Pese a que existen dudas respecto al cumplimiento del acuerdo de la organización, el mercado premia a los productores con alzas acumuladas de cerca del 17%. Con un alza del precio del petróleo de más del 17% de media en tres jornadas, los productores comienzan a recoger los beneficios del acuerdo alcanzado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el pasado 30 de noviembre. El Brent (crudo de referencia en Europa) para entrega en febrero se acerca a los 56 dólares (más del 17%) el barril mientras que West Texas (referente en Estados Unidos) se mueve en el entorno de los 51 dólares. Incluso el crudo OPEP alcanza los 50 dólares el barril.
Otras materias primas y las cotizaciones de las empresas petroleras y mineras siguen un camino similar, si bien con menos fuerza. No obstante, los expertos estiman que el recorte pactado por la OPEP -1,8 millones de barriles al día- y el anuncio de Rusia de congelar la producción no va a acabar a corto plazo con el desequilibrio entre oferta y demanda. Y más teniendo en cuenta que Estados Unidos va a incrementar la producción de crudo con tecnologías no convencionales a partir de la toma de posesión de Donald Trump de la presidencia de su país. EE UU no es un actor relevante en el mercado internacional por exportaciones, pero en la medida que aumente su producción reducirá las importaciones.
El recorte tiene además, señalan, un efecto psicológico ya que, tras la decisión rusa de no reducir su producción, aunque ha aceptado no poner en marcha los planes expansivos, existían serias dudas respecto a la capacidad de la organización para autoimponerse un recorte. Dudas que se alimentaban también por la posición contraria de Irán, si bien la decisión de no incluir en el pacto a los países que se había visto afectados por boicots internacionales facilitó al final el acuerdo.
Goldman Sachs ha puesto en duda el alcance de este pacto, incluso la capacidad para mantenerlo a corto o medio plazo y más si el crudo mantiene una tendencia alcista: la tentación de elevar el bombeo sería muy fuerte. Otro factor que agregaría volatilidad es la dificultad para chequear el cumplimiento de los acordado. Con todo, esta firma estadounidense proyecta un crudo por encima de los 55 dólares y en camino a los 60 dólares en 2017, si la OPEP y Rusia respetan sus propios planes para dar más estabilidad al mercado.