Más de dos ataques al día contra los héroes de la bata blanca

Susana Campo / lainformación.es

Todos los días los médicos, enfermeros, conductores de ambulancia, y socorrista son objeto de ataques mientras tratan de salvar vidas en conflictos armados. Sufren amenazas, arrestos, golpes...Algunos de ellos no pueden trabajar porque es imposible conseguir utensilios para operar y tratar a los enfermos, otros porque su hospital ha sido saqueado o bombardeado, otros se ven obligados a huir en búsqueda de seguridad. Su ausencia es un desafío porque las personas enfermas necesitan tratamiento y porque en muchas ocasiones, es cuestión de vida o muerte.

Con ocasión del día internacional de la Salud, la Cruz Roja Española presentó el informe Asistencia de Salud en Peligro ¡Nos más violencia contra la asistencia de salud!, que presenta una radiografía sobre la actividad sanitaria en países en conflicto. “Entre enero de 2012 y diciembre de 2014, en solo once países se produjeron casi 2400 ataques contra el personal de salud, las instalaciones y los transportes, lo que supone más de 2 incidentes por día. En más del 90 por ciento de estos casos, los médicos locales se vieron afectados, lo que representa una seria amenaza para la eficacia y la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud”, explica la doctora Irene Raciti, miembro del Comité Internacional de la Cruz Roja”.

La violencia contra la asistencia de salud es uno de los mayores problemas humanitarios de hoy en términos de personas afectadas. Un solo acto de violencia que daña un hospital o mata a los trabajadores de salud tiene un efecto en cadena privando a muchos pacientes del tratamiento que iban a recibir. Las consecuencias de estos ataques son dramáticas para las comunidades que se quedan sin acceso a la asistencia de salud.

La salud en Siria y Yemen, víctimas de los conflictos 

En Siria, según la OMS, casi el 60 por ciento de los centros de salud no están funcionando porque fueron cerrados, dañados o destruidos. Al mismo tiempo alrededor de 25.000 personas resultaron heridas cada mes en 2015. Lo que todavía es más preocupante es que se interrumpen los programas de inmunización infantil lo que supone la aparición de enfermedades que ya se creían erradicadas, como la polio.

La situación en Yemen también es terrible. Tras un año del inicio de las hostilidades, cerca de 600 centros de salud, es decir el 25 por ciento de las estructuras del país han cerrado por falta de personal, medicamentos o porque están dañados. Un total de 220 de estas estructuras ofrecían atención contra la desnutrición, un tratamiento que la guerra ha interrumpido con sus devastadoras consecuencias para la población civil.

Estos ataques están prohibidos por el derecho internacional 

En el derecho internacional humanitario, están categóricamente prohibidos los ataques contra las instalaciones y el personal de salud, así como contra los vehículos sanitarios, que estén cumpliendo tareas estrictamente médicas. Las instalaciones de salud deben ser preservadas de los efectos de los conflictos, lo que significa que no se debe interferir por la fuerza en su funcionamiento, por ejemplo, privándoles del suministro de agua y electricidad o menos aún bombardearlos. No es una táctica nueva, es tan antigua como los conflictos.

Manuela Cabrero Morán, vicepresidenta de la Cruz Roja recuerda que "un ataque a un hospital, a un equipo médico interrumpe los servicios de salud cuando son más necesarios" al tiempo que señala que estos tipos de ataques se han incrementado en el último año.  "Se bombardean hospitales, se tirotean pacientes y se impide el paso de ambulancias con una creciente y preocupante impunidad", concluye. 

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