Europa desdeñada por Trump para agradar a Putin

<p>El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth - REUTERS/ALEKSANDRA SZMIGIEL&nbsp;</p>
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth - REUTERS/ALEKSANDRA SZMIGIEL 
Ha sido una jugada a tres bandas desplegada desde la Casa Blanca en el escenario europeo para clarificar la postura geopolítica del Gobierno trumpista
  1. Ucrania los días más difíciles

En Bruselas, Pete Hegseth, titular del Pentágono,  afirmó en una reunión en la OTAN que la prioridad de su país no es defender más a Europa; mientras el secretario del Tesoro, viajó a Kiev, para  cobrar al presidente ucraniano una factura por 500.000 millones de dólares de ayuda militar; y, dos días después, Volodimir Zelenski mantuvo  en Múnich un encuentro con el vicepresidente, J. D. Vance, sobre el alto el fuego que ya  negocia  Estados Unidos  con Rusia.

A días de cumplirse el tercer año de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, el presidente Donald Trump mantuvo una llamada con el dictador ruso, Vladimir Putin, para iniciar las conversaciones para la paz en Ucrania.

Lo ha hecho el mismo día que Hegseth perfilaba las líneas rojas de Estados Unidos con sus socios (antes aliados) de la OTAN y Zelenski negociaba en Kiev, con Scott Bessent, titular del Tesoro norteamericano, todas las áreas de negocios e inversiones que Ucrania cederá a las multinacionales estadounidenses. Trump no da puntada sin hilo.

La llamada entre Trump y Putin ha inquietado a Europa que teme quedarse relegada de una hipotética mesa de negociación para la paz; en la que tampoco parece posible que esté presente el propio Zelenski cuyo país es el agredido por el invasor.  

Desde diciembre pasado, Trump nombró al general retirado Keith Kellogg, como enviado especial para Rusia y Ucrania, a fin de hacer los primeros contactos para el nuevo Gobierno en la Casa Blanca, Kellogg no logró ningún avance con el Kremlin mientras el Gobierno de Kiev ha mantenido en todo momento su interés por conocer el plan de paz de Trump.

Trump, que en campaña prometió parar la guerra en un día y además juró una y otra vez que “esto nunca hubiera sucedido de estar yo en el Gobierno”, ha tenido que buscar personalmente a Putin para entablar un diálogo directo. Aunque el dictador ruso ya dejó públicamente muy claro que él no se sentará en la misma mesa que Zelenski.

La última vez que se vieron Trump y Putin fue en Helsinki, el 16 de julio de 2018, un encuentro entre los dos líderes durante la primera presidencia del político republicano. Una cumbre a la que tuve la oportunidad de asistir como corresponsal, y ya en ese escenario, el propio Trump invitó a Putin para una visita oficial a la Unión Americana.

Recientemente, el 12 de febrero pasado, Trump habló vía telefónica con el dictador ruso, para iniciar las conversaciones en aras de un alto el fuego en Ucrania.

En el intercambio de impresiones, el político estadounidense afirmó que invitó (otra vez) a Putin para que visite Estados Unidos; y, en reciprocidad, el líder ruso le correspondió invitándolo al Kremlin. No hay fecha cerrada para esos viajes oficiales.

Tampoco para lo que será el primer encuentro bilateral, esa cumbre para la paz. En un principio, llegó a ventilarse como probable un encuentro en Suiza, otra vez en Ginebra, como aconteció el 16 de junio de 2021, cuando el entonces mandatario Joe Biden acudió a un encuentro con Putin para, entre otros temas, advertirle que ordenase a sus hackers detener los ataques cotidianos a diversas infraestructuras vitales norteamericanas. En dicha reunión también estuve presente como corresponsal.

Tras las sanciones anunciadas por Trump contra la Corte Penal Internacional por su orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, el Gobierno suizo se negó a acoger la cumbre para la paz.

Ante la complejidad de donde reunirse Trump y Putin, se ha llegado a barajar escenarios como Arabia Saudí, Hungría o Turquía, la nación turca intentó en varias ocasiones convertirse en mediador, entre Ucrania y Putin, con la finalidad de lograr un alto el fuego.  Al final parece que será Arabia Saudí el sitio elegido.

Ucrania los días más difíciles

El próximo 24 de febrero, Ucrania cumplirá tres años de invasión. No hay cifras claras de cuántos soldados militares, casi todos jóvenes, han fallecido de un bando y de otro. Trump recientemente dijo que en total había más de un millón y medio de muertos y Rusia se ha llevado la peor parte.

Tanto en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) formada por 32 países, como en la Unión Europea (UE), reina un desconsuelo sobre el futuro de Ucrania, que no es otro más que el futuro de Europa, ante la sombra creciente y dominante de Putin.

Que Trump pretenda en una cumbre bilateral con Putin negociar el futuro de Ucrania y repartirse el territorio una parte para el supremacismo ruso y otra para la oligarquía norteamericana es visto como indignante e inmoral. La Casa Blanca pretende que Zelenski anuncie la rendición.

En medio de estas horas históricas y difíciles que definirán el futuro de 35 millones de ucranianos (antes de la guerra había 42 millones de habitantes muchos han emigrado con la guerra) la Unión Europea exige estar en la mesa de negociación y se opone a una solución bilateral, sin la UE y sin, por supuesto, el país agredido que es Ucrania.

Kaja Kallas, jefa de la Política Exterior de la UE, criticó al presidente Trump por intentar dejar de lado a Ucrania y solo mantener un compromiso de un alto el fuego negociado con Rusia y bajos los términos rusos y obligando a Ucrania a hacer concesiones territoriales.

Durante la visita a la OTAN, el jefe del Pentágono realizó una serie de declaraciones que dejaron en “shock” al resto de los ministros de Defensa congregados en el cuartel de la Alianza Trasatlántica: “No es realista que Ucrania piense que va a recuperar sus fronteras de 1991 como tampoco lo es que crea que entrará a la OTAN”.

Además, Hegseth dejó caer otras certezas: “Estados Unidos ya no tolerará que los miembros europeos de la OTAN dependan de Washington para su seguridad. Europa no es más nuestra prioridad de defensa y si deciden ayudar a Ucrania no habrá tropas norteamericanas en Ucrania, como tampoco se activará el artículo 5 de la OTAN”.

La única vez en la historia de la Alianza Trasatlántica (nació el 4 de abril de 1949) que fue activado el artículo 5 fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y el entonces presidente George Bush solicitó la ayuda defensiva de sus aliados.

En sus líneas rojas, Hegseth subrayó la necesidad de que Europa aumente su gasto en defensa al 5 % anual y tenga una mejor estrategia disuasoria porque los europeos deberán defenderse a sí mismos ya que Estados Unidos tiene sus propias prioridades: “Tenemos que reforzar la seguridad y la defensa interna de Estados Unidos mejorando el control de nuestras fronteras y, sobre todo, aumentar nuestras capacidades en el Indo-Pacífico. Para nosotros nuestra máxima preocupación es China”. 

Cuestionado por la prensa sobre el papel que pueda jugar Trump a favor de Putin y no de Ucrania, que es el país agredido, el jefe del Pentágono volvió a recalcar que Trump es el líder del mundo y es un empresario con una visión práctica y bajo esa tesitura ni Ucrania o Rusia tendrán todo lo que quieran.

A este respecto, Ben Wallace, exsecretario de Defensa de Reino Unido, declaró que Estados Unidos bajo la presidencia de Trump va a traicionar a Ucrania y a la lucha de los ucranianos contra Putin.  Y, de paso, intentará hundir a Europa para congratularse con Putin.