Marruecos y su apuesta sin tregua por la energía renovable: una estrategia de liderazgo africano

Planta de energía termosolar en Noor II Ouarzazate, Marruecos - REUTERS/ YOUSSEF BOUDLA
Planta de energía termosolar en Noor II Ouarzazate, Marruecos - REUTERS/ YOUSSEF BOUDLA
Decía un viejo estratega que, en tiempos de cambio, solo los audaces prosperan.  

Marruecos parece haber tomado esa máxima al pie de la letra y, en materia de energías renovables, juega con cartas de ganador. Los datos lo avalan: con la aprobación de la ANRE - Autorité Nationale de Régulation de l'Électricité, el país aumentará su capacidad de energía renovable a 9.338 MW para 2029, un incremento del 29 % respecto al año anterior. No es un simple dato. Es un mensaje claro: Marruecos no está dispuesto a ser un actor secundario en la revolución energética del continente. 

Siendo ya el segundo país de África en producción de energía renovable, Marruecos ha construido un modelo que combina pragmatismo e innovación. La flexibilidad en la gestión de la red eléctrica, la publicación de capacidades de acogida para operadores privados y el robustecimiento de la seguridad del sistema energético no son meros tecnicismos burocráticos. Son la hoja de ruta de un país que busca consolidarse como referencia en la transición energética. 

Los proyectos emblema de esta estrategia son prueba irrefutable del compromiso: el Noor Ouarzazate, la mayor planta termosolar del mundo, ya genera 582 MW y suministra electricidad limpia a 1,3 millones de hogares, evitando la emisión de más de 800.000 toneladas de CO₂ al año. A ello se suma el reciente parque eólico Jbel Lahdid, con 270 MW adicionales, y el ambicioso proyecto Xlinks, que conectará Marruecos con el Reino Unido a través de un cable submarino de alta potencia, exportando electricidad generada por sol y viento. 

Pero este crecimiento no solo fortalece la seguridad energética del país, sino que también impulsa la industria manufacturera asociada a las energías renovables, especialmente en el sector eólico. Marruecos ha comprendido que no basta con instalar aerogeneradores y paneles solares: es clave desarrollar una industria local capaz de fabricar, ensamblar y suministrar los componentes esenciales para estos proyectos. Desde la producción de palas y torres hasta la integración de soluciones innovadoras en la cadena de suministro, el sector industrial marroquí tiene una oportunidad única para consolidarse como un hub regional en la fabricación de tecnología renovable. 

En un mundo donde la estabilidad energética es un bien preciado, Marruecos no solamente trabaja para protegerse de las fluctuaciones de los mercados internacionales, sino que está orientado para posicionarse como proveedor fiable y estratégico. Su apuesta no es solamente por la energía limpia, sino por una industria sólida que transforme esta ventaja en crecimiento económico y empleo cualificado. 

Porque en la transición energética, como en las grandes gestas, no hay sitio para los tibios. 

Juan Antonio Vidal 

Plant Manager InCom Composites Morocco SARL