Dice Ancelotti que es muy guapo, pero que también tiene sus defectos. Así zanjó la polémica sobre Kepa tras su error en la salida por alto que le dio el primer gol al Nápoles en el estadio Diego Armando Maradona. No hay más. El meta vasco no mide dos metros, pero es bueno bajo palos. Con un portero así el Real Madrid también hizo historia en Europa. El club por encima de todo.
El partido fue tan alocado como esa ciudad italiana. Allí se pueden ver a cuatro personas en moto, las heridas de la mafia obligaron a la gente a no llevar casco para no ser confundidos con delincuentes y la ropa tendida en la calle se mezcla con fachadas pintadas con la absoluta devoción a Maradona. Hasta que Maradona metió aquel penalti en el Mundial de 1990 en el mismo estadio donde era venerado y mandó a Italia a casa en su propio torneo.
Han pasado 23 años de aquello, el fútbol ha cambiado, aunque ese estado, antes conocido como San Paolo, no ha dejado de ser una masa ingente de hormigón que pasará antes a ser un monumento histórico a que alguien se digne a adecentarlo como la casa del actual campeón de Italia que es.

Dentro, el Real Madrid ponía orden en su particular caos de temporada. Lesiones, cambios en la alineación, el derbi, Ancelotti, Brasil… todo pasa a ser relativo cuando el equipo gana, aunque le cueste y deje dudas. Si en Girona fue la entrada de Nacho, en Nápoles fueron las salidas por alto de Kepa. En el primer gol midió mal, algo parecido a lo de Casillas durante toda su carrera, y Ostigard anotó el primero.
Tras el gol tocaba dominio blanco. Ancelotti metió a Camavinga en el lateral para tener a un centrocampista más y eso le gusta. Kroos, Tchouaméni, Valverde y Bellingham formaron de inicio y eso llevó a Modric al banquillo. Arriba, Rodrygo y Vinicius, pero no tan arriba como en otros partidos porque la presión del equipo italiano no era tan buena y el Madrid rompía líneas con un par de toques por jugador.
Vinicius marcó el empate a pase de Bellingham apenas seis minutos después. Bellingham no dio tiempo a sobreponerse al Nápoles y completó la remontada 10 minutos después con una soberbia jugada de fuerza y un regate preciso en el área para mandar el balón al fondo de la portería.

En la segunda parte el árbitro francés Turpin le dio un inexplicable penalti al Nápoles por unas manos de Nacho. El jugador español estaba en el suelo y el balón llegaba rebotado de Osimhen, que hasta pidió córner, pero el VAR entró y Zielinski puso el 2-2 que casi detiene Kepa en una buena estirada.
El portero del Real Madrid volvió a resolver buenas ocasiones bajo los palos. Demostró que su error por alto no afecta al resto de su rendimiento y eso lo valoró Ancelotti tras el partido. También tenía a Rüdiger delante que hizo un gran partido en defensa.
En la segunda parte el técnico italiano dio paso a Mendy, Modric, Joselu y Ceballos, este último tras el gol de Valverde que la UEFA le dio a Meret en propia puerta porque el disparo fue al larguero y el rebote dio en la espalda del meta y entró.
Tras el partido, Nacho explicó su descabellada entrada a Portu en Liga. Aclaró que no es un “asesino”, que cumplirá su sanción, aunque espera que el club recurra para jugar el Clásico y que solo le importa que el jugador del Girona se encuentre bien.
El Real Madrid salió vivo de Nápoles en su segundo gran duelo de la temporada tras caer en el derbi. La Real bordó en fútbol en su visita al Salzburgo con un 0-2 y el Sevilla sufrió otro error de Ramos que cometió un penalti que les dio el empate a dos en los últimos minutos al PSV.