercano a Al Qaeda que controla la provincia de Idlib, expresaron via Telegram su deseo de que el Gobierno ruso colapsase y surgiese uno diferente con un nuevo enfoque sobre Siria. En este sentido, el HTS también calificó a los chechenos que luchan con Rusia en Ucrania de “apóstatas”. El presidente Ramzan Kadyrov ha desplegado más de 10.000 combatientes en Ucrania.
#Grozny is preparing to transport Kadyrov's thugs to Ukraine
— NEXTA (@nexta_tv) February 25, 2022
However, real Chechens are expressing their support for #Ukraine. pic.twitter.com/umdYQqVh4X
Combatiendo con el Ejército ruso, al que denominan “enemigo” y acusan de mostrarse abiertamente en contra del islam, el grupo yihadista asegura que los chechenos se han apartado de la religión, “incluso si afirman ser musulmanes que ayunan y realizan las cinco oraciones”. “Luchar con las tropas rusas es blasfemia y apostasía, y mucho menos participar en una guerra destructiva contra Ucrania”, declara el HTS, según recoge el sitio web Al-Monitor.

Dejando de lado el Gobierno y las milicias yihadistas, la sociedad siria también se ha pronunciado ante el conflicto en Ucrania. Por un lado, los detractores del régimen sirio se han posicionado contra la invasión rusa y así lo han demostrado, por ejemplo, el pasado 15 de marzo, 11 años después del comienzo de la guerra civil.
#Syria- 11 years since Syrians peacefully demanded freedom, political reform & respect for their rights.
— Mete Sohtaoğlu (@metesohtaoglu) March 15, 2022
This conflict, revolution is not frozen & conditions are getting worse.
Massive demonstrations in #Syria's opposition held areas on the 11th anniversary.
? @anasanas84 pic.twitter.com/P5sQEbwhjW
En las marchas en Idlib que conmemoraban el undécimo aniversario del levantamiento antigubernamental los acontecimientos en Ucrania tuvieron un gran protagonismo. “Lo que está sucediendo en Ucrania hoy es similar a la situación aquí; el enemigo es el mismo y el objetivo es el mismo”, declaró a AFP uno de los más de 5.000 manifestantes que se congregaron en la plaza principal del último bastión rebelde.

Además de banderas de la oposición sira, los ciudadanos de Idlib portaron pancartas en apoyo a Ucrania y contra Putin. “Fortificad vuestros hospitales con bloques de cemento; el enemigo Putin no distingue entre civiles, heridos y combatientes”, aconsejó un médico sirio que también sufrió bombardeos rusos.

La fuerte resistencia ucraniana también causa admiración por parte de los combatientes sirios que luchan contra Rusia. “Los ucranianos luchan como bestias y esperamos que ganen. Estamos luchando contra el mismo enemigo, y si los rusos pierden allí, es bueno para nosotros aquí”, declara un exenfermero a The Independent. El periodista del periódico británico, Borzou Daragahi señala que, tanto como en Siria y en Ucrania, Rusia desacredita a sus oponentes públicamente como extremistas: “terroristas yihadistas en el caso de Siria, y nazis en el caso de Ucrania”.

Los sirios, contemplando imágenes de la guerra en Ucrania, reviven el horror de los ataques rusos. “Si quieren vivir, huyan”, aconseja un ciudadano que tuvo que abandonar su casa por los ataques aéreos de Putin. “Es terrible ver lo despiadada que es Rusia también en Ucrania. Vladimir Putin hace lo que quiere, nunca nadie le ha puesto límites. Los sirios sabemos de lo que hablamos”, indica otra ciudadana que dirige un centro de mujeres en Idlib al medio DW.
De hecho, muchos analistas y medios de comunicación destacan las similitudes entre las tácticas usadas por Rusia en Siria y en Ucrania. “Siria fue la escuela de guerra de Rusia para luego invadir a Ucrania”, afirma Jennifer Cafarella, jefa de gabinete del Instituto para el Estudio de la Guerra y miembro del Instituto de Seguridad Nacional de Estados Unidos a BBC.
Syrian artists in Idlib region (Syria) made a mural in support of Ukraine on a wall destroyed by Russian bombs or SAA artillery shelling. pic.twitter.com/84j5cpjUHQ
— MrRevinsky (@Kyruer) February 24, 2022
Cafarella subraya el uso de ataques aéreos contras áreas civiles “en un intento de aterrorizar a la población, ya sea para someterla o para que huya” en ambos países. La analista también comenta las concesiones humanitarias por parte de Rusia, como los corredores humanitarios, aunque después esos acuerdos sean violados y se usen para ganar tiempo y “prepararse para un nuevo impulso militar”.

No obstante, existe también una parte de la población que respalda la operación militar rusa. Combatientes sirios han expresado su voluntad de trasladarse a Ucrania para combatir con las tropas rusas. En este sentido, según informa el diario Al Quds Al Arabi, Siria y Rusia han abierto centros de reclutamiento en la ciudad de As-Suwayda con el objetivo de enviar militares a Ucrania.
Syria - Russia
— On the Ground News (@OGNreports) March 11, 2022
A TV channel run by the Russian Defense Ministry shared footage of Syrian mercenaries ready to fight in Ukraine. pic.twitter.com/nM2vLqoKSY
Paralelamente, las fuerzas rusas en el país han comenzado a organizar listas de nombres en las localidades de Yalda, Babila y Beit Sahem, al sur de Damasco, para quienes desean luchar junto al Ejército ruso. De acuerdo con cifras del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (SOHR), más de 40.000 combatientes sirios se han registrado para participar en la guerra de Ucrania.

Por otra parte, cientos de ciudadanos han salido a las calles para mostrar su apoyo a Rusia, como ha ocurrido en ciudades como Tartus, Lakatia o Hasaka, donde universitarios y profesores manifestaron su respaldo a Moscú. También se han organizado mítines alabando la invasión rusa en Damasco, Deir ez-Zor, Alepo y Homs.
Pro-Russia Demonstrations at Syrian Universities: We Stand in Solidarity with Russia Against Terrorism and NATO #Russia #Syria #Ukraine #UkraineRussiaWar pic.twitter.com/CNpY067aiB
— MEMRI (@MEMRIReports) March 22, 2022
Además de defender las acciones militares rusas en Ucrania, los ciudadanos que se manifestaron rechazaron “las políticas de Estados Unidos y Occidente destinadas a socavar su seguridad y estabilidad”, según informó la agencia estatal siria SANA. “Los participantes levantaron pancartas que confirmaban el apoyo del pueblo sirio a Rusia para restablecer el equilibrio en el mundo después de la arrogancia occidental y monopolar”, añadió.

Otro aspecto que se ha destacado en múltiples ocasiones a raíz de la guerra en Ucrania es el doble rasero por parte de Occidente en varias cuestiones, como la atención hacia conflicto o la gestión de los refugiados. En este sentido, Marwan Muasher, vicepresidente del centro Carnegie Endowment se pregunta si en caso de que los rusos lancen un ataque químico contra Ucrania la comunidad internacional se mantendrá en silencio como cuando ocurrió en Siria.
“Lo dudo”, remarca a EFE, aludiendo a este doble rasero de Occidente. Los paralelismos entre las acciones desarrolladas por Moscú en Siria y en Ucrania ha hecho saltar las alarmas sobre el uso de armas químicas por parte de Rusia contra la población ucraniana al igual que hizo en Siria.

Muasher también ha denunciado durante un evento virtual sobre los niños sirios que la guerra en Ucrania ha “desinflado” aún más la “atención” que recibe la crisis siria, según recoge la agencia de noticias española. Igualmente, ha recordado que la mitad de la población siria todavía es refugiada o desplazada interna.
La guerra en Ucrania, como se indicó previamente, amenaza con una crisis alimentaria. En Siria, en concreto, este desafío afecta “muy fuertemente” a los niños sirios, pues la inflación alimentaria impacta en sus niveles de malnutrición y pobreza, explica el subdirector del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Oriente Medio, Bertrand Bainvel, según EFE.

Por este motivo, Bainvel advierte que la subida de precios aumenta las posibilidades de que los padres opten por "mecanismos negativos para lidiar" como el trabajo o el matrimonio infantiles.
Siria acaba de entrar en su undécimo año en guerra. De acuerdo con cifras de SOHR, al menos medio millón de personas han sido asesinadas, entre ellos 160.00 civiles, incluidos más de 25.000 menores. Los niños, además, enfrentan fuertes traumas psicológicos. Según UNICEF, durante 2021 un tercio de los niños en Siria mostró signos de angustia psicológica, como ansiedad, tristeza, fatiga o problemas frecuentes para dormir.
Half of # Syria's children have grown up knowing nothing but conflict and displacement. The situation has devastated the lives of young people like Samir.
— Save the Children US (@SavetheChildren) March 29, 2022
Follow as Samir walks through what it's like living in a displacement camp in #Idlib. pic.twitter.com/pnU4vWrbLK
“Cerca de cinco millones de niños han nacido en Siria desde 2011. No han conocido nada más que la guerra y el conflicto”, recalca el representante de la agencia de Naciones Unidas en Siria, Viktor Nylund.