Marruecos sigue en la andadura de realizar proyectos más sostenibles y ecológicos que mejoren tanto la situación de la propia nación como a un nivel mundial, en favor del planeta. El Gobierno marroquí ha destinado 100.000 millones de dirhams a la producción de productos como el hidrógeno y el amoníaco verde, que sustituirán a los principales recursos energéticos no renovables como es el petróleo o incluso el gas natural.
Se trata de una propuesta de plan muy novedosa y pionera en el país, que está enmarcada en la transición ecológica que está sufriendo el Reino en estos tiempos para basar su sistema en el uso de energías más renovables y para descarbonizar las industrias y emitir menos emisiones de carbono que afectan gravemente al cambio climático. Marruecos lleva ya varios años en la producción de proyectos más verdes y limpios que mejoren la situación de sus ciudadanos.
Para llevar a cabo el proyecto, el Ejecutivo ha recurrido a TotalEnergies, un gigante francés especializado en el sector petrolífero, empresa que será la encargada de hacer realidad a la idea. Esta se instalará en las regiones del Reino que más cerca se encuentren del desierto del Sáhara para empezar a producir los recursos energéticos. La empresa ocupará un área de 170.000 hectáreas y se prevé que cuando comience a dar beneficios, se produzca una cantidad de 10 gigavatios. La fabricación de los materiales se conseguirá mediante el uso energía eólica y energía solar, ya que Marruecos cuenta con las condiciones climatológicas perfectas para ello.

La marca francesa cuenta con varios proyectos a lo largo del planeta que contribuyen a la generación de energías renovables y limpias. Destaca la planta de energía solar Al Kharsaah, ubicada en Qatar; varias petroleras en Emiratos Árabes Unidos, operadas en conjunto con la ADNOC -Abu Dhabi National Oil Company- y la planta fotovoltaica Prieska, con localización en Sudáfrica, entre otras.
Aunque todavía no se ha iniciado el plan, ahora mismo se encuentra en una fase de estudio. Las fuentes cercanas a la noticia afirmaron al diario marroquí Rue20 que los estudios están a punto de terminar y que, en un breve tiempo, se comenzará a realizar la instalación del material necesario y las infraestructuras requeridas para la producción del hidrógeno y el amoníaco.
Por la parte del amoníaco verde, los expertos y las fuentes señalan la cantidad prevista que se espera producir. Para este año, se espera recolectar 3.650 toneladas del recurso. Para 2023, se espera obtener 20.000 toneladas y en 2024, 40.000 toneladas. Para 2025 y 2026, se espera que se recaude una cantidad superior a más de 60.000 toneladas de este amoníaco ecológico. Lo que se corresponden a la producción del hidrógeno verde, para este primer año se fabricarán 616 toneladas de este material. En 2023 y 2024, se prevé recaudar 7.000 y 10.000 toneladas, respectivamente. En 2025 y 2026 se cree que la cifra alcanzará y subirá más de 400 toneladas.

La fabricación de este material va muy ligada con el papel que está desempeñando Marruecos en la lucha para evitar las crisis alimentarias en África. El país alauí posee el 75% de la producción total de fosfato gracias a todas las minas que tiene en su geografía. El fosfato es un mineral muy preciado en el mundo agrícola, y su utilización puede generar grandes y potentes fertilizantes, capaces de actuar en un suelo como el del continente africano, que tiene la característica de ser seco y árido. Gracias a esto, Marruecos se ha convertido en el principal productor de fertilizante del mundo y sus exportaciones contribuyen a la mejora de la economía nacional.
Además, como el fosfato es un recurso natural, su producción es costosa y a la vez muy contaminante. Muchos grupos ecologistas han protestado por esto y han pedido la búsqueda de otras vías que no dañen al ecosistema, por lo que utilizar el hidrógeno y el amoníaco verde supondría un alivio para el suelo y el agua de África. Estos no suponen ningún tipo de inconveniente para la región, ni para el planeta, además de que está producido en base a otras energías renovables.