Oleoductos y Gaseoductos: Hacía la construcción de un nuevo mapa geopolítico

Iván Guarasa

Winston Churchill dijo en el Parlamento Británico que no se podía caer en la trampa de depender de una sola ruta o de una sola explotación. Y que la seguridad de suministro de petróleo se basa en la diversidad y nada más que en la diversidad. Desde hace unos diez años todos los líderes mundiales que basan su poder en el petróleo le han hecho caso (EEUU, China y Rusia).

El Golfo Pérsico, que alberga un 60% de las reservas efectivas mundiales y además representa un 25% de la producción de crudo, es una zona de constante conflictividad. En más de una ocasión se han referido a Oriente Medio como un nudo gordiano de la geopolítica petrolera. Esto quiere decir que los diferentes gobiernos han tenido que buscar otras vías para poder mantener el nivel de barriles diarios de petróleo (bdp).

Vía Marítima

Las rutas de tránsito del petróleo son tan importantes como los propios yacimientos. La mitad del petróleo que se exporta de Oriente Medio se transporta por vía marítima. Esto quiere decir que necesariamente tiene que pasar por varios puntos estratégicos muy importantes en la geopolítica mundial. Uno de los puntos estratégicos más importantes es el estrecho de Ormuz, une el golfo de Omán con el golfo pérsico y por él transita más del 20% del crudo mundial. Este enclave estratégico lleva protegido por las tropas estadounidenses desde la guerra entre Irán e Iraq en los años ochenta. Irán ha amenazado con cerrar el estrecho si no se rebajaban las sanciones impuestas sobre su programa nuclear.

Otro de los enclaves más importantes a nivel mundial es el Estrecho de Malaca que separa la costa occidental de la península malaya y la isla indonesia de Sumatra. Está considerado como uno de los tránsitos más importantes de Asia y por él pasan más de 18 millones de barriles de petróleo al día. El estrecho está protegido militarmente por dos grandes bloques, presentes en el Sudeste Asiático y que giran alrededor del estrecho de Malaca, el chino apoyado por sus aliados de la Organización de Cooperación de Sahnghái y EEUU, junto con su aliados en el sureste asiático (Japón, Corea del Sur, Filipinas, Singapur). A pesar de estar tan protegido, el estrecho de Malaca es una zona de gran conflictividad por la piratería y esto ha llevado a China a buscar otras vías para poder desarrollar su actividad.

Importancia de Asia Central y la cuenca del mar Caspio

Desde finales de los años 90, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha estudiado la posibilidad de que las Repúblicas de Asia Central (RAC) sean el nuevo tablero de ajedrez de la geopolítica petrolera. Tanto Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán como Azerbaiyán representan ahora casi un 4% de la  producción total de petróleo. Además, cuenta con unas reservas efectivas de más de treinta y ocho mil millones de barriles (Datos de  BP Statistical Review of World Energy). Además, en relación con el gas natural, esta región posee el 12% de las reservas mundiales.

Estos datos facilitan la pregunta de por qué los tres grandes países del mundo (EEUU, China y Rusia) tienen tanto interés en la zona, ya que representa una alternativa frente a la disminución de las reservas de Oriente Medio y además pueden servir para equilibrar la balanza de los precios de la OPEP. Según un informe del EIA US (Energy Information Administration) China ya demanda más de once millones y medios de barriles de petróleo al día, esto unido a que el estrecho de Malaca es muy inestable ha llevado a buscar la vía de la creación de oleoductos y gaseoductos en Asia Central.

En Pekín se han tomado la frase de Churchill al pie de la letra y un asunto prioritario para ellos es la diversificación de suministros de petróleo. El único país que podría hacer mover la cantidad de petróleo que se extrae es Arabia Saudí que controla más del 15% de la producción mundial del petróleo y exporta a Pekín más de 8 millones de barriles al día. Las principales fuentes de petróleo chinas son Arabia Saudí, Irán y Angola.

Irán se ha convertido en el aliado más importante para China en la región. Y el gigante asiático ha invertido más de 100.000 millones de dórales en el sector energético iraní. A Teherán le gustaría ser miembro de pleno derecho en la Organización para la Cooperación de Shanghái pero no puede porque no se acepta a ningún miembro con sanciones de Naciones Unidas. Por lo tanto, Irán está buscando protección contra la la posibilidad de un ataque de Israel o de Estados Unidos. 

Otro de los problemas de china es que el 20%  de las importaciones pasan por el estrecho de Ormuz y el 80 restante por el estrecho de Malaca. La solución a este problema es Asia Central y la cuenta del Mar Caspio. Este territorio está siendo disputado por Estados Unidos, China y Rusia. Rusia no quiere perder su importancia en el lugar, ya que antes eran satélites de la extinta Unión Soviética. Estados Unidos está haciendo todo lo que puede entorno al oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan que es el que exporta petróleo desde la capital de Azerbaiyan a través de Turquía. Y China está haciendo autopistas y trenes de alta velocidad en Asia Central a cambio de concesiones de gas y petróleo.

Turkmenistán, pieza clave en este conflicto de intereses, ha declinado la balanza a favor de Rusia, China e Irán lo que parece significar que los planes de EEUU en la región no serán efectivos. Esta república de Asía Central tiene las cuartas reservas de gas mayores del mundo y le vende su gas a China a través del gaseoducto más largo de la tierra (7500 kilómetros) y circulan por él alrededor de 40.000 millones de metros cúbicos por año. Sin embargo, los expertos creen que Asjabad tenga los recursos necesarios para abastecer tanto a Rusia, China, Irán y la Unión Europea.

Problemática del TAPI frente al IPI   

China ha gastado más de 200 millones de dólares en la primera fase de la construcción de un puertos en aguas profundas en Gwadar, en la provincia pakistaní de Balochistán. La principal preocupación de China era que Pakistán les diera garantías de soberanía del puerto. La importancia de Gwadar para China reside en que está a 400 kilómetros del estrecho de Ormuz, porque que la Marina China podría controlar el tráfico en el estrecho. Sin embargo, Gwadar tiene un papel más importante que el de un simple peón en esta partida de ajedrez. Este puerto podría convertirse en el pivote entre los dos principales conductos: el TAPI (Turkmenistán- Afganistán-Pakistán-India) y el IPI (Irán-Pakistán-India).

La problemática del TAPI es que mientras Afganistán esté en guerra es muy arriesgado construir el gaseoducto. Por esta problemática se le ha denominado el conducto de la guerra. Mientras que el IPI, denominado conducto de la paz, es un quebradero de cabeza más para Estados Unidos. Ya que se ha empezado a construir el IP (Irán-Pakistán) y se espera que pronto se sumen al proyecto tanto India como China. Si Inda decidiera no participar en la creación del conducto por presiones de Estados Unidos, China entraría en la operación dando lugar al IPC (Irán-Pakistán-China), el gigante asiático utilizaría Gwadar como conexión a lo largo de la ruta del Karakorum en Pakistán hasta China a través del paso de Junyerab, lejos de la influencia estadounidense. Si está relación energética progresa la partida de ajedrez tendrá unas enormes repercusiones geopolíticas y geoeconómicas. 

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