El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reconocido que las perspectivas económicas y fiscales de Arabia Saudí son sólidas a corto plazo gracias al plan estratégico Visión 2030, que ha permitido al reino diversificar su economía y reducir la dependencia de las exportaciones petrolíferas desde 2016.
En un reciente informe sobre la economía saudí, el organismo internacional reconoce que la economía de Arabía Saudí ha protagonizado el crecimiento más rápido de entre los países del G20, con una tasa del 8,7%.

El crecimiento del PIB no petrolero ha sido del 4,8%, impulsado por un consumo privado robusto y una inversión privada no petrolera, incluidos proyectos de gran tamaño. El FMI destaca el comercio mayorista, minorista, la construcción y el transporte como los principales sectores impulsores del crecimiento del PIB no petrolero saudí.
El buen momento se extiende también al empleo: la tasa de desempleo registraba un mínimo histórico del 4,8% a finales de 2022, frente al 9% de la época del Covid.
El desempleo juvenil se ha reducido a la mitad (16,8% en 2022), mientras que la participación femenina en la fuerza de trabajo alcanzó el 36% en 2022, superando el objetivo del 30% establecido por el Gobierno saudí en el plan Visión 2030.
Respecto a la inflación, a pesar del auge de la actividad económica, se sigue manteniendo baja. Según el informe del FMI, el IPC promedio creció un 2,5% interanual en 2022, gracias a los subsidios internos, a los límites en los precios y a la fortaleza del dólar estadounidense.
Si bien el IPC saudí registró un repunte a principios de 2023, alcanzando el 3,4% interanual, la inflación general regresó al 2,8% en mayo de 2023, gracias a que la menor contribución de los precios del transporte y alimentación compensó el aumento sustancial de los alquileres.
El sistema bancario saudí también goza de buena salud, a juicio del FMI, con un bajo índice de morosidad y un crecimiento de la demanda de préstamos al consumo y financiación de proyectos, que ha servido para compensar la desaceleración del mercado hipotecario.
Petróleo
La subida del precio del petróleo y el aumento en la producción del mismo han permitido mejorar la cuenta corriente saudí hasta alcanzar en 2022 el superávit más alto en una década: un 13,6% del PIB.

Desde el FMI se ha valorado especialmente la transformación económica emprendida por el país, en el marco de la agencia Visión 2030, que ha logrado reducir la dependencia económica de las exportaciones de petróleo.
Desde 2017, Arabia Saudí ha logrado duplicar los ingresos no petroleros e incrementar las reservas que sirven para mitigar la volatilidad del precio del petróleo.
El organismo internacional ha elogiado también la Iniciativa Verde del reino, cuya implementación será esencial para alcanzar el objetivo de la reducción neta de emisiones con pérdidas mínimas.
Visión 2030
El plan estratégico Visión 2030, presentado en 2016, tiene como objetivo reducir la dependencia de Arabia Saudí respecto del petróleo, así como diversificar su economía y desarrollar sectores como salud, educación, infraestructura, ocio y turismo.

Los objetivos estratégicos clave incluyen reforzar las actividades económicas y de inversión, aumentar el comercio de la industria no petrolera entre países y promover una imagen más moderada del Reino.
Los tres pilares en lo que se basa el plan son: convertir al país en el “corazón de los mundos árabe e islámico”; la determinación de sitúa a Arabia Saudí como una potencia de inversión global; y transformar la ubicación del país en un centro que conecta tres continentes (Asia, Europa y África).