La Argentina de Macri

Alexandra Dumitrascu
Pie de foto: Mauricio Macri, durante la primera rueda de prensa tras las elecciones. De izq. a dch. Marcos Peña, futuro jefe de Gabinete; Mauricio Macri; María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires; Horacio Rodríguez Larreta, exjefe del Gabinete de Macri en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Fuente: prensa Cambiemos
La palabra cambio fue una de las más repetidas desde el domingo, cuando se conoció la victoria de Mauricio Macri. La mayor parte de la sociedad civil argentina, la prensa nacional e internacional, los líderes internacionales y los mercados de valores, coincidieron en valorar positivamente los resultados de la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia de Argentina. El mundo aplaudió al unísono la opción por la que se ha decantado la mayor parte de los argentinos, y los dirigentes internacionales se han agolpado en invitar personalmente al nuevo presidente, incluidos los de España y Alemania.
Argentina estrena una nueva etapa de su democracia que, tras 12 años de gobierno de los Kirchner, va a ser liderada por la oposición. Además, Macri inaugura un gobierno no peronista. El peronismo -movimiento político heredado de Juan Domingo Perón, que mezcla populismo y ansia de poder- se ha erigido en las últimas cuatro décadas en una corriente política con entidad propia. A lo largo de su campaña, el presidente electo ha tratado de dejar claro su faceta no peronista, e incluso, pocos días antes de las elecciones volvió a renegar de tal pensamiento al afirmar que el monumento que estrenó durante la campaña en la Capital de Buenos Aires constituyó únicamente un “signo de unión”.
La importancia de la jornada del domingo 22 de noviembre, fue determinada por la tasa de participación a voto - 80,89% - pero también por el voto en sí. Por primera vez en la historia de Argentina, los ciudadanos votaron en una segunda vuelta. El 51.40%, casi 13 millones de argentinos, optó el pasado domingo por el cambio. Pero para que el cambio se haga efectivo, dependerá de la capacidad del nuevo gobierno de dialogar, consensuar y pactar acuerdos, dado que el bloque de Cambiemos, la formación liderada por Mauricio Macri, representa tan sólo la segunda fuerza política en la Cámara de Diputados. Además, el nuevo presidente tampoco va a gozar de mayoría propia en el Senado dado que este espacio va a ser dominado por los peronistas, también primera minoría en la cámara baja.
El ajustado resultado de las elecciones hace pensar irremediablemente en una división de la sociedad, susceptible de que se traslade igualmente en el plano político. No obstante, desde el primer momento, el nuevo presidente quiso dejar clara su voluntad de diálogo, al tender la mano a los dirigentes peronistas -el núcleo duro- y a Daniel Scioli, su principal contrincante, para lograr el desarrollo del país en todos los planos. “Tenemos mucho más de lo que nos une, que de lo que nos separe”, ha declarado Macri en la primera rueda de prensa concedida al día siguiente a las elecciones, en la que ha añadido no creer en las tensiones y divisiones de los últimos años. Por tanto, uno de los mayores desafíos de su Gobierno va a ser lograr romper esa dinámica para encaminar el país hacía la unión y el diálogo, reto de especial relevancia en el plano interno como primer paso hacia la generación de confianza a nivel externo.
Argentina tiene que encarar muchos desafíos tanto internos como externos, y por ello no puede detenerse en divisiones. La economía es uno de los ámbitos que requiere de las soluciones más urgentes, además de la seguridad del país. La elevada inflación, el alto déficit fiscal, el desplome de las reservas del Banco Central, el tipo de cambio, y la negociación con los fondos buitres, son los aspectos que conforman el delicado escenario económico y que requieren de ajustes inmediatos.
Los grandes retos económicos
Cualquier pronóstico relacionado con aspectos económicos queda obsoleto mes tras mes, dado que los datos que los organismos internacionales proporcionan tienen carácter cuasi especulativo, debido a que desde el Gobierno argentino la información facilitada hasta la actualidad no ha sido muy certera. Las cifras aportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) son más que cuestionables. Con todo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) la economía argentina únicamente va a experimentar un crecimiento de 0,4% en 2015, aunque algunos lo sitúan en 0,6%, dato que Macri lo reduce a la nulidad. “El gran problema de Argentina es que desde hace cuatro años no crece y no se crea empleo”, ha advertido en ocasiones Macri que ha dicho que la labor del próximo gobierno a partir del 10 de diciembre - fecha de la investidura- va a ser “corregir algunas de las políticas que se estaban haciendo mal y tomar las decisiones que van a permitir que vuelva la confianza para que se pueda invertir”. No obstante, el escenario internacional que le va a tocar no es uno de los más esperanzadores. Brasil está en recesión, Estados Unidos amenaza con subir las tasas de interés, el crecimiento de China se ha moderado, y la Unión Europea lleva batallando con la crisis económica, los refugiados y la amenaza terrorista.
Sin embargo, tal inhóspito panorama no sugiere que el nuevo presidente va a desistir en su empeño de desarrollo económico. Y para ello es consciente de que Argentina necesita además salir de su aislamiento y abrirse de nuevo al mundo. “A los hermanos de América Latina y del mundo queremos decirles que queremos tener buenas relaciones con todos los países”, ha manifestado en la noche de su victoria, poniendo con ello fin a la polémica política exterior mantenida por su antecesora. Aunque Macri no ha querido pronunciarse en la rueda de prensa del lunes acerca de los holdouts, de acuerdo con fuentes de su entorno que han hablado con medios locales, éste está preparando un viaje junto a su equipo a Nueva York antes del 10 de diciembre en donde prevé ponerse en contacto con los holdouts, con los que habrá que negociar nuevos términos en lo que respecta a su deuda, dentro de lo que se baraja incluso la petición de una posible quita parcial. Por otra parte, Macri estará, asimismo, preparando una delegación que viaje rumbo a China para pactar con el Banco Popular una ampliación del crédito concedido al Banco Central en el mes de septiembre.
Venezuela, Macri se ha comprometido a invocar la cláusula democrática del Mercosur en orden a imponer sanciones al régimen de Maduro , Ecuador y Bolivia, van a ser los estados que no van a formar parte de la agenda exterior. No así Uruguay, Chile, Perú, Colombia, y Brasil. A pesar del apoyo explícito de Dilma Roussef y Lula da Silva a la candidatura de Scioli, y sin tener en cuenta la diferencia ideológica que le separa de su vecino, Macri tiene la voluntad de mantener unas buenas relaciones con Brasil y seguir profundizando en las mismas dado que el gigante latinoamericano se erige como primer socio comercial de Argentina. En cuanto al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), Macri no prevé una asociación en el futuro más próximo dado que “la economía argentina está muy cerrada como para llevarla de inmediato a una asociación con economías tan abiertas”. No obstante, en lo que tiene que ver con Mercosur, el nuevo líder ha expresado la necesidad de dinamizarlo en orden a aumentar el comercio, en general, y en avanzar en los convenios con la UE, en particular.
Recomponer las reservas del Banco Central también es un asunto que el nuevo presidente va a tener que incluir en la agenda. Se estima que en la actualidad la entidad dispone de 25.833 millones de dólares, no obstante las reservas reales estarían en menos de 10.000 millones. De acuerdo con analistas internos, durante la gestión de la presidenta Kirchner las reservas han disminuido en unos 22.000 millones de dólares. Por tanto, otro de los retos será generar la confianza necesaria de los inversores, importadores y ahorradores, para atraer más divisas.
Un aspecto relacionado con el tema de las divisas, pero especialmente con el dólar, es el tipo de cambio. En la actualidad, en el país hay dos cambios distintos, el oficial y el dólar blue, con una brecha entre ambos de 60%, aproximadamente. Aunque el cambio oficial ronda los 9 pesos por cada dólar, la mayor parte de la economía se rige en función del dólar paralelo que suele ubicarse alrededor de 15 pesos. Por tanto, los esfuerzos en este sentido deberán concentrarse en conseguir una unificación cambiaria que Macri pretende fijar en 14 pesos por cada dólar.
En lo que tiene que ver con la inflación, un problema intrínseco del país, de acuerdo con economistas y bancos privados, ésta es previsible que en el conjunto del año ronde el 27%, el segundo mayor índice del mundo después de Venezuela. En este sentido, Macri tiene el desafío de lograr una inflación de un dígito, promesa que lleva incluida en su campaña.
Con respecto al déficit público, el Gobierno de Cristina Kirchner le va dejar como herencia un 7% del PIB, lo que va a dificultar la capacidad de maniobra de Macri y su equipo, al tener que llevar a cabo ajustes que, posiblemente, en ocasiones serán impopulares.
Todo lo anterior plantea al futuro presidente un trabajo ingente, y para ello, se han establecido seis ministros para el Ministerio de Economía, aunque las carteras de las que se encargarán, corresponderían a seis ministerios diferentes: Trabajo, Finanzas, Energía, Producción, Transporte y Agricultura agraria. Aunque todavía no se conocen todos los nombres de su equipo, Macri ha adelantado que parte de él lo va a conformar gente sin vínculo político previo, es decir, una especie de tecnócratas.
Seguridad, un tema pendiente
Argentina, cómo América Latina en su conjunto, se confronta con un problema de inseguridad generado especialmente por el narcotráfico. Datos oficiales recientes acerca del nivel de inseguridad en Argentina se desconocen, dado que desde 2009 ya no se publican estadísticas oficiales al respecto. No obstante, de acuerdo con informes de 2008, y cuyos datos están recogidos por Naciones Unidas en "Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina 2013-2014", Argentina encabezaba la lista de los países de la región en cuanto a robos, 973 asaltos por cada 100.000 habitantes. Aún con todo, según el mismo informe, Argentina tenía unas de las tasas de homicidios más bajas de la región con 5,8 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, sólo por detrás de Chile, el más seguro de América Latina. Para ello, la solución que plantea el presidente electo frente a la “inactividad” del Gobierno de Cristina Kirchner, pasa por la profesionalización de las Fuerzas de Seguridad para tomar el control del territorio. Asimismo, ha anunciado que la Justicia va a gozar de total libertad e independencia para poder llevar a cabo su labor y para poder frenar la sensación de impunidad.
¿Quién es Mauricio Macri?
Ingeniero de profesión, Macri saltó a la esfera pública como dirigente de club deportivo Boca Junior en 1995, hecho que constituyó un trampolín para su carrera política. Hombre de larga carrera en los negocios, se incorporó en la empresa de su padre en donde avanzó con tan sólo 23 años hacía la gerencia general de la empresa Socma.
Sus aspiraciones políticas le llevaron a la fundación desde cero de su propia formación, el PRO, y en 2005 ya consiguió ser elegido como diputado nacional. En 2007 comenzó su gestión en la ciudad de Buenos Aires en la que ejerció de jefe de Gobierno durante 8 años.