La afición del Valencia sometió a una inédita humillación racista al jugador brasileño

Defender al soldado Vinicius

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REUTERS/PABLO MORANO - Vinicius Junior

Al grito de “Vinicius eres un mono” recibió la afición del Valencia al jugador del Real Madrid. Mucho antes de que el chaval provocara. Porque las bufandas de la prensa siempre próxima a ese equipo insisten en justificarlo todo. Los mismos asalariados que atacaron a Ancelotti en la sala de prensa tras el partido para inculpar a un club al que consideran enemigo número uno desde aquel 3-0 de Paris.

El mismo gritó que escupieron sobre él durante los más de cien minutos que duró el partido. Una afición irreverente y siempre acomplejada. La misma que no dudó en preguntar a Mijatovic por su hijo ya fallecido cuando el delantero eligió el Real Madrid para ser campeón de Europa.

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AFP/ JOSE JORDAN - El delantero brasileño del Real Madrid Vinicius Junior (3R) se enfrenta a un oficial de Valencia

La afición de un equipo que se autodestruye cada temporada se agarró fuerte al racismo para provocar y crear un ambiente de tensión que pusiera en alerta a sus jugadores. Durante la temporada se han dedicado a insultar a un señor que vive a miles de kilómetros y al que un día veneraron al grito de ¡Peter Lim! Los jugadores quedaban exentos de todo juicio porque falseaban la realidad con el argumento de que la plantilla era corta. Ante el Real Madrid y con el descenso al cuello, se pudo ver a un equipo competitivo y a jugadores a un altísimo nivel. Inéditos durante la temporada.

Fuera de esa caldera miserable de Mestalla, la guerra por defender al soldado Vinicius ha llegado a todas las capas sociales de España. Como no, la política ha metido sus sucias manos electorales para posicionar al jugador de su lado y lanzar soflamas sobre el futuro del racismo en España si sale elegido tal o cual partido. 
Javier Tebas, como presidente de LaLiga y Luis Rubiales, como presidente de la RFEF tampoco han tardado en defender sus trincheras porque saben que enfrente tienen al Real Madrid y una antigua batalla latente por la Superliga que no acabará bien.

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REUTERS/PABLO MORANO - Vinicius Junior del Real Madrid gesticula hacia un aficionado mientras los valencianistas José Gayá y Cenk Ozkacar intentan contenerle

LaLiga denunció gritos racistas a Vinicius en nueve ocasiones antes del espectáculo de Mestalla. El Real Madrid no se unió a ninguna porque las relaciones con el organismo no son buenas.

La RFEF no toma medidas porque los jueces archivan causas como la de colgar un muñeco de Vinicius de un puente próximo a Valdebebas días antes de un derbi. Han sobado tanto el VAR que hasta la expulsión del brasileño fue un montaje en el que no se incluyó el mataleón de Hugo Duro al jugador ni al desquiciado Mamardashvili como un muflón salvaje. Por no hablar de la realización del partido por parte de Movistar. Una empresa en manos de LaLiga que tiene que poner siempre en el escaparate el lado bueno aunque el reverso esté podrido.

José Manuel Franco, desde el CSD, tampoco toma parte y se limita a condenar los actos racistas porque no quiere tener más protagonismo que quien le puso en el puesto, Pedro Sánchez.

La patata caliente va de mano en mano en una situación tan cómica que parece aquella ridícula prueba del Gran Prix del verano. Le puede explotar al Real Madrid si Vinicius decide salir del club. Ofertas por más dinero no le faltarán en la Premier League. De ahí que Florentino Pérez se haya reunido con el jugador y el club haya pedido a la Fiscalía que abra una investigación.

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REUTERS/PABLO MORANO - Vinicius Junior del Real Madrid es retenido por Antonio Rudiger y Thibaut Courtois después de ser expulsado 

Mientras, el brasileño juega su carta a un órdago constante a España acusando al país de racista. Lula Da Silva hace populismo desde Brasil para lanzar ofensas contra España y pide la intermediación de la FIFA. Tebas baja a las cloacas al desvelar que intentaron reunirse con Vinicius para tratar el tema, pero que no se presentó en ninguna de las dos ocasiones, posiblemente, por la obsesión de su club en no tener relaciones con LaLiga.

Eto’o, Álves o Roberto Carlos… jugadores negros a los que la grada insultó y tiró plátanos por su color de piel con lo que traspasaban la delgada línea de la falta de respeto, siempre aceptada en el fútbol, al racismo. España no es racista. A Kubo no le llaman chino, ni a Bono le dicen moro. Lo de Vinicius es la moda, la gracia, la chanza de ir un paso más allá a ver qué pasa, porque nunca pasa nada. Llamarle tonto, cuando se le puede llamar negro.

Y, ahora, si quieren, hablamos del Vinicius que entra en provocaciones y manda a segunda a aficiones de tercera

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