El Mediterráneo se traga una media de ocho vidas diarias

El drama no cesa, la desesperación no acaba y cada año miles de personas se lanzan al mar en busca de una vida nueva que -lamentablemente en demasiadas ocasiones- acaban perdiendo en la travesía.
2023 se ha convertido en el año más mortífero en el Mediterráneo central de los últimos cinco años, con al menos de 2.480 migrantes muertos o desaparecidos en la que es considerada -según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)- la ruta migratoria más peligrosa del mundo. Recordemos que desde que la OIM activó el sistema de seguimiento allá por 2014, el año con más muertos y desaparecidos fue 2016, con 5.136 víctimas, seguido de 2015 con 4.055.
Fijándonos en las cifras es un drama realmente conmovedor, pero lo es más cuando nos paramos a pensar en las personas que hay detrás de los números: no son cifras, son vidas humanas tristemente perdidas en el inmenso azul del mar.

MSF acusa a los países mediterráneos de prácticas fronterizas violentas e inacción deliberada
Ante esta situación desesperada, Médicos Sin Fronteras denuncia que la inacción y la pasividad de los estados europeos está provocando más muertes en el Mediterráneo central y agravando una situación que ya es desesperada. Lamentan desde la ONG que países como Malta e Italia retrasen los rescates, asignen puertos lejanos para desembarcar o favorezcan las devoluciones a lugares inseguros, poniendo en peligro la vida de miles de personas cada año.
Denuncia en su informe MSF que la práctica reincidente de asignar a los buques de rescate puertos lejanos obligó ha obligado en este tiempo al Geo Barents a recorrer 28.000 kilómetros más, o lo que es lo mismo, unos 70 días de navegación extra). Las organizaciones humanitarias señalan directamente además al Gobierno italiano de Giorgia Meloni que en los primeros nueve meses de 2023 bloqueó judicialmente hasta seis buques de rescate que -mientras estaban amarrados en el puerto- no pudieron salir al mar a salvar vidas.

El informe recoge miles de testimonios de náufragos
Para la ONG, la nueva normalidad de las políticas migratorias de la UE en el Mediterráneo podría acarrear letales consecuencias. Jana Ciernioch, coordinadora de Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras, acusa a los países mediterráneos de prácticas fronterizas violentas. “En lo que va de año, cada día han muerto unas ocho personas en el Mediterráneo central. Estamos hablando de 2.200 de hombres, mujeres y niños. Y esto tiene que parar ahora”. “¿Y qué pasa con los que sobrevivieron al peligroso cruce? En los barcos de rescate de Médicos Sin Fronteras, los sobrevivientes nos cuentan sobre la terrible violencia que han sufrido”, advierte la coordinadora de Asuntos Humanitarios de MSF. “¿Y cuál es la respuesta europea a eso? Los acuerdos con terceros países y los retornos forzosos a lugares inseguros. Pero también evitando directamente ayudar a las personas que lo necesitan”. Jana Ciernoich afea a Malta haberse convertido en un “país campeón en no rescatar personas”.
Médicos Sin Fronteras admite que algunos países europeos han visto cómo se ha duplicado la cifra de migrantes que tratan de cruzar a Europa, especialmente en la ruta migratoria que va desde Túnez e Italia. "Este aumento significativo de las salidas, unido a la falta de capacidades y recursos estatales de salvamento, ha traído como consecuencia un incremento de barcos en peligro y naufragios", reconocen desde la ONG.
El estudio está basado en los datos recogidos por la tripulación del buque de rescate Geo Barents que gestiona MSF. El informe “Nadie vino a rescatarnos” recoge cerca de 9.500 testimonios de náufragos desde que comenzaron sus operaciones de rescate en el mar en 2021: hombres, mujeres y niños que -a pesar de una peligrosa travesía y las enormes trabas que se encontraron en los países de destino- lograron sobrevivir. “En la pequeña embarcación en la que viajábamos cabían entre 10 y 15 personas, como mucho. Sin embargo, íbamos más de 40 a bordo. Las olas golpearon el barco y murieron al menos 16 personas, entre ellas mujeres y niños. Lo vi con mis propios ojos”, lamenta muy emocionado un joven camerunés (de 26 años) que pudo ser rescatado por Médicos Sin Fronteras en abril de este 2023.

“Estáis a 50 kilómetros de Italia. No hace falta que os ayudemos”
A bordo del Geo Barents, los tripulantes de MSF explican que han sido testigos de flagrantes violaciones de derechos humanos, en las que Italia y Malta no coordinaron los rescates ni garantizaron la asistencia a las personas en peligro de ahogamiento. O directamente no les salvaron. “Nos dijeron: 'Estáis a 50 km de Italia. No hace falta que os ayudemos. Seguid por vuestra cuenta'”. Según el testimonio de un eritreo rescatado en junio de este 2023, un barco maltés se les acercó y les ofreció agua, comida y combustible, pero no les rescató. “Las mujeres pedían ayuda a gritos. Les pedimos ayuda muchas veces, pero se negaron a todas nuestras peticiones”, asegura el náufrago que finalmente pudo llegar a puerto. Hoy, sano, salvo y con la memoria reciente, recuerda que algunos de sus compañeros no corrieron su misma suerte.

Quemaduras, cicatrices de heridas de bala, palizas o embarazos no deseados
Hablan de torturas y vejaciones de todo tipo, sin compasión y casi sin tregua. Los sanitarios a bordo del Geo Barents narran las duras circunstancias en las que se encuentran a los migrantes, rescate tras rescate. “Nos hemos encontrado con pacientes presentaban graves traumas relacionados con la violencia, como cicatrices de heridas de bala o palizas, embarazos no deseados causados por la violencia sexual y niveles preocupantes de angustia psicológica, como ansiedad y pesadillas", es una de las denuncias que más se repiten entre la tripulación y que ponen en el foco en Libia y Túnez como puertos de salida habituales en la ruta migratoria más peligrosa del mundo.