Un paso más para que Marruecos albergue la Copa del Mundo 2030, junto a España y Portugal. El rey Mohamed VI ha confiado la presidencia del comité encargado a la candidatura conjunta a Fouzi Lekjaa, el presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF) y también ministro delegado encargado de los Presupuestos.
Lekjaa se ha convertido en referente del éxito futbolístico después de llevar a la selección marroquí a las semifinales del Mundial de Qatar por primera vez en su historia.
“Sin precedentes en la historia del fútbol, esta candidatura común será la de la unión: entre África y Europa, entre el norte y el sur del Mediterráneo, y entre los mundos africano, árabe y euromediterráneo. Será también una apuesta por unir en torno a los mejores de ambos lados, y la demostración de una alianza de genialidad, creatividad, experiencia y medios”, ha anunciado el rey Mohammed VI.

En el pasado 14 de marzo y con motivo de la entrega del premio a la excelencia de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), el monarca alauí anunció la decisión de Marruecos de presentarse como candidato, junto con España y Portugal, para albergar la Copa del Mundo 2030. Es la primera vez en la que se autoriza la fusión de países de distintos continentes en un solo proyecto.
Marruecos, pieza clave frente a las otras candidaturas
La candidatura de España, Portugal y Marruecos debe enfrentarse a otras que aspiran a hacerse con el Mundial de 2030. Arabia Saudí, Egipto y Grecia es la que pretende posicionarse como un centro afroasiático y cumplir con la inédita candidatura de unir a dos continentes, como ya lo cumple la ibérica.
Además, la Copa del Mundo coincide con la fecha del plan estratégico de Riad de diversificar su economía para el futuro: la Saudi Vision 2030. El príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, está proyectando en el fútbol y en el mundo del deporte una salida a la dependencia de la economía del país al petróleo, atrayendo a grandes jugadores del deporte rey como Cristiano Ronaldo o Karim Benzema.

Sin embargo, los países con los que Riad aspiraba a organizar el torneo, Grecia y Egipto, no han dado un paso a favor. Grecia no cuenta con las infraestructuras deportivas necesarias para albergar el Mundial, y desde Atenas apuntan que no es el momento adecuado por la grave crisis económica y política que atraviesa el país, a pesar de que Arabia Saudí se ofreciese a invertir en las infraestructuras. La misma razón por la que El Cairo decidió tomar un “no” como respuesta a la petición de Arabia Saudí.
La otra candidatura oficialmente presentada es la de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay, una opción muy posible al cumplirse el centenario del primer Mundial de Fútbol que se celebró precisamente en Uruguay. El simbolismo del mayor torneo del mundo podría decantar la balanza hacia la candidatura americana.
La adhesión de Ucrania, en el aire
Los problemas legales interrumpen la adhesión de Ucrania a la Copa del Mundo 2030. El país se sumó a la candidatura ibérica con la ciudad de Kiev como gesto de solidaridad en la lucha contra la Rusia invasora de Vladimir Putin, pero la injerencia gubernamental se saldó con la apertura de un expediente de suspensión a Andriy Pavelko, el presidente de la federación ucraniana.
Tanto la Federación Española de Fútbol, como la de Portugal y la propia UEFA han aplazado la inclusión de Ucrania a la candidatura hasta que se resuelva el contencioso legal.