Cambio de poder geoeconómico

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (Derecha), y el presidente de China, Xi Jinping (Izquierda), se reúnen al margen de la Cumbre del G20 en Nusa Dua, en la isla turística indonesia de Bali, el 14 de noviembre de 2022 - PHOTO/AFP/SAUL LOEB
PHOTO/AFP/SAUL LOEB - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (Derecha), y el presidente de China, Xi Jinping (Izquierda), se reúnen al margen de la Cumbre del G20 en Nusa Dua, en la isla turística indonesia de Bali, el 14 de noviembre de 2022

La actual transformación del panorama geoeconómico mundial, puesta de relieve por la evolución de la dinámica entre Estados Unidos y China, significa un cambio fundamental en el orden geoeconómico mundial. 

Representa un desafío fundamental a las normas establecidas, al pasar del dominio histórico de Estados Unidos en la configuración de las instituciones mundiales y las relaciones comerciales a la emergencia de China como formidable fuerza económica. 

En un conflicto convencional sobre Taiwán, China probablemente se impondría a Estados Unidos. Muchos occidentales, incluido Estados Unidos, reconocen esta realidad, lo que ha hecho que las salas de estrategia se centren en la disuasión nuclear. Por otra parte, China se esfuerza por asegurarse una capacidad de contraataque nuclear, mientras que Estados Unidos trata de impedirlo. Los expertos creen que una vez que China consiga esta capacidad de contraataque nuclear, la balanza se inclinará decisivamente a su favor. En consecuencia, Estados Unidos se enfrentaría a la derrota en una guerra convencional y perdería su capacidad de disuadir a China de forma creíble utilizando la guerra nuclear.

El poder geoeconómico implica la utilización por parte de una nación de sus recursos económicos, relaciones comerciales, poder financiero y estrategias para influir en los asuntos mundiales o regionales. Aprovecha las capacidades económicas para alcanzar objetivos geopolíticos. Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la creación de instituciones influyentes como el FMI y el Banco Mundial. Tras la Guerra Fría, Estados Unidos experimentó un aumento de su poder económico y militar, abogando por la adopción global de la “economía neoliberal”, que hace hincapié en el libre mercado y la reducción de la intervención gubernamental. Sin embargo, este periodo también fue testigo del ascenso de otras naciones influyentes, en particular China, que remodelaron fundamentalmente el orden mundial establecido. 

El dominio geoeconómico comenzó a pivotar hacia China tras la crisis financiera de 2008. Estos cambios desencadenaron una intrigante competencia entre Estados Unidos y China, que dio lugar a debates en Estados Unidos sobre la necesidad de reevaluar los métodos tradicionales para mantener la hegemonía mundial. Esto ha dado lugar a la aparición de un nuevo Orden Mundial Geoeconómico. 

China está ganando la guerra geoeconómica. Es bien sabido que China se ha convertido en la mayor nación comercial del mundo, desplazando a Estados Unidos de su tradicional dominio como socio comercial de otros países de todo el mundo. En 2022, las exportaciones chinas ascendieron a 3,5 billones de dólares, y las importaciones a 2,7 billones, lo que se tradujo en un superávit comercial de 857.000 millones de dólares.

El enfoque pragmático de China ha tenido éxito en el Sur Global. Los préstamos chinos tienen ventajas sobre sus homólogos occidentales, ya que ofrecen préstamos no condicionados para grandes proyectos de infraestructuras en países en desarrollo. Exigen que entre el 30 y el 40% de las importaciones del país beneficiario consista en tecnología china, ampliando así la exportación de China. En cambio, la financiación occidental suele implicar estrategias oportunistas, especulativas y a corto plazo. 

China utiliza hábilmente herramientas geoeconómicas para promover sus intereses, como ejemplifican casos como el del puerto de Sri Lanka y las actuales negociaciones sobre la deuda en Zambia. Con disposiciones legales, especialmente la incorporación de cláusulas de “incumplimiento cruzado” en los proyectos financiados por China, en virtud de las cuales los problemas o la terminación de un proyecto pueden afectar a todos los proyectos relacionados. Por ejemplo, la reciente suspensión por parte de la Embajada china en Argentina de un acuerdo de swap valorado en casi 33.000 millones de dólares dio lugar a una disculpa del nuevo Gobierno libertario argentino. A pesar de esta disculpa, China ha mantenido la suspensión del swap monetario hasta hoy. 

La evolución de la dinámica de poder entre Estados Unidos y China supone un cambio de paradigma en la geopolítica y la geoeconomía mundiales, y sitúa una cuestión crítica en el centro de los asuntos económicos mundiales: 

¿Cómo navegarán las naciones del llamado Sur Global a través de este paisaje reconfigurado, especialmente con China consolidándose como potencia nuclear de contraataque y como gigante económico?

Mohamed Filali es el fundador y director general de Jurisfiscal.

Artículo publicado en BBN Times