Ampliación de las relaciones con Etiopía: entrada de Marruecos en los países del Cuerno de África

El rey de Marruecos, Mohamed VI - AFP/CORTE PRESIDENCIAL DE LOS EAU
El rey de Marruecos, Mohamed VI - AFP / CORTE PRESIDENCIAL DE LOS EAU
Las relaciones entre Etiopía y Marruecos se están desarrollando hacia una asociación estratégica destinada a servir a los intereses comunes de los dos países, contribuyendo al mismo tiempo de manera efectiva al desarrollo y la estabilidad del continente africano, cuyo ámbito militar será uno de sus vínculos importantes

Durante cuarenta años, la influencia de Marruecos en el continente se limitó a unos pocos países de África occidental, ya que su ausencia de la Unión Africana limitó las oportunidades de desempeñar papeles más importantes en la toma de decisiones políticas africanas, tanto en el este como en el oeste. Esto cambió con el regreso del Reino en 2017 a las estructuras de la Unión Africana y su insistencia en construir relaciones sólidas y sostenibles con los países del continente. 

Al igual que el acercamiento con Nigeria, Ruanda y Angola, la relación de Marruecos se está desarrollando gradualmente tanto con Kenia, que recientemente instaló a su primera embajadora en Rabat, como con Etiopía, sin verse obstaculizada por el reconocimiento del Frente Polisario por parte de Addis Abeba.

Las relaciones bilaterales entre Addis Abeba y Rabat preceden a la actual tensión en el Cuerno de África. Marruecos y Etiopía han mantenido relaciones diplomáticas caracterizadas por la cooperación económica, el apoyo político y el intercambio cultural. Estos vínculos se fortalecieron tras la visita del rey marroquí Mohamed VI a Etiopía, que constituyó un paso importante hacia el fortalecimiento de las relaciones bilaterales. La histórica visita resultó en la firma de numerosos acuerdos en diversos sectores, como servicios aéreos, comercio, impuestos, inversiones, agricultura y energías renovables.

Las relaciones entre Etiopía y Marruecos se están desarrollando hacia una asociación estratégica destinada a servir a los intereses comunes de los dos países, contribuyendo al mismo tiempo de manera efectiva al desarrollo y la estabilidad del continente africano, cuyo ámbito militar será uno de sus vínculos importantes. 

Las reuniones oficiales celebradas el 15 de julio de 2024 entre el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía, el mariscal de campo Berhanu Jula, y una delegación militar marroquí, en la capital, Addis Abeba, allanaron el camino para la cooperación militar, con el fin de sentar bases sólidas para un acuerdo oficial, basado en el espíritu de hermandad africana, con una asociación renovada en materia de paz y seguridad.

La cooperación con Etiopía a nivel militar tiene como objetivo profundizar las relaciones de Marruecos con este país y los países circundantes del Cuerno de África, al servicio de la seguridad nacional marroquí. No olvidemos aquí que Irán y sus armas, que interfieren en los asuntos soberanos marroquíes, también están alterando la seguridad de estos países, empezando por el golfo de Adén. Al fortalecer su cooperación militar con Etiopía, Marruecos pretende asegurar los intereses comunes y bloquear cualquier intento de amenazar esos intereses, y enfrentar las amenazas y desafíos comunes que enfrenta el continente africano en su conjunto, como el crimen organizado y el terrorismo.

El refuerzo de las relaciones entre ambos países, basadas en los elementos de soberanía, seguridad nacional e intereses vitales, fue el tema central de las conversaciones entre el ministro delegado ante el primer ministro encargado de la Administración de Defensa marroquí, Abdellatif Lodi, y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Etiopía, Berhanu Jula, con el fin de reforzar la cooperación bilateral en el ámbito de la defensa entre los dos Ejércitos marroquí y etíope.

La ampliación de la cooperación bilateral a otros ámbitos de interés común también fue el tema de debate de la delegación etíope que visitó Marruecos del 25 al 29 de agosto con el inspector general de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos, comandante de la Región Sur, el teniente general Mohamed Bariz.

Por tanto, la cooperación militar marroquí-etíope no está dirigida contra nadie. Se trata de una doctrina estatal que establece la política exterior del Reino. Más bien, es una necesidad soberana para mejorar la presencia, proteger intereses e intercambiar conocimientos. 

Si miramos el mapa, encontramos que Etiopía está rodeada de muchos desafíos y no hay ninguna objeción a esta cooperación, especialmente ahora que el Reino de Marruecos está presenciando un nuevo giro en su camino hacia el fortalecimiento de sus capacidades de defensa, al entrar de hecho en el mundo de la fabricación de armas y municiones y diversificar los proveedores de armas sin limitarse a capitales tradicionales como Washington y París. Esto tendrá un impacto positivo en la dinámica bilateral y regional, aunque a algunos círculos españoles no les gustó este enfoque, ya que los medios españoles dijeron que “los desarrollos que Marruecos ha presenciado en el campo del fortalecimiento de sus capacidades militares en los últimos años constituyen una amenaza para España de una forma u otra”.

La búsqueda de Marruecos para mantener y promover la paz en África, interviniendo en conflictos africanos como mediador o participando en misiones de mantenimiento de la paz, implica una diplomacia que depende cada vez más del poder blando, especialmente la dimensión religiosa y las relaciones económicas. Sin embargo, las cuestiones de seguridad no sólo están relacionadas con la vecindad, sino que se extienden más allá de ella, a países como Etiopía y Kenia, ya que donde hay intereses económicos y diplomáticos, la necesidad de reforzar la seguridad y el Ejército es una necesidad vital, subrayando que la doctrina del Gobierno marroquí no es compatible con ninguna injerencia en los asuntos de países amigos.

Cronológicamente, Etiopía inauguró una apertura diplomática hacia Marruecos con las visitas a Rabat, en mayo de 2015, de sus ministros de Asuntos Exteriores y de Finanzas. El rey Mohamed VI también visitó Etiopía en enero de 2017, poco antes de que el Reino regresara a la Unión Africana. En septiembre de 2021, el Gobierno etíope y la Office Chérifien des Phosphates (OCP) firmaron un acuerdo para construir una fábrica de fertilizantes, cuyas conversaciones comenzaron en 2016.

El interés en los países de África oriental maduró cuando Marruecos regresó a la Unión Africana hace siete años. Se entiende que las acumulaciones políticas y diplomáticas logradas por Marruecos durante este período confirman claramente su decisión estratégica de recuperar su sede en Addis Abeba. Después de que el rey Mohamed VI liderara una campaña diplomática en el África subsahariana, ésta aseguró la posición de Marruecos como uno de los países norteafricanos mejor establecidos en esta región, hasta el punto de convertir a Marruecos en un importante actor continental, reforzando una red de embajadas, asesores consulares y económicos, que contribuyeron a fortalecer la estrategia de acuerdos y alianzas con países africanos y organizaciones no gubernamentales regionales.

Nadie sabe más sobre el nivel y los secretos de las relaciones que Nozha Alawi Mohammadi, el veterano embajador en Etiopía y Yibuti, quien explicó este enfoque marroquí diciendo que la seguridad regional constituye un área muy importante en la que Marruecos y Etiopía han encontrado puntos en común. Ambos países enfrentan desafíos de seguridad y reconocen la importancia de los esfuerzos cooperativos para abordar estos problemas. A través de iniciativas conjuntas y participación en organizaciones regionales como la Unión Africana, los dos países trabajan juntos para promover la paz, la estabilidad y la seguridad en sus regiones.

Dada la importancia del sector de la agricultura y la seguridad alimentaria en Etiopía, Marruecos estuvo presente para brindar asistencia eficaz y necesaria. La ayuda provino de la compañía marroquí Office Chérifien des Phosphates Chérifien Phosphates, que firmó un acuerdo con el Gobierno etíope para construir una fábrica de fertilizantes a gran escala en Dire Dawa. El proyecto, cuyo valor se estima en unos 3.700 millones de dólares, tiene como objetivo fortalecer el sector agrícola en Etiopía y tendrá efectos positivos en las relaciones económicas entre los dos países.

Además de en lo militar, económico y político, Marruecos ha destacado en el ámbito del poder blando desde la perspectiva religiosa, considerada de importancia estratégica en las relaciones marroquí-etíopes y con los países de África oriental, promoviendo la moderación y una cultura de paz y tolerancia que sirva política y diplomáticamente a la seguridad nacional y contribuya a un desarrollo y una estabilidad más amplios, lejos de las convulsiones dentro del continente.