Indra apunta alto en defensa y aeroespacial con la buena sintonía entre sus dos patronos

La estrecha sintonía que existe entre el recién nombrado presidente de Indra, Ángel Escribano, y el consejero delegado del grupo desde el 30 de junio de 2023, José Vicente de los Mozos, es algo que se percibe a las claras cuando están juntos y que se constata cuando se tiene la oportunidad de verlos interactuar.
La complicidad y buena relación humana y profesional entre ambos patronos de la multinacional tecnológica española ya la han captado los directivos de la corporación y ha quedado de manifiesto en la reciente presentación de los buenos resultados económicos y operativos de Indra del ejercicio de 2024, en la que, evidentemente, ellos han llevado la voz cantante.
En la taurina localidad de Alcobendas, localizada a 18 kilómetros del centro de Madrid, es donde se encuentra el cuartel general de la corporación y donde los dos rectores del grupo empresarial, Ángel Escribano, de 53 años, y Jose Vicente de los Mozos, de 62, han tenido su primer gran mano a mano, en el que ambos han evitado citar que la compañía quiere ser el “campeón nacional” de la industria de defensa nacional, aunque a eso aspiran.

Ángel Escribano, para quien “la nueva era de Indra acaba de comenzar” es un diestro con más de 30 años de experiencia en los pequeños y no tan pequeños ruedos del sector de la defensa. El hecho de que desde hace tres meses la hoy em&c group sea el mayor accionista privado de Indra ‒con el 14,3 por ciento del paquete accionarial‒ le ha catapultado a la presidencia de la entidad de Alcobendas, con lo que acaba de tomar la alternativa en el importante papel institucional que le corresponde desempeñar a partir de ahora.
Alcanzar los diez mil millones de euros
Jose Vicente de los Mozos es un veterano de la industria de la automoción que conoce muy bien sus altas responsabilidades operativas. Al poco de ocupar el cargo de consejero delegado de Indra hace ya casi dos años conoció de primera mano las capacidades, carencias y limitaciones de la compañía.
Como profesional con profundo conocimiento del sector del automóvil nacional e internacional, De los Mozos se dio cuenta, por ejemplo, que Indra adolecía de factorías propias con líneas de producción y cadenas de montaje. Tales carencias contrastaban con el mandato divino de hacer de Indra “la multinacional española de referencia en los dominios de defensa, aeroespacial y tecnologías digitales avanzadas”.

Para salir de la situación heredada, De los Mozos asumió como imprescindible y urgente definir un plan estratégico. Constituyó un equipo, se puso manos a la obra, lo bautizó “Liderar el futuro”, lo dio a conocer en marzo de 2024 y lo comenzó a aplicar. El resultado inmediato es que el ejercicio del pasado año se ha saldado con unos ingresos de 4.843 millones de euros, 12 por ciento de incremento respecto al año anterior. Pero las aspiraciones son llegar a ser “una empresa de 10.000 millones” hacia finales de la década.
Escribano y De los Mozos se han percatado del potencial de conocimiento de cada cual y tienen el plan en plena ejecución. Está favorecido por el fuerte viento de cola que sopla, que acelera el ritmo de actuaciones debido a la situación geoestratégica internacional en Europa, la gran demanda global de sistemas y equipamientos para la defensa y las incertidumbres añadidas que arrastra la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y sus sorprendentes y preocupantes decisiones.
La espada de Damocles de las entregas del 8x8
En su calidad de consejero delegado, José Vicente de los Mozos está ahora secundado por la experiencia, conocimiento y relaciones que le aporta Ángel Escribano, quien aspira a que Indra, al capitanear el consorcio TESS, posea “capacidades propias para fabricar grandes vehículos militares, como el Vehículo de Combate de Ruedas (VCR 8x8) y el Vehículo de Apoyo de Cadenas (VAC)”.

Escribano y De los Mozos son conscientes que, a través del actual director de su esfera de defensa, Borja Ochoa, asumen la plena responsabilidad de dar respuesta a los plazos de entrega de los lotes comprometidos del 8x8. Aseguran que están ello, al igual que en electrónica para la defensa, donde pretenden proseguir el camino ya iniciado de integrar radares, sensores, equipos guerra electrónica y sistemas de mando y control con la utilización creciente de la inteligencia artificial.

Indra aspira en ciber ser el líder nacional en ciberseguridad y ciberdefensa. En el escenario naval busca consolidarse como integrador de sistemas, para lo sabe de la necesidad de constituir alianzas con los grandes plataformistas de la industria nacional, es decir, Navantia. En el dominio aéreo, la gran apuesta es reforzar el papel de coordinador nacional del futuro caza franco-germano-español NGWS/FCAS y su liderazgo en los pilares de guerra electrónica y nube de combate. Los dos patrones también tienen los ojos puestos en participar en los nuevos programas del caza Eurofighter y, por supuesto, en ampliar su oferta de drones con aeronaves merodeadoras dotadas con municiones letales.
El nuevo equipo directivo ha puesto un especial énfasis en posicionarse en el creciente y estratégico sector espacial y separar la vertiente civil de la militar. Ha reflotado y rebautizado y potenciado Indra Space que, bajo la dirección de Fernando García Martínez-Peñalver, ya ha sumado Deimos Space y va camino de añadir al operador de satélites comerciales Hispasat, que lleva el paralelo la del operador de servicios gubernamentales Hisdesat. Y la lista de compras seguirá creciendo.

En resumidas cuentas muy resumidas, el binomio Escribano-De los Mozos está comprometido de lleno con los cambios que están llevando a cabo, que suponen una apuesta por la I+D+i y por invertir en nueva capacidades tecnológicas. La finalidad es transformar a la que hasta hace pocos años era una multinacional tecnológica volcada en el sector civil en una “empresa de productos y sistemas para la defensa, el espacio y el multidominio”, subraya Ángel Escribano.