Marruecos busca un lugar de relevancia en el sector del uranio

Marruecos, líder mundial en la producción de fosfatos, puede abordar la producción de uranio metálico a gran escala, como han apuntado diversas fuentes especializadas como la plataforma Energía.
La alternativa que puede significar la vía marroquí es una buena opción para el suministro del mundo debido a la crisis que afecta a las cadenas de suministro y las fuentes energéticas, ámbitos azotados por la inestabilidad política actual marcada por conflictos bélicos como la invasión rusa de Ucrania o el actual de Gaza que afecta seriamente a Oriente Medio.
Marruecos es una buena alternativa ante las dudas sobre el suministro de uranio desde países inestables como Rusia, que lleva a cabo la guerra en Ucrania, o Níger, que produce el 5% del uranio mundial y que es una nación que sufrió recientemente un golpe de Estado que instauró una junta militar en el poder.

El país norteafricano se presenta entonces como una solución alternativa para contribuir al desarrollo de los recursos nucleares y a la gestión del agua en un momento de gran importancia del uranio metálico para la electricidad mundial.
El uranio es básico para la industria nuclear, importante fuente energética, y ahora Marruecos busca ubicarse entre los grandes productores de uranio, gracias a sus reservas de fosfatos. Los fosfatos suponen el 20% de las exportaciones de Marruecos y contribuyen en un 5% a su Producto Interior Bruto (PIB). La compañía estatal de extracción y producción de fosfatos, Office Chérifien des Phosphates (OCP), tiene el control sobre algo más del 70% de las reservas de fosfatos mundiales y una cuota del mercado global del 31%. Datos que dan muestra de la relevancia de Marruecos en este ámbito.
Cabe recordar que la extracción de uranio a partir de los fosfatos ha alcanzado ya un adecuado nivel de rentabilidad, una situación que ha generado situaciones como las intensas relaciones entre Francia y Marruecos para firmar un acuerdo de cara a construir centrales nucleares en el reino marroquí. El país norteafricano dispone de más del 70% de las reservas mundiales de fosfatos y la Agencia Internacional de la Energía Atómica estima que se podrían extraer, de estas reservas, más de seis millones de toneladas de uranio, el doble de las reservas mundiales actuales.

Con lo cual, Marruecos se sitúa como un país con gran potencial de cara al mercado de este elemento químico metálico citado.
Según medios como Energía y Al Akhbar, Marruecos busca sumarse al mapa de productores, gracias a sus reservas de fosfato, que suponen más del 70% de las reservas mundiales, ya que es una fuente primaria para la producción de uranio, entre otros derivados utilizados en la fabricación de fertilizantes agrícolas, ácido fosfórico y otros. Las reservas marroquíes de uranio significan más de seis millones de toneladas, según la plataforma Energía, lo que aumenta las posibilidades del Reino de entrar en la lista de los grandes productores, coincidiendo con el refuerzo de la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Marruecos busca posicionarse a un alto nivel en el mapa productor y ha utilizado la experiencia de Estados Unidos y Rusia para mejorar la producción de uranio a partir de los fosfatos, al tiempo que la apoya mediante el establecimiento de una planta nuclear e instalaciones de tratamiento de agua.
En este sentido, organismos especializados en Marruecos colaboraron con Rosatom, corporación estatal rusa dedicada a la industria de energía nuclear, que no está incluida en las sanciones estadounidenses y europeas a Moscú derivadas de la invasión de Ucrania. La colaboración ha estado orientada a desarrollar plantas nucleares de acuerdo con los requisitos de la Agencia Internacional de Energía Atómica.