Es la libertad, compatriotas

PHOTO/Casa de S.M. el Rey - Vista general del hemiciclo durante la intervención de Su Majestad el Rey durante su intervención en la apertura de la XV Legislatura
PHOTO/Casa de S.M. el Rey - Vista general del hemiciclo durante la intervención de Su Majestad el Rey durante su intervención en la apertura de la XV Legislatura

El rey Felipe VI ha inaugurado la última Legislatura de la Democracia. La última. Cuarenta y seis años después de las primeras elecciones generales, la libertad y la igualdad están en peligro. El monarca citó nueve veces la palabra Constitución y dejó este mensaje cargado de futuro: “Tenemos la obligación de legar a los jóvenes una España sólida y unida.  Preservar la Unidad; éste el sagrado deber de la Corona”. 

El solemne acto de apertura ha transmitido una imagen de preocupación por los momentos convulsos que vivimos tras la deriva interna e internacional del nuevo Gobierno social-comunista y de sus compañeros de viaje. Don Felipe le recordó a la princesa Leonor que “la Carta Magna es el alma de nuestra democracia y el marco que permite convivir y prosperar en libertad”. 

El jefe del Estado pidió entendimiento, reconocimiento a las diferencias, respeto y superación de las divisiones. Y rogó a Sus Señorías “honrar el espíritu de la Ley de Leyes, respetarla y cumplirla”. Que así sea. 

Era el discurso real que correspondía a este momento crítico; muchos españoles esperaban un mensaje similar al del 3 de octubre de 2017, naturalmente. Los tiempos son distintos. Su semblante expresaba mejor que nada la difícil situación que atravesamos. La incertidumbre todo lo inunda. Largo aplauso al Rey. No lloraremos por los ausentes.  

La España plurinacional 

La sesión la abrió la presidenta del Congreso, Francina Armengol, vestida con atuendo que transmitía moaré y distorsionaba su imagen televisiva. Las diosas se han vengado con su elegancia. Su “look” hacía juego con su discurso desenfocado. Hubiera estado excelente en una agrupación valenciana del PSOE.  

Su sectarismo -Sánchez es su único dios- es mayor que su deber institucional. Un ejemplo: de las once mejores leyes aprobadas en democracia, diez fueron socialistas (González, Zapatero, Sánchez) y sólo una popular -la supresión del servicio militar obligatorio- de Aznar.  

Desde el mismo momento de su nombramiento sabíamos por su comportamiento político que para ella antes es ser socialista que demócrata. Los leones de palacio rugen, aunque no se extrañan al comprobar que el texto salió de la Factoría Moncloa.   

La España plurinacional y progresista siempre por delante. Avanzando. Propaganda de Ferraz. Le faltó envolverse en la bandera española.  Armengol estaba muy interesada en defender la legitimidad del Gobierno, la ley de amnistía, desviar los fantasmas de la crispación y el ruido. Eso sí, su palabra favorita fue ésta: diálogo. No habló del muro que levantó el presidente el día de su investidura.  

Señora presidenta: el pueblo español no votó la ley de amnistía el 23-Jl. Y otra precisión que usted olvida: el Parlamento no representa la soberanía popular; la soberanía nacional reside en el pueblo. Francina, ofició otra vez más como militante sanchista. Luego se quejó de que PP y VOX no la aplaudieran. Fácil, viendo su falta de neutralidad.  

Estamos ante la legislatura más abrupta de la Transición. Dure lo que dure será un martirio para los ciudadanos decentes. 

Feijóo sí pudo gobernar 

En realidad, la apertura del curso parlamentario comenzará el sábado próximo a 1.400 kilómetros del Congreso de los Diputados en Ginebra, donde el Gobierno pasará su primer examen parcial -habrá uno cada mes- verificado por unos “acompañantes” que cobran una millonada por perjudicar siempre a los gobiernos que se han rendido al chantaje.  

HD (la fundación Henry Dunant) fue la misma que medió en el paripé del abandono de las armas de ETA. Se sabe que las partes pagan los emolumentos proporcionalmente. Mejor en cash. La minuta es el secreto mejor guardado de la banca suiza. Lo llaman cláusula de confidencialidad.  

Si los interlocutores son oficialmente PSOE, Junts y ERC ¿pagarán las facturas los tres partidos, es decir, nosotros, o, por el contrario, será Moncloa, con fondos reservados, el que ponga el dinero generosamente para que, desde fuera de la UE, HD vigile por control remoto al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial?  

“Democracia es”, -como nos enseñó Adolfo Suárez- “saber a dónde va cada peseta del contribuyente”. Nos gustaría conocer el precio exacto de la traición.  

El “honorable” prófugo Puigdemont fue el tercer protagonista desde Bruselas. Amenazó a Pedro Sánchez con dejarlo caer si no se cumplen sus exigencias y traficó con sus 7 votos para que el PP presente una moción de censura, cuando proceda. Un delincuente. Por tanto, Alberto Núñez Feijóo pudo reinar si hubiera tragado con las condiciones del golpista catalán. “Yo no dejo que me haga presidente Puigdemont; Sánchez, sí”, manifestó el líder del PP en las escalinatas del Congreso.  

La “lawfare” es la cabeza del caballo de El Padrino, aseguro el exconvergente. O sea, pura mafia. El prófugo lo explicó así: “es una advertencia a jueces y políticos que hayan interrumpido el proceso de independencia. Vamos en serio”. Y tanto.  

A partir de hoy ya hay dos comisiones creadas exprofeso en el Congreso para ajustar cuentas por el “caso Pegasus” y otra para revisar los juicios del 1-O. De la primera no esperamos nada hasta que el propio presidente del Gobierno no explique qué información le sustrajeron de su teléfono personal. Israel tiene la última palabra. De la segunda, las conclusiones serán una amenaza directa a jueces y fiscales.  

Gobierno absolutista 

Cuando pensábamos que el presidente ya había dado lo peor de sí mismo, nos sorprende y va más allá. Reconvierte el gabinete sin reducir ni un ministerio. Poco aprendió de la ética y de la austeridad de UCD que deben guiar la función pública.  

Se ha cargado al más entusiasta de los que predicaban que nunca habría amnistía (Miquel Iceta) y ha nombrado ministro plenipotenciario al conde-duque de Bolaños que concentra los tres poderes del Estado en uno. Presidencia (Ejecutivo), Relaciones con las Cortes (Legislativo) y Justicia (Judicial), además de la fiscalía general, la Abogacía del Estado, el Tribunal de Cuentas, la Federación Española de Fútbol y al Letrado Mayor de la Cámara Baja del ilustre linaje de los Elola-Olaso.  

Con premeditación, nocturnidad y alevosía, el TC ya está en sus manos para la operación “desmantelamiento de la Transición del 78”.  

El cambio de una democracia europea a un régimen autoritario ha comenzado. Ahora, el objetivo más deseado para Bolaños es el CGPJ. Hace dos años Moncloa le cortó las alas de los nombramientos. Un déficit de más de 100 vacantes de magistrados para cubrir plazas en el TC, el Supremo, la Audiencia Nacional, las Audiencias Provinciales y los Tribunales Superiores de Justicia. Toda una podemización de la Justicia.  

Bolaños ha vuelto triunfal de su viaje a Bruselas. “Solo interesa allí la renovación del Consejo; la amnistía, cero, cero”, se vanaglorió.  Es una versión sesgada.  

Si el PP se rinde, este centenar de altos cargos de la Magistratura puestos a dedo en su inmensa mayoría dinamitarán el Poder Judicial hasta finales de siglo.  

Todos a una: ya tenemos la primera lección aprobada. El Tribunal Supremo desautoriza al fiscal general Álvaro García Ortiz por “desviación de poder” en el nombramiento ilegal de su amiguita del alma Dolores Delgado.  

El salmantino, ha sufrido un doble varapalo: en tres días. También ha sido rechazado por su falta de idoneidad profesional para el cargo. La respuesta inmediata del Ejecutivo es intimidatoria: “El fiscal general ha sido renovado hasta el año 2027 dada su inmaculada hoja de servicios”. 

El rechazo del TS al nombramiento gubernamental de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado, al no cumplir el requisito indispensable de ser una jurista de reconocido prestigio, la confirmará en su despacho de la calle Mayor 79 porque los informes no son vinculantes. 

Este es el nuevo PSOE, el del poder absoluto, “el rodillo”, el del frentismo en el Congreso y el martillo de los jueces de la “amnistía verdadera” para ir construyendo, ladrillo a ladrillo, el muro de tiranía. Un pacto del Tinell infinito donde España queda partida no por la mitad, sino troceada parte a parte. 

De un lado, los suyos, los del pesebre, los de los privilegios, los sindicalistas verticales, los tertulianos de RTVE a 11.000 euros brutos por trimestre, los de la ruptura, los que insultan al Rey, a las instituciones democráticas y a la Constitución. Del otro, PP, VOX, las raspas de Ciudadanos, los empresarios ladrones, los jueces prevaricadores, los abogados, los autónomos, la sociedad civil cabreada y los periodistas que no entramos por el aro de las mentiras en sus ruedas de molino. 

El obsceno sobeo del fiscal general con la vicemimosa Yolanda Díaz a escasos metros de la Familia Real, en presencia del señor de las togas enfangadas con el polvo del camino, el cardenal Conde Pumpido, auguran lo peor. Los precedentes más inmediatos: Argentina y Venezuela.  

Sánchez, tras su glorioso viaje a Oriente Medio se ha convertido en el nuevo Nasser egipcio: el líder de los no alineados con el apoyo del Grupo de Puebla, donde Cuba y el narcotráfico colombiano-venezolano riegan de populismo y millones a todos los anticapitalistas y antisionistas del mundo, y cuyos vértices son Hamás, Hezbolá, los ayatolas iraníes, Pekín, Pyongyang y Moscú.  

Como siempre, el comunismo como punto de encuentro y filosofía totalitaria. Este Ejecutivo mastodóntico pretende vivir 1.000 años. Al menos, hasta el 2031 para conmemorar el I Centenario de la II República y el advenimiento de la III.  

Leo en la prensa de este último día de noviembre que España agota hoy todos sus ingresos y vivirá a crédito hasta final de año. Baste recordar que nuestro nivel adquisitivo ha descendido desde la moción a Rajoy hasta 2007.  

Esta será una legislatura diseñada para hacer que las mentiras suenen veraces, para dar solidez a los delincuentes amnistiados, para borrar el pasado próximo, no el de la Memoria Histérica; será un tiempo para sembrar odio y división en todas direcciones. Un Gobierno absolutista, bonapartista y nepotista. Bolaños ya ha colocado en Justicia como responsable de innovación tecnológica a la hermana de Óscar Puente. La familia, primero.  

Amnistía como negocio 

La actuación de Sánchez en sus tres primeras semanas de mandato han sido heroicas: ponerse de rodillas ante Puigdemont y sus “acompañantes” suizos, aceptar el falso relato y el texto escritos por los propios golpistas, pagarle las facturas de sus despilfarros, permitir la “lawfare” para asustar a los jueces y fiscales, y establecer cuatro cordones de seguridad en sus desplazamientos -el Monarca tiene dos- para blindar su mala conciencia.  

La pasada semana en un Colegio Mayor de Madrid exigió que no se abrieran las ventanas de la Residencia para que no le abuchearan. Era una medida ordinaria de los regímenes del Telón de Acero y del Muro de Berlín. Miedo a la libertad. Por si fuera poco, su adjunta Yolanda Díez ha amenazado a los jueves por prevaricación, como si todos fueran Garzón, el recién casado, y ha exigido que se juzgue en España a Netanyahu por delitos por genocidio. Relaciones rotas.  

La presión de la calle le ha empezado a preocupar un poco cuando el pueblo se manifestaba cada noche ante Ferraz 70. Sin poder rezar el rosario. 

Las protestas madrileñas en Felipe II, en Colón, Cibeles y en la Plaza Mayor de todas nuestras capitales de provincia en los últimos dos meses, las ha contrarrestado con un auto homenaje en IFEMA, donde ZP -12.500 euros al mes al acumular sus cargos de expresidente y de consejero de Estado- actuó de telonero guerracivilista.  

El PSOE congregó a 9.000 forofos envueltos en banderas españolas recién estrenadas. A la salida, los asistentes estaban encantados de venir a la capital el Reino gratis total. “Estamos con Sánchez, haga lo que haga y diga lo que diga”. ¿No les ha engañado con la amnistía? “No, ha cambiado de opinión, eso es todo”. 

Esta es la nueva religión sanchista; todos adoctrinados por el nuevo Ministerio de Juventud e Infancia, cantando Montañas Nevadas bajo la batuta de Sira Rego.   

Su viaje a Oriente Medio ha sido el fracaso más reciente y grave. Ha envenenado las relaciones diplomáticas con Israel, con la Unión Europea y ha dinamitado el Foro de Barcelona excluyendo tras su entrevista con Netanyahu la participación de Israel. La embajadora española en Tel Aviv acaba de ser llamada de urgencia a consultas por las declaraciones del estadista Sánchez a TVE por sus “francas dudas” de que Israel cumpla con el Derecho Internacional Humanitario. Y eso que llevan una semana de tregua.  No aprende.  

Patriotismo de hojalata 

La novedad es que el presente está obsesionado por la movilización social en las calles. Por eso, ha iniciado su ofensiva por los medios afines a la Moncloa. En la televisión pública se ha ensañado con la oposición -la derecha y la derecha extrema- a las que acusa de obligarle a echarse en manos de los golpistas.  

En su victimismo patriótico de hojalata dejó claro que esto es un negocio. Puigdemont y Cía vuelven a casa por Navidad (o en primavera) limpios como una patena y, a cambio, él sigue mandando en la Moncloa.  

Ya ha asumido el falso relato nacionalista, “el PP fue el responsable del golpe del 1-O”- y los jueces “no debieron nunca judicializar un asunto político”. Las culpas siempre le son ajenas.  

El presidente González ha vuelto a predicar en el desierto recordando muy tardíamente “que la amnistía no es un indulto y que ello perjudica la democracia”. A don Pedro le da igual, compañero.  

Mientras tanto, el gasto público se dispara en 7 millones por hora, la presión fiscal ya es la más alta de Europa, por segundo año consecutivo no habrá deflactación en el IRPF y Repsol amenaza con invertir fuera de nuestro país “por la falta seguridad jurídica”. El paro es eterno. 

La hoja de ruta del presidente es encastillarse en su palacio presidencial y pagar al contado cueste lo que cueste, todo lo que le pida el separatismo. Le arrancarán antes de fin de año el referéndum de secesión. 

Le pregunto a un senador catalán qué pasaría si la ciudadanía lo rechazase. “No pasaría nada, lo volveríamos a intentar hasta que digan que sí”. Es decir, amnistía sin arrepentimiento porque el chantaje será permanente para romper la unidad de España.   

El próximo día 13 de diciembre, Pedro Sánchez comparecerá ante el PE para darles cuenta de su gestión presidencial interina. Como no presentó ningún compromiso, su resumen será brillante: he conseguido parar a la extrema derecha en España, voy a proclamar el Estado palestino, he desacreditado a Israel, Estados Unidos y… hasta al KKK.  

A ver qué responde sobre la amnistía que borra los delitos de terrorismo, golpismo y malversación de caudales públicos. Eso sí, pretextando que toda su política beneficia sobre todo al PP, en el futuro. Su cinismo se mantiene incólume.  

El panorama político de este aventajado alumno de Klemens von Metternich es simple: destrozar el PSOE, despiezar España, confundir a la UE con el reconocimiento del Estado palestino e introducir en su mundo los postulados podemitas que nos llevarán a la ruina. El resultado es el distanciamiento de París, Londres, Roma, La Haya, Argel, Buenos Aires y Tel Aviv.  

El fin de la Transición 

Estamos en el inicio de una Legislatura explosiva, tóxica y de supervivencia.  

No hay presupuesto que pueda aplacar todos los derechos de los enemigos de España. La radicalización de sus socios parlamentarios obligará al propio Sánchez a convertirse en imprescindible. Su autoritarismo se tornará en absolutismo, mentira a mentira hasta el hundimiento final. El sanchismo es una apisonadora contra la libertad y la democracia. 

Y dejé escrito que amnistía –autoamnistía- es corrupción. Y este Ejecutivo terminará con todas las corrupciones en dos días. ¿Cómo? Muy sencillo: legalizándolas. La amnistía avanza. Ha comenzado el nuevo tiempo del progresismo imparable. Las leyes de esta legislatura serán fluidas, flexibles y habilitantes. Duro trabajo para la oposición. No buscan la estabilidad. 

A nosotros nos quedan todavía la resistencia y las movilizaciones en la calle. Felipe II, Colón, Puerta del Sol, Cibeles, Templo de Debod…  

Esta será, quizás, la última legislatura de nuestra democracia. El fin supremo es impedir la alternancia. La negación de la democracia.  

El líder supremo plagiaba en su último baño de masas socialistas el eslogan inglés de la II Guerra Mundial, “Keep calma and carry on”. Más de dos millones de folletos fueron reciclados en pasta de papel porque no cuajó como mensaje a la ciudadanía. Pero sí tuvo éxito la siguiente: que Sánchez omitió deliberadamente: “La libertad está en peligro. Defendámosla”. 

Leímos en Cicerón que “para ser hombres libres hay que ser esclavos de la ley. Sin imperio de la ley no hay libertades. Solo miedo hambre y terror. Para defender nuestra Transición volvamos a las calles. El domingo en el Cuartel de la Montaña, justo al lado de la Plaza de España, con don Quijote y Sancho, que se unirán a nuestra reivindicación.  

Nos vemos en el Tempo de Debod reconvertido en el tempo de la esperanza. Domingo a mediodía. ¡Bienvenidos! 

Antonio REGALADO dirige “BAHÍA DE ÍTACA” en: aregaladoridriguez.blogspot.com