El gobierno talibán de Afganistán siguen imponiendo nuevas medidas y leyes en discriminación contra las mujeres del país. El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, que ha sustituido al Ministerio de la Mujer que había antes de la llegada al poder de los talibanes, ha prohibido la reproducción de música en los vehículos mientras estos circulan, además de nuevas restricciones para el género femenino en la que ahora las mujeres no podrán viajar solas a ningún lugar y siempre tendrían que ir acompañadas de un familiar cercano, además de que dentro de los automóviles tendrán que llevar obligatoriamente la vestimenta adecuada según el gobierno.
La noticia se conoce tras las declaraciones del Ministro de Información de Pakistán, en la que denunció la situación de las mujeres de su vecino tras unas declaraciones en una cadena de televisión paquistaní. “Las mujeres no tienen permiso para viajar solas en Afganistán y tampoco pueden ir a la escuela” afirmó el ministro. Además, ha indicado que existen problemas de extremismo en Afganistán que suponen una amenaza para la población de la nación.

Por su parte, las mujeres afganas, hartas de la gran discriminación que sufren, no se han quedado calladas y han salido a las calles de la capital para reivindicar sus derechos como personas. Decenas de ellas han participado en una marcha pacífica por las calles de Kabul en contra de las medidas aprobadas por los talibanes, bajo el eslogan y el grito de ‘Libertad, trabajo y comida’ según varios vídeos que han estado circulando por las redes sociales. Según la agencia de noticias rusa, Sputnik, que ha tenido contacto con algunas de las manifestantes, una de ellas afirma que los talibanes habrían abierto el fuego para disolver la manifestación, pero todavía no se sabe si hay víctimas o detenidas.
Los talibanes siguen imponiendo leyes discriminatorias contra la mujer en el país desde su llegada al poder. Hace una semana se inició una campaña en la que se retiraban las imágenes de mujeres en carteles y anuncios de las ciudades de la nación, argumentado que estas fotografías hacen entrar en conflicto a los hombres con la ‘sharia” -un derecho y código de conducta expresado en el Corán”-. Pero las restricciones no acaban aquí, y defendiéndose a través de los mismos argumentos, hace unos meses se prohibía emitir contenido televisivo donde aparezcan mujeres, además de obligar a las pocas periodistas que quedan en los medios a utilizar el burka durante las emisiones de los noticiarios. También se prohibía la emisión de programas extranjeros debido a que las mujeres no utilizaban ropas adecuadas y enseñaban partes de su cuerpo.

La llegada de los talibanes al gobierno del país ha supuesto un grave problema para las mujeres del país, que han vuelto a perder los derechos que fueron recuperando lentamente tras el primer mandato de estos a finales de los años 90. Su futuro e integridad todavía está en duda y las leyes en contra de su libertad están en auge. Desde finales de agosto, las mujeres se han visto coaccionadas a la hora de ejercer sus derechos como personas. No pueden comprar, no pueden vender, no pueden trabajar en algunos sectores, no pueden salir de casa sin un miembro de su familia que sea hombre, normas de vestimenta que serán duramente reprendidas con castigos públicos si se incumplen, no pueden ser tratadas por médicos o enfermeros masculinos y un largo etcétera de restricciones. Además de eso, se le añade la sustitución de las ministras y directivas que formaban parte del gobierno y que han sido cambiadas por hombres. También cabe destacar que se les prohibió ir a la escuela o recibir enseñanza, algo que los talibanes dicen que se retomarán después del invierno.

A pesar de ellos, el viceprimer ministro, Adulsalam Hanafi ha resaltado en varias ocasiones que el nuevo gobierno es inclusivo y que intenta incluir a todos los colectivos en todas las decisiones, pero la huida de miles de civiles y las noticias que se están conociendo durante estos primeros meses de mandato indican lo contrario. Las mujeres están volviendo a vivir una situación precaria desde el último mandato militar y se están encontrando de nuevo con las situaciones que se vivieron en los años 90, en la que se incumplían los derechos humanos.