Reanudar el Consejo UE-Israel

Lleva en hibernación un decenio. La última reunión del Consejo de la Asociación Unión Europea-Israel se celebró en 2012 y, aunque muchos países miembros de la UE han mantenido separadamente e incluso incrementado las relaciones de cooperación con Israel, lo cierto es que habían quedado aparcadas en tanto que Unión.
No es un secreto que el motivo principal motivo del distanciamiento ha sido el estancamiento, o más bien el enquistamiento y deterioro del conflicto israelo-palestino, agravado tanto por la expansión de las colonias judías en Cisjordania como por la situación cada vez más precaria de la población palestina en esos territorios ocupados.
Los últimos movimientos registrados en Oriente Medio, implementados con los Acuerdos de Abraham, además de la visita del presidente norteamericano Joe Biden, parece que han movido a los europeos a proponer a Israel retomar las reuniones del Consejo, que antes de entrar en esta larga pausa de toda una década se reunía estatutariamente una vez al año.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que es quién ha desvelado la iniciativa, una vez consensuada en la última reunión de ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete en Bruselas, ha propuesto que la reanudación del citado Consejo no espere a que Israel tenga un nuevo gobierno que salga de las elecciones previstas para noviembre. La complicada complejidad de la Knesset lleva a que las imprescindibles negociaciones para armar una coalición puedan prolongarse durante muchos meses, lo que tampoco garantiza que el resultado final derive en un Gobierno fuerte y con plenas garantías de cumplir la legislatura, véase sin ir más lejos el estallido de la actual.
Borrell, que aprovechó el anuncio para reafirmar que la UE no ha variado su tradicional postura de una solución al problema palestino que pase por la articulación y reconocimiento de dos Estados, dijo asimismo que “el Consejo UE-Israel será una buena ocasión para repensar el proceso de paz en Oriente Medio”.
El actual jefe del Gobierno israelí en funciones, Yair Lapid, ya se encontró con sus colegas europeos en Bruselas hace ahora justamente un año. Y la presidente de la Comisión, Ursula von der Leyen, visitó a su vez Israel el pasado junio. En ambas citas ya se esbozó la necesidad de retomar los trabajos del Consejo y dar un nuevo impulso para lo que fue creado: profundizar en la cooperación y la realización de proyectos comunes en materia de intercambios comerciales, ciencia, tecnología, seguridad, cultura y educación. Todo un programa de relaciones intenso, que no ha cesado, toda vez que se ha seguido desarrollando a través de relaciones bilaterales de Israel con los países miembros de la UE.
A todo ello, la Comisión Europea, así como la actual presidencia rotatoria de la UE a cargo de la República Checa, quieren añadir el decisivo capítulo de la cooperación energética. Israel ya está trabajando a toda máquina para adquirir capacidad suficiente para extraer y exportar a Europa los recursos gasísticos de sus aguas territoriales, y paliar así en parte el vacío de suministros de Rusia, a consecuencia de la invasión de Ucrania.